La opción tomó forma contrarreloj. Mostrar una cara nueva y en gestión, los beneficios. Un santafesino de Pullaro y un mendocino, las principales opciones.
Por Lucio Di Giuseppe
A dos días de la reunión plenaria que debería elegir al nuevo titular del Comité Nacional de la UCR, el partido centenario no encuentra una figura que quiera suceder a Martín Lousteau. Ante la negativa reiterada de Gustavo Valdés de ser candidato, empezó a tomar forma la idea de confiarle la tarea a un intendente, a modo de plan B.
La jugada empezó a sonar con fuerza en la tarde del miércoles. Ante la imposibilidad de encontrar una opción de consenso y con la convicción de que es momento de “evitar peleas”, surgió la opción de pedirle al Foro de Intendentes Radicales que proponga un nombre. Al igual que cada provincia, los alcaldes tienen un trío de representantes en el Comité. No es un detalle menor: solo un delegado puede ser electo presidente del órgano directivo de la Unión Cívica Radical.
Además de ser una forma de salir por arriba del laberinto, la jugada encierra además una intención de cambiarle la cara al partido centenario. Golpeado por derecha e izquierda, atravesado por la eterna discusión de cómo posicionarse frente a Javier Milei, elegir a un intendente le permitiría a la UCR mostrar una cara nueva, probablemente joven, pero también con responsabilidad de gobierno. Una forma de dar vuelta la página y mirar hacia el futuro. No por nada, los nombres que suenan encabezan gestiones municipales validadas con holgura en las urnas.
Los intendentes radicales que suenan
El titular del Foro de Intendentes Radicales es Ulpiano Suárez, alcalde de Mendoza. Lógicamente, es uno de los nombres que empezó a correr. Sin embargo, a pesar de venir de la misma provincia, no es un hombre del riñón de Alfredo Cornejo, un correligionario alineado con la Casa Rosada. Su coterráneo supo intentar una resistencia al acuerdo con La Libertad Avanza y, si bien no sacó los pies del plato, tras la victoria se preocupó por resaltar que había habido un apoyo a las gestiones “de abajo hacia arriba”.
Sin reelección, Suárez es número puesto para competir por la gobernación en 2027, pero es casi un hecho que no contará con la bendición de Cornejo.
Esa relación tirante con el gobernador puede ser una bolilla negra para el intendente. El eje que conforman Valdés, el gobernador santafesino Maximiliano Pullaro y su par jujeño Carlos Sadir tiene la convicción de que “no es momento de pelea”, a pesar de haber dejado en claro que quieren conducir el sello partidario para alinearlo con Provincias Unidas, su apuesta electoral y legislativa. Por eso, postular a Suárez podría ser tomado como una afrenta por Cornejo. Por ahora, hay esperanza de lograr la unidad.
Leonel Chiarella, intendente de Venado Tuerto, y Ulpiano Suarez, alcalde de Mendoza: dos que suenan.
Esta situación le abre la puerta a Leonel Chiarella. El intendente de Venado Tuerto cumple todas y cada una de las condiciones que seducen de elegir a un alcalde para el Comité. Joven -con 36 años es el jefe comunal más joven de Santa Fe-, va por su segundo mandato al frente de la ciudad ubicada al sur de la Bota. Con una gestión hiperactiva y enfocada en la seguridad -suele ponerse al frente de las denuncias a delincuentes a quienes menciona con nombre y apellido en sus redes- y en las obras, en 2023 fue reelecto por un aplastante 83% de los votos.
Más importante aún, Chiarella es un hombre alineado sin dobleces a Pullaro. General López, el departamento del que ambos son oriundos, suele ser el lugar donde mejor cosecha electoral consigue el gobernador. El intendente es una figura valorada en la Casa Gris, casi como un protegido de Pullaro y de Lisandro Enrico, el ministro de Obras Públicas que domina ese territorio. Cerca del gobernador reconocen que el alcalde tiene chances, pero se preocupan por aclarar que es una propuesta del foro y que sólo avanzará “si hay consenso”.
El último intento por Gustavo Valdés
El reconocimiento interno es tal que está acordado que Suárez le entregue el cetro del Foro de Intendentes Radicales a Chiarella en 2026. Esa presidencia rotativa, firmada a principios de 2024, incluye a Juan Manuel Moroni, el intendente de Bell Ville, cuyo turno será durante 2027.
Sin embargo, nada está dicho. Por estas horas, la rosca se trasladó a Corrientes, con la asunción de Juan Pablo Valdés como escenario. Se presume que allí los gobernadores harán un último intento de convencer al exgobernador. La negativa, sin embargo, parece inconmovible: Valdés no quiere conducir un partido “que no se deja ser conducido”. Pareciera haber escuchado la tesis que repite un viejo lobo radical santafesino de que conducir a la UCR es como llevar una carretilla llena de ranas: “Vas andando, se pelean entre ellas, una se te escapa, la vas a buscar y cuando volvés se te escapó otra”.








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