Por Nazarena Lomagno

La Secretaría de Comercio negó a Ámbito las recientes versiones que alertan por remarcaciones en supermercados y almacenes de hasta un 35% y posible desabastecimiento en productos esenciales. De todos modos, un informe privado resalta que, producto de la dispersión de precios, el consumo en los comercios de barrio cayó, mientras que en los super o hipermercados creció significativamente.

Los rumores sobre un aumento en góndola por fuera de Precios Justos llamaron la atención del Gobierno, más precisamente cuando se conoció un supuesto aviso preventivo de una importante marca de gaseosas sobre un incremento del 35% tras las elecciones del domingo. Desde el área comandada por Matías Tombolini aseguraron que no detectaron tal información, aunque seguirán monitoreando. “El 15 de octubre fue la renovación del sendero mensual del 5% en los productos de Precios Justos y no se han informado aumentos superiores”, afirma de momento la Secretaría.

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A su vez, llegó a oídos del círculo del funcionario de Comercio que los comercios habían recibido actualizaciones en las listas de entre un 20% y 30% y que las entregas en los supermercados se estaban reduciendo. En diálogo con Ámbito, desde la Cámara de Comercio (CAC), la fuente a la que le adjudicaban el dato, aclaró que se trató de una confusión generada por la mezcla de dos elementos. El primero, una declaración de Natalio Mario Grinman, titular de la entidad, en la que afirma que “hay muchos que se tomaron los cuatro días completos (del feriado) y eso es un indicio de no querer vender y aprovechar la circunstancia de los cuatro días para resguardar stock”. El segundo, relevamientos de los sitios Historial de Precios y Precialo, que indicaban incrementos superiores al 30% en algunos productos.

La confusión generó la necesidad por parte de la Secretaría de afirmar que “tanto en los llamados que se vienen realizando con la industria como con los comercios se vienen detectando niveles de abastecimiento aceptables”. Además, aseguraron que los supermercados “reportan que se vienen cumpliendo los cronogramas de entregas programadas”. Al mismo tiempo, resaltan que en el caso de productos “que presentan desafíos de cumplimiento” - por alta demanda o entrega por debajo de lo requerido- los supermercados “completan sus góndolas con segundas marcas, sin dejar la categoría vacía”.

Sobre este punto, desde una importante alimenticia argentina ratifican que en los canales de super o hipermercados y mayoristas el programa de Precios Justos continúa respetándose, aunque “productos nuevos que se lanzan tienen costos y precios nuevos”. “No salió nada desde acá”, agrega un representante de una empresa de venta de lácteos. “De nuestro lado estamos abasteciendo normalmente”, cuentan desde una cervecería. Sin embargo, presentan quejas respecto del comportamiento en los comercios de cercanía, porque allí “los precios son libres y las empresas entregan a los precios que tienen que entregar”, aunque entienden que la falta de control y aplicación del programa de precios es un factor explicativo fundamental. También endilgan responsabilidad a los distribuidores, los cuales “remarcan lo que consideren apropiado para su rentabilidad en negocios donde los productos no se compran de manera directa”.

Este es el principal problema que detectó la consultora Scentia en agosto: producto de la extensa dispersión de precios, el consumo en almacenes y comercios de barrio cayó a nivel interanual 3,2%, mientras que en el AMBA la baja se profundizó hasta un 21,6%. Por el contrario, las ventas en los supermercados crecieron a nivel nacional 14,1% en el mismo período, mientras que en el AMBA rozó la suba del 12%. Los rubros que lideraron el incremento en todo el país son Bebidas con Alcohol (20,1%), Higiene y Cosmética (19,2%), Alimentación (17%). Excepto en el consumo de alimentos, los otros dos rubros mostraron una performance contraria en los comercios barriales.