Coronavirus: alarma en la ciudad por las reuniones en bares

Coronavirus: alarma en la ciudad por las reuniones en bares

La polémica se desató por las fotos del amontonamiento en el famoso Buller. Cómo actuó el gobierno porteño. Preocupación de infectólogos y advertencias desde la oposición.

Las imágenes eran propias de los días previos al aislamiento social: en la puerta del famoso bar Buller, en la Recoleta, decenas de personas tomaban cerveza, todos amontonados. Ninguna distancia social, obviamente ningún tapabocas. La indignación generada en las redes sociales derivó inicialmente en que el Gobierno porteño anunciara la clausura del local, pero luego el caso cerró solo con una multa. Más allá de la particular difusión que tuvo, el episodio no fue aislado: cada vez más escenas de ese tipo se repiten en la ciudad, particularmente en polos gastronómicos como el de Palermo. "Hay una tendencia de una irresponsabilidad muy grande de un sector de la sociedad", advirtió el ministro de Salud bonaerense, Daniel Gollan. Desde la Sociedad Argentina de Infectología alertaron sobre los riesgos que implica esa tendencia. Y legisladores porteños de la oposición denunciaron que, a la par de la falta de controles, el discurso oficial en la ciudad minimiza los peligros de la apertura para mostrarse "cercano a los vecinos".

La polémica en torno a Buller sucedió en un día con otro record de casos: hubo 7513 infectados nuevos, de los cuales 1446 pertenecen a la ciudad de Buenos Aires. Los casos fatales fueron 147 en todo el país.

Las fotos y videos del bar, ubicado en Junín y Vicente López, frente al cementerio de Recoleta, comenzaron a circular el miércoles a la noche. La Policía y la Agencia Gubernamental de Control llegaron entonces hasta allí para dispersar a la gente. ”Se pidió a cada uno que vuelva a su domicilio, la Agencia desalojó el bar y emitió una clausura --contó el vicejefe de Gobierno porteño, Diego Santilli--. “La sociedad argentina ha aguantado 139 días, con lo cual tenemos que cuidarnos el doble”, agregó.

Pero ayer la polémica continuó cuando se supo que la clausura fue solo momentánea. Consultado por Página/12, un vocero del Ministerio de Seguridad confirmó que la policía "procedió con el Juzgado Federal 4 y se notificó a los encargados del comercio por infracción al artículo 205 del Código Penal, por no respetar la distancia social".

Precisamente, aunque los locales gastronómicos solo están habilitados para la modalidad delivery o "take away", en los hechos hay un creciente permiso para  que los clientes se queden consumiendo en las mesas de la vereda. Estas situaciones se vieron sobre todo en los últimos fines de semana y en los insólitamente primaverales días recientes. “Es realmente increíble, las imágenes que vimos no pueden seguir ocurriendo. Aunque estén al aire libre y coman algo al paso, no deben reunirse”, se alarmó ante este diario Leda Guzzi, médica infectóloga de la Sociedad Argentina de Infectología (SADI).

Y luego continuó con la descripción de las escenas: “Es imposible mantener la distancia social recomendada. Además, como es natural, nadie puede comer o beber con un barbijo puesto, así que esto también complica las cosas. En situaciones como esas se incrementa mucho el riesgo de transmisión y la exposición junto a personas potencialmente infectadas”.

Una de las principales causas de la propagación del patógeno, además de los transportes públicos, lo constituyen los eventos sociales. Y esto no representa una característica privativa de la Argentina sino que se destaca como rasgo en todo el globo: en aquellos lugares en los que flexibilizaron, el aspecto que más debieron controlar fue el de las aglomeraciones. “Las reuniones sociales han demostrado ser las principales causas de los brotes y focos infecciosos. Sin dudas, en los lugares cerrados es en dónde más peligro se corre, pero que se estén tomando una cerveza en el cordón con el barbijo abajo también es muy peligroso, por supuesto. Hay que evitar estos eventos de contagio por todos los medios si lo que queremos es revertir la curva y cortar con la diseminación”, subrayó Guzzi.

El ministro bonaerense sumó su preocupación sobre la situación que desnudó el caso de Buller. “Vi esa foto y pensé que era 'fake', la verdad que hay una tendencia de una irresponsabilidad muy grande de un sector de la sociedad", señaló el ministro. Aunque destacó que "hay un montón de gente que se está cuidando", hizo hincapié en que "con un 30 por ciento que no cumple, puede pasar esto”, en alusión al aumento de contagios. "Hay sectores que quieren instalar que a partir de ahora es todo apertura y no es así”, advirtió Gollan.

Mientras en la ciudad consideraron que el de Recoleta fue un caso aislado, desde la oposición porteña alertaron por un riesgo de desmadre. El legislador del FdT Matías Barroetaveña sostuvo que "a diferencia del Gobierno nacional, que viene tomando una serie de medidas activas con inversiones para sostener la economía y el trabajo en la cuarentena, la Ciudad no sólo no está haciendo su aporte sino que para mostrarse del lado de los vecinos hace una apertura indiscriminada y permisiva, dejando hacer lo que está prohibido en este contexto de la pandemia".

"Si bien la mayoría de la gente sigue respetando las normas, hay un discurso oficial que minimiza la situción de riesgo sanitario, en base a la curva y el R de la Ciudad y sin tener en cuenta que lo que hay que mirar es el AMBA", señaló a este diario.

En el mismo sentido, Santiago Roberto, también del FdT, aseguró que "la situación en la Ciudad es preocupante porque se ve una ausencia total del Estado para hacer cumplir las normativas. Quienes son funcionarios públicos tienen la responsabilidad de tomar medidas por antipáticas que sean para velar por la seguridad de las personas. Y lo que se ve es que no se está controlando a quienes circulan dentro de la ciudad". "Aunque es entendible el cansancio y el agotamiento que hay por la extensión de la cuarentena --recalcó--, el Estado no puede delegar sus facultades y responsabilidades y tiene que estar presente para que la gente cumpla con el aislamiento social".

No parece ser la preocupación de la Coalición Cívica: anoche se conoció que el partido integrante de Juntos por el Cambio impulsará la presentación de amparos judiciales contra el decreto presidencial que veda las reuniones sociales.

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