Cómo hizo Alak para vencer a Garro

Cómo hizo Alak para vencer a Garro

La historia de cómo, tras dos períodos de Julio Garro, el peronismo recuperó La Plata, segundo distrito electoral de la Provincia después de La Matanza.

 

 

El peronista Julio Alak, actual ministro de Justicia y Derechos Humanos de la provincia, volverá a ser intendente de la ciudad de La Plata, tras dieciséis años. Tal como estaba prevista, este lunes concluyó el escrutinio definitivo en la capital bonaerense, en el que se confirmó su victoria sobre el actual alcalde, el macrista Julio Garro, por la exigua diferencia de 849 votos. El ganador ya se reunió con el gobernador, Axel Kicillof. 

"Las y los vecinos eligieron un proyecto político que va a volver a poner en valor la capital de nuestra provincia. Eligieron la integración regional para tener una ciudad productiva, con obra pública, desarrollo, trabajo y oportunidades para todos y todas", consideró el mandatario provincial. Al cierre, el perdedor seguía sin reconocer el resultado.

Una semana larga

Alak es hincha de Racing y por eso sabe bien que, como dice el tango, hasta para ganar y festejar, “primero hay que saber sufrir”. La campaña por la intendencia de la capital fue tensa, por momentos violenta, otro tanto ocurrió durante el domingo de elecciones, y el escrutinio no fue la excepción. 

El domingo 22 el conteo provisorio se detuvo apenas por encima del 97 por ciento de mesas escrutadas, con ventaja para Alak. Ambos candidatos se adjudicaban la victoria, pero no habría ganador hasta que concluyera el escrutinio definitivo, lo que ocurrió recién este lunes, pasado el mediodía.

La jornada comenzó en el Pasaje Dardo Rocha, donde se realizó el escrutinio de las urnas correspondientes a los votantes nativos. Allí se reunió la militancia, desde temprano a pesar de la lluvia, a la espera de los resultados. En ese tramo, Garro se impuso por 4 mil votos, dato que fue celebrado por el peronismo: el recuento oficial coincidía absolutamente con la información que manejaban desde hacía una semana. Si no había sorpresas allí, ya no las habría.

Desde el centro se trasladaron hasta el hipódromo de la ciudad, donde se realizó el escrutinio de extranjeros. En esas 152 urnas, Alak obtuvo el 50 por ciento de los votos, contra 27 de Garro y 17 de Luciano Guma, el youtuber que se presentó por La Libertad Avanza. En votos, fueron 10946 para Alak y 5997 para Garro. Como Garro había obtenido entre los nativos una diferencia a su favor de 4100 votos, la victoria de Alak fue finalmente por 849 votos, sobre un padrón general superior a 600 mil.

Rápidamente, y a pesar de la mala señal en el lugar, comenzaron a circular por Whatsapp fotos de las pantallas con los datos. Como respuesta, ante la certeza de que el resultado ya estaba consumado y era irreversible, los militantes reunidos en la entrada del hipódromo comenzaron a cantar la marcha peronista, mientras los fiscales del oficialismo se retiraban, a toda velocidad y en absoluto silencio.

Alak, cuya presencia en el escrutinio fue criticada por gente de Garro a través de redes sociales y medios como “una presión inadmisible”, partió del hipódromo con rumbo a la casa de gobierno, donde se reunió con el gobernador Kicillof. Ambos posaron sonrientes para la foto.

El pedido de Garro a la junta electoral era que se abrieran 75 urnas en las que los fiscales de su fuerza denunciaban irregularidades, además de las 44 que no se habían contado en el escrutinio provisorio. La Junta accedió a abrir inicialmente 15, pero luego de abrir 10 y comprobar que no había ninguna diferencia, detuvo el procedimiento.

Garro mantuvo silencio durante casi todo el día. Sobre el final de la tarde, realizó declaraciones periodísticas, pero no para felicitar a Alak sino para desconocer el resultado y reclamar que se sigan abriendo urnas. Su frase fue “descontando extranjeros, sigo arriba”.

Ocurre que uno de los recursos a los que echó mano Garro, cuentan militantes de Alak, fue el de entregar a los extranjeros boletas completas de UxP, con los cuerpos correspondientes a las categorías provinciales y nacionales, por las que la ley no les permite votar, para intentar luego impugnar esos votos, que se suponían más fértiles para el peronismo. Para las fuentes consultadas, “la actitud de Garro es difícil de explicar, a menos que pretenda judicializar el resultado, pero tampoco hay elementos para eso, todas las urnas que se abrieron por pedido suyo coincidían a la perfección”. 

Los aciertos del peronismo platense

Para comprender el resultado electoral anunciado este lunes, hay que remontarse al menos dos años atrás, cuando el gobernador le pidió a su ministro de Justicia que empiece a caminar. Kicillof, a diferencia de su antecesora, María Eugenia Vidal, reside en la ciudad. Eso le permitió confirmar que la reelección de Garro, en 2019, no se debió tanto a los méritos de su gestión como a las desavenencias internas del peronismo.

Ese año Florencia Saintout derrotó en las PASO a su rival interna, Victoria Tolosa Paz, y la suma de ambas superaba claramente al resultado obtenido por Garro. Sin embargo, los votos de Tolosa Paz no acompañaron a Saintout en las elecciones generales de octubre y eso le abrió al todavía intendente el camino hacia la reelección.

A instancias de Kicillof, Alak comenzó un trabajo que sus más allegados consideraron “de orfebre”. Recorrió los barrios, se reunió con vecinos, con representantes de instituciones, clubes, centros de jubilados, colegios profesionales, universidades, sindicatos y cámaras empresarias. Fue recogiendo y sopesando necesidades y demandas, que luego su equipo condensó en el “Plan Estratégico La Plata 2030”, una plataforma de gobierno audaz, cuyo cumplimiento será auditado por la ciudadanía.

Pero Alak logró otra cosa, tanto o más compleja: ordenar al peronismo local, que finalmente logró dar vuelta la página a largos años de enfrentamiento entre La Cámpora liderada por Saintout, y el sector de Tolosa Paz. Hubo PASO, pero tuvo un tono respetuoso, constructivo, con el foco puesto en no repetir los errores del pasado reciente.

Se presentaron, además de Alak, Gastón Castagneto por el conjunto de agrupaciones kirchneristas La Patria es el Otro, la concejal Paula Lambertini, el ex juez Luis Arias y el bruerista Guillermo Escudero. Con el resultado definido, todos los sectores se alinearon y empujaron la candidatura de Alak.

La Patria es el Otro aportó militancia, entusiasmo y, por sobre todas las cosas, juventud. Los pibes y las pibas de Kolina, Lealtad, Peronismo Militante y Martín Fierro, entre otras agrupaciones, hicieron un trabajo enorme para convencer a los de su misma edad de votar a un candidato que, a priori, les quedaba un poco lejano, en términos etarios -tiene 65 años- y simbólicos.

Alak fue también el candidato de los trabajadores organizados. De todos, en general, y de los municipales, en particular, que a la luz de lo que vino después, pudieron revalorizar su gestión y el trato que les dispensaba. De hecho, la apertura de campaña se realizó en el camping de UPCN en Ensenada. Y Alak llegó a bordo del Renault Clio gris oscuro de Carlos “Carli” Bianco. No existe mayor demostración de apoyo que prestar el objeto mágico, el atributo de poder.

El trabajo con los residentes de origen migrante, en gestión de la provincia y en campaña, fue otro de los aciertos. Mientras la política de Garro consiste en expulsarlos de las periferias rurales o semirurales que habitan, para favorecer countries y desarrollos inmobiliarios, desde la Subsecretaría de Políticas Poblacionales de la provincia, dependiente del ministerio de Gobierno que encabeza Cristina Álvarez Rodríguez, Ana Herrán Castagneto, trabajó en la divulgación y efectivización de sus derechos y en la conformación del concejo poblacional, donde cada colectividad tiene sus representantes.

En síntesis, sin estridencias, Alak hizo la mejor campaña posible a partir de sus activos: un peronismo ordenado, un apoyo explícito y rotundo de un gobernador ganador y una buena plataforma de gobierno, apalancada en sus atributos principales, la seriedad, la solidez y la capacidad de gestión.

Los problemas de (no tan) Juntos

A medida que fueron pasando las semanas, una percepción se iba instalando entre los militantes de todas las fuerzas que disputaban en el espacio público: “Alak está muy bien”. Al margen de las encuestas, uno de los mejores termómetros es la actitud, el humor de dirigentes y candidatos. 

El nerviosismo en las filas de JxC fue in crescendo desde las PASO. Ese nerviosismo, a su vez, alimentó el optimismo de la militancia peronista. Entonces se formó una especie de circuito de retroalimentación y confirmación de las percepciones. Pero los problemas de Garro habían comenzado mucho antes.

Al desgaste acumulado durante sus ocho años de gestión, Garro debe sumar, en el balance, la mala estrategia nacional de su fuerza política. La interminable interna entre halcones y palomas, entre bullrichistas y larretistas, es una de las causas de este final. Paticia Bulllrich le plantó un candidato propio, el senador Juan Pablo Allan, con quien Garrro había compartido la famosa mesa en la oficina del Bapro donde se pergeñó la "Gestapro" o "Gestapo pro".  Por esa causa sigue procesado el exministro de Trabajo de Vidal, Marcelo Vilegas.

La disputa entre ambos escaló hasta el punto en el que Garro despidió a los titulares de los contratos más elevados, con los que Allan financiaba su estructura política. "Hagan lo que quieran, pero yo no voy a pagarles la fiesta", dicen que dijo. Allan respondió con vehemencia y el tema escaló hasta los medios. Toda la ciudad pudo enterarse cómo se financia la política Pro y JxC, justo la fuerza cuyo electorado es más sensible a estas cuestiones. 

El titular del SOEMLP, Gustavo Hernández, contó entonces a Buenos Aires/12, "se pelean por contratos de más de 300 o 400 lucas, de gente que nosotros nunca vimos, cuando los laburantes apenas si llegamos a las 100 lucas de salario mensual".

Tras las PASO, Allan accedió a sacarse las fotos de rigor con Garro, pero sus votos nunca migraron. Por eso, a medida que pasaban las semanas y se acercaba el día de las elecciones, Garro fue recurriendo a las tijeras. Primero, de manera más solapada. Pero, a medida que aumentaba la desesperación, de manera explícita.

Dos semanas antes del 22, circuló un video de dos supuestos jóvenes libertarios, motosierra en mano, cortando a su candidato a intendente, Luciano Guma, para remplazarlo por Garro, "porque a este no lo conoce nadie". Enseguida, la candidata a gobernadora, Carolina Píparo, negó que ese video fuera de su propia autoría -"LLA sólo apoya a sus propios candidatos"-, dejando la maniobra de Garro expuesta. 

Ni Patricia Bullrich ni Néstor Grindetti lo olvidaron. En el acto de cierre, de concurrencia bastante pobre, los tres solos arriba del escenario, repitieron la necesidad de votar la boleta completa de JxC, en lo que fue un  reto en público, apenas sutíl. Garro pasó un mal momento.

Como muchos intendentes de su espacio, Garro tuvo una pésima relación con los trabajadores municipales, que incluyó persecusión política, castigos económicos y amenazas. Priorizó la relación con apenas uno de los tres sindicatos, el STM de Darío Alfano. 

Alfano es un militante del PRO que esta vez salió delplacard y no tuvo problemas en ponerse la remera de Garro 2023 y dejarse fotografiar con ella. La contracara de los bajos salarios que paga Garro son los lugares que Alfano consigue en las listas para su gente más cercana. Esta actitud hizo que en los últimos años creciera la afiliación en los otros dos sindicatos, UPCN y el SOEMLP, que revista en la FESIMUBO de Rubén "Cholo" García. A Hernández, su secretario general, desconocidos le prendieron fuego el auto afuera de su casa, dos días después de que discutiera duramente con un funcionario de Garro.

El último capítulo de este conflicto son las medidas de fuerza por las paritarias ilegales. "Somos tres sindicatos y cierra con una solo", le reclaman los otros dos. Ya hubo varias audiencias en el ministerio de Trabajo, pero la solución se demora. Ahora, los trabajadores esperan el mes de diciembre con otras expectativas.

Fin de ciclo

Garro accedió al gobierno local en 2015, impulsado por la "ola amarilla", la "revolución de la alegría" que entonces protagonizaban Mauricio Macri a nivel nacional y María Eugenia Vidal a nivel provincial. Ese armado, que perdió brillo tras cuatro años de gestión de ambos, acaba de volar en pedazos a partir de la derrota de Bullrich y el pacto Macri-Milei. Es lógico que algunas esquirlas golpeen al intendente de la ciudad de "los" diagonales. 

El otro elemento insoslayable fue una tragedia. En 2015, la inundación del 2 de abril de 2013 y el desmanejo del entonces intendente Pablo Bruera, estaban frescos en la memoria de la ciudad. Ochenta y nueve muertos son una cifra monstruosa, y Garro apareció justo a tiempo. Fue el comienzo de un ciclo pensado para 12 años que Alak acaba de cortar y dejar en ocho.

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