El debate de los acreedores entre un castigo ejemplar a la Argentina y el riesgo de matar el negocio de la deuda emergente

El debate de los acreedores entre un castigo ejemplar a la Argentina y el riesgo de matar el negocio de la deuda emergente

Stiglitz advirtió a los acreedores que son los que más tienen para perder si Argentina y los países emergentes no pueden reestructurar sus deudas.

 

El premio Nobel Joseph Stiglitz advirtió que el caso de la deuda argentina puede ser un "presagio" de lo que sucederá con otros países endeudados. En un artículo publicado este miércoles en The Boston Globe, el mentor de Guzmán cuestionó la actitud de los acreedores de querer utilizar a la Argentina de castigo ejemplificador para disuadir al resto de los países emergentes de imitarla y dejar de pagar.

"En el contexto de la pandemia, es miope e inhumano que los acreedores jueguen los juegos habituales en los que intentan sacar el máximo provecho de los deudores desventurados", consideró Stiglitz."Irónicamente, los grandes fondos de bonos se encuentran entre los mayores tenedores de deuda de mercados emergentes y son los que más pierden", agregó.  

El artículo no es casual. Llega en momentos en los que dentro de los grandes grupos de acreedores se abren grietas entre los que consideran que tienen más para perder si dejan que Guzmán se salga con la suya y pague menos de 50 centavos de dólar por dólar de deuda emitido o si, esta vez, en cambio, pierden más si no cooperan con el país, van al "todo o nada" y quedan con "nada" no solo frente a Argentina sino frente a todos los demás países emergentes a los que la crisis del coronavirus los dejó al límite de la cesación de pagos.

'Irónicamente, los grandes fondos de bonos se encuentran entre los mayores tenedores de deuda de mercados emergentes y son los que más pierden', les advirtió Stiglitz a los acreedores.

En el gobierno, como adelantó en exclusiva LPO, lo leen como una versión 2.0 de una vieja paradoja de la Teoría de Juegos. En la "Chain Store Paradox" de los años '70, una cadena de locales monopólica en un montón de ciudades debía decidir si dejaba que abriera un competidor en una de esas ciudades (cooperar) y compartir con la competencia parte de las ganancias; o si mostrarse dispuesta a bajar agresivamente sus precios y perder ganancias en el corto plazo para que ese competidor no viera margen posible de ganancia y tuviera que cerrar y quedarse con todas las ganancias. En sí, un competidor no le hacía ni cosquillas, pero si en cada ciudad aparecían competidores, la historia era otra.

El gobierno prepara cambios en la oferta a los bonistas y estiman que hay chances de acuerdo 

El argumento entre los que siguen pidiendo ser más duros con la Argentina -y por lo tanto rechazarían la nueva oferta de Guzmán- en esencia es ese. "Si dejamos que Argentina nos pague la mitad, atrás van a venir Zambia, el Líbano, Brasil y vaya a saber cuántos más con las mismas pretensiones".

En el equipo de Guzmán creen que este argumento es un craso error de diagnóstico y buscan que se instale otra lectura entre los bonistas (no solo en los acreedores más grandes). En un mundo de tasas cero como el que se abrió tras la crisis del Subprime, en los últimos 12 años los mercados emergentes fueron "la gallina de los huevos de oro" para los fondos como BlackRock o Fidelity. Con el Covid-19, las tasas cero en Europa y Estados Unidos van a seguir. Para el Ministerio de Economía y para Stiglitz, los bonistas deberían estar pensando en la subsistencia del negocio de la deuda de los países emergentes, o si, por hacerse los duros, terminan todos más tarde o más temprano en default y así aniquilar su negocio de la última década.

En este sentido, el mentor de Martín Guzmán sostuvo que: "el pronóstico es que muchos otros países, incluida la República del Congo, Zambia y posiblemente El Salvador, Irak, Sri Lanka y Brasil no podrán pagar lo que se debe, ya que la pandemia de coronavirus se traduce en una crisis 'económica de coronavirus' en la que las exportaciones se están derrumbando y los precios de los productos básicos están cayendo en picada. Es por eso que las cosas que se desarrollan en Argentina pueden ser tan importantes; es un presagio para otros países endeudados".

Para Stiglitz, "Si los informes sobre la oferta revisada que hicieron la semana pasada son correctos, todavía exigían cerca del 100 por ciento de lo que se debe". Por ende, "Argentina tiene razón al rechazar una reestructuración insostenible. Y los acreedores están equivocados al tratar de atacar el temor de Dios, o al menos al incumplimiento, en el corazón de Argentina para hacer de la nación un ejemplo para todos los países deudores en problemas debido a Covid-19. Es una estratagema desagradable para inducir a las naciones a alinearse y aceptar los términos severos que exigen los acreedores".

Ni una cosa ni la otra: una pulseada política

El mercado no comparte la lectura de Stiglitz y la fuerte caída del riesgo país de la zona de los 4000 puntos básicos a menos de los 2700 marca que en realidad en los fondos no prevalece la postura dura, sino en todo caso, la de no aceptar algo que sea inaceptable para sus clientes. Las contrapropuestas presentadas por los tres grupos de acreedores la semana pasada estaban entre los 59 y los 63 centavos. Y fueron un puntapié para conseguir un acercamiento debajo de los 60 centavos.

Para el economista en jefe de la consultora Ledesma, Gabriel Caamaño, poner el debate en estos términos es una cuestión política. "Si los fondos quisieran castigar a la Argentina, no se habrían corrido de las pretensiones de 70 centavos de valor presente neto de la deuda por dólar y no es así. Ya cedieron bastante. De hecho, hoy ya está claro que hay un acuerdo posible en torno a los 50 a 55 centavos. El gobierno puede reestructurar su oferta. Nosotros hicimos una simulación cambiando un poco las condiciones de la propuesta de Guzmán para alcanzar ese valor, y es factible llegar a los 52 o 53 centavos de dólar sin violar ninguno de los principios del análisis de sustentabilidad de la deuda".

"Con ese tipo de propuesta se consigue el principal objetivo de reestructuración de la deuda que es reducir los intereses y ganar oxígeno en el corto plazo, lo que sería una muy buena reestructuración. Con lo cual, te diría que me cuesta entender por qué le seguimos dando vuelta al tema y no cerramos en esas condiciones -dentro de lo que desde el vamos estuvo dentro de lo factible para la Argentina y aceptable para los bonistas-. Me parece que desde el Gobierno le están dando vueltas para conseguir algo mejor y salir como los ganadores, como los que sentaron un precedente. Este tema ya podría estar encaminándose a un acuerdo. Las únicas razones por las que me parece que seguimos dándole vueltas a este asunto son políticas, ya no económicas", agregó.

 'El resto de los emergentes no está teniendo dificultades para su financiamiento porque los bancos centrales están inyectando liquidez. Hoy no hay una crisis global de liquidez como sugiere Stiglitz', aclaró Caamaño.

Además, para el economista consultado, el análisis de Stiglitz supone que todos los países emergentes se encuentran en una crisis de liquidez global que hace inminente el default, y no que solo están entrando en default los que ya venían con problemas previos como Argentina. "El resto de los países emergentes está teniendo mayores necesidades de liquidez y no están teniendo dificultades para su financiamiento porque los bancos centrales están inyectando liquidez. En todo caso el riesgo de default generalizado va a venir después cuando comiencen a revertirse las condiciones de liquidez. Ahí el desafío va estar en volver relativamente rápido al equilibrio fiscal o a las necesidades financieras previas al coronavirus, es decir no generar desequilibrios fiscales persistentes que luego sean infinanciables", concluyó Caamaño.

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