De cruceros, barcos inactivos y piedras que vuelven a chocarse

De cruceros, barcos inactivos y piedras que vuelven a chocarse

Se anuncian cruceros que son una incógnita. Sin financiamiento para nuevas obras de infraestructura en puerto Mar del Plata hay que recuperar espacio operativo y retirar barcos inactivos como hace una década.

La visita del ministro Guillermo Dietrich al Consorcio Portuario, y sobre todo sus declaraciones públicas al único medio invitado a hacerle preguntas, terminó de disipar las últimas esperanzas que los armadorestenían depositadas en el Ministro de Transporte y el interés gubernamental por el puerto marplatense.

Rodeado de planos con obras proyectadas, siempre sirven para la foto, Dietrich no brindó ninguna certeza sobre la suerte del financiamiento para construir los espigones 8 y 9, que perpendiculares a la Escollera Sur, permitirían incorporar nueva infraestructura portuaria para que la flota rompa el hacinamiento al que esta sometido dentro del espejo interior.

Tampoco el Ministro brindó precisiones sobre la suerte del proyecto para extender el espigón 3 de modo de sumar nuevos metros de muelle operativos. Ninguna de las iniciativas es nueva. Hace casi una década que están dando vueltas sin que puedan cristalizarse.

Dietrich pronunció una palabra que se repele entre los muelles: Cruceros. Flanqueado por el Presidente del Consorcio, al que llamó “director”, el Ministro anunció convencido que el 23 de diciembre llegaría la primera nave de lujo a Mar del Plata, en el marco de las políticas de fomento del gobierno nacional a la temporada estival.

El propio Martín Merlini, este lunes, en declaraciones a Mitre Mar del Plata, aseguró que el crucero amarraría en la Base Naval y que para el 2018 tendrían lista la habilitación del sector que quedó en poder del Consorcio en el edificio de la Terminal de Cruceros, para poder recibir a los visitantes.

Alteza Cruises es la empresa nacional que anunció el inicio de operaciones en el litoral marítimo, Punta del Este y sur de Brasil. Dijeron que operarían con el crucero Med Queen y que el viaje inaugural sería Buenos Aires – Mar del Plata.

Pero el dueño del crucero avisó que no tenían firmado ningún contrato con Alteza para operar en esta región de Latinoamérica y que el buque se quedará en Beirut hasta junio del 2018.

Desde Alteza ayer salieron a decir que la semana que viene anunciarán el nombre del barco. Que será más grande que los 121 metros del Med Queen. En la industria de cruceros todo se planifica con mucha antelación. Es difícil encontrar una nave de lujo ociosa, amarrada en un yatch club.

El anuncio de Dietrich y Merlini entró en un mar de dudas. Los cruceristas que ya habían sacado el pasaje –el más económico rozaba los 600 dólares- pelean por su devolución. Mar del Plata suma otra mancha a su larga colección de fracasos en la materia.

Al Ministro no le tembló la voz para sostener que este es el puerto en el que el presidente Macri está más “personalmente” involucrado. Pero esa cercanía no se traduce en obras. El dragado del año pasado se financió con fondos propios del Consorcio.

Otros puertos sí reciben fondos nacionales. En Comodoro Rivadavia el propio Dietrich el mes pasado inauguró las obras de ampliación del muelle pesquero y de ultramar, que permitió duplicar su capacidad operativa. En Mar del Plata solo queda recuperar lo ya existente.

En ese marco se encuadra el anuncio de esta semana del Consorcio Portuario para remover 14 barcos inactivos de la sección cuarta y quinta del espigón 2. La idea es recuperar 100 metros de frente de amarre hoy ocupados por barcos abandonados sin posibilidades de volver a pescar.

Con barcos amarrados en séptima andana, los 270 metros de muelle de la Terminal de Cruceros ocupados por los barcos poteros que aguardan por el inicio de la zafra de calamar, ahora que volvieron todos los barcos que se fueron al langostino la falta de espacio ahoga.

Encontrar un hueco de muelle libre es toda una odisea para los armadores. Falta lugar y crece el mal humor. Al punto de generar disputas que terminan en agresiones bestiales como la que sufrió el mes pasado Antonio Baldino por parte del hijo de Francisco Romano.

Este cementerio de barcos lo integran los pesqueros “María Luisa I”, “San Pablo”, “Wiron IV” y “Mellino II” de un viejo conocido: Luis Caputo, el mismo armador del Repunte.

El “Ribazón Dorine” y el “Mar Azul”, son de José Moscuzza en tanto el “Mister Big” es de la canadiense Wanchese, que opera sobre la vieyra. Integran la lista los poteros “Chiarpesca”, el 58, 57, 902 y 903. A estos últimos dos ya los están desguazando en la Base Naval.

En el Consorcio son optimistas y sostienen que los barcos inactivos “serán removidos a costo de sus dueños”, quienes ya gestionan ante Prefectura Naval Argentina la documentación que habilita la disposición final de los cascos. También, sin desembolso alguno del Consorcio ni el Estado, serán desguazados otros tres cascos cuyos titulares se desconocen.

En el operativo también será desguazada la draga Mendoza 259 C. “Todo sin costo para el Consorcio ni el Estado”, aclaran en la administración portuaria, aunque asoma un contrasentido. La draga es del propio Estado.

Lo que queda de la “Mendoza” está en la Base Naval. Su última intervención fue en el primer semestre del 2015. Llegó al puerto en abril del 2009 como una salvadora. En los años que estuvo operativa despilfarrando recursos públicos, en vez de ganar los canales de acceso perdieron calado. La Justicia federal investiga su derrotero por estas playas. Salvo los empleados de dragado y balizamiento, nadie la extrañará.

Si bien Merlini refiere a “desguace y remoción”, por ahora los técnicos de Prefectura iniciaron los primeros controles para determinar el estado de cascos. “En un mes arrancan”, confió una fuente próxima a la autoridad portuaria. Si los armadores pagan el operativo, no será por adelantado.

Por ahora no se sabe el presupuesto del operativo, de qué cuenta saldrán los fondos y no hay indicios del llamado a licitación para el desguace que convertirá esos cascos en chatarra naval.

Promasi, una empresa controlada por Acerías Bragado, con una tijera neumática japonesa, fue la encargada de reducir los barcos que se retiraron hace una década. Sí, en el puerto de Mar del Plata es frecuente chocar dos veces con la misma piedra.

Personal especializado de Prefectura Naval Argentina recorrió los pesqueros “Young In N°33”, “Neptuno” y “Depemás 81”, inactivos y con distintos grados de deterioro, aunque podrán ser reflotados sellando rumbos y sacando el agua dentro del casco.

Como ninguno de estos buques tiene propietario identificado e incluso hay casos de interdicción aduanera, desde el Consorcio y la delegación local de Aduana ya se iniciaron las acciones necesarias para cumplimentar con el trámite de abandono de estas unidades en favor del Estado.

Hay pocas esperanzas para los amantes del buceo submarino, que alguno de estos cascos pueda ser trasladado y sumergido en el parque subacúatico Cristo Rey, en la restinga de Punta Mogotes. El costo del operativo corre por cuenta del armador.

Las mismas esperanzas perdidas de contar con un puerto operativo las 24 horas. A pesar de haber sido dragado en el área de maniobras, instaladas y alineadas las balizas y mejorada la iluminación, los prácticos aducen que de noche los márgenes de seguridad para hacer la maniobra se acotan.

Quedó claro en la última escala del buque de portacontenedores. El barco de MSC podría haber salido a la medianoche del lunes pero recién salió a la mañana siguiente, confirmando que de operativas el puerto apenas tiene 14.

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