Cristian Ritondo y Soledad Martínez, presidente y vice del partido en la provincia, se reunieron para conversar sobre el pacto con los libertarios. Se espera una reunión con intendentes y el macrismo quiere que sean ellos los que tengan la lapicera.
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CARLA PELLIZA
La cúpula del PRO bonaerense se reunió para avanzar con los lineamientos centrales de un acuerdo entre el partido y La Libertad Avanza en Buenos Aires. Por ahora, los parámetros de la negociación se mantienen: los amarillos quieren proteger lo propio y se espera un nuevo encuentro con intendentes a tres semanas del cierre de alianzas en la provincia.
Ante un peronismo que manifestó, desde la marcha a Plaza de Mayo para respaldar a Cristina Kirchner, su voluntad de garantizar la unidad en el distrito más poblado del país, la derecha no quiere quedar mal parada. Consideran que la única forma de poder pensar en un escenario de victoria es un acuerdo, pero todavía no pudieron terminar de sellarse sus términos.
"Nos reunimos con Soledad Martínez, intendenta de Vicente López y vicepresidenta del PRO bonaerense, para analizar en detalle la situación de los distritos de la Provincia y planificar juntos el camino hacia las elecciones del 7 de septiembre", tuiteó la cuenta oficial del partido amarillo en la provincia, mensaje que fue replicado por su titular, Cristian Ritondo.
Todavía no hay avances en los distritos gobernados por el macrismo, pero las dos autoridades acordaron en reunirse con los 13 intendentes para afinar los ítem del acuerdo con los libertarios. Así como la Casa Rosada busca imponer condiciones, en especial a la hora de encarar una nacionalización de la campaña, el PRO también quiere hacer valer su poderío territorial y de gestión.
Casi como si fuera una condición amarilla, los intendentes macristas están en la cúspide de prioridades. Quieren que en cada uno de los municipios sean ellos los que tengan la lapicera. En el interior, donde tienen más presencia, pueden negociar fácilmente ante la ausencia de candidatos libertarios en los distritos. Incluso a la hora de pensar en las secciones electorales. Hasta podría ser mucho más redituable, para La Libertad Avanza, conceder una cabeza de lista PRO y llenar de nombres propios el resto de los renglones.
El único municipio gobernado por el PRO en el conurbano es Vicente López, dado que Tres de Febrero se tiñó de violeta el año pasado. Allí puede ser más difícil evitar la nacionalización de la campaña, un mal propio del AMBA. Sin contar que su intendenta es una persona referenciada en Jorge Macri, a quien los violeta ya enfrentaron en la CABA.
Más allá de ese pequeño detalle, se aseguró que todos los intendentes van a demandar tener la lapicera en sus distritos, con un asterisco. Guillermo Montenegro, alcalde de General Pueyrredón, fue señalado como una persona que tiene más ganas de volver a la Ciudad de Buenos Aires que de permanecer en la costa atlántica.
Lo cierto es que el PRO y La Libertad Avanza ya funcionan, para la sociedad, como socios. Según el último estudio de Pulso Research, el 49,1%, Mauricio Macri y Javier Milei son aliados, mientras que el 22,7% considera que son opositores.
A nivel nacional, según el mismo sondeo, La Libertad Avanza es el partido político con mayor intención de voto. El gobierno cosecha el 38,8% de los sufragios, con proyección de indecisos, seguido del peronismo kirchnerista, un peronismo federal y el PRO, apenas con el 4,9%.
Sin embargo, una alianza entre los dos partidos de derecha podría no ser tan beneficiosa. Según el sondeo de Pulso, el macrismo podría no trasladar todo su voto a una opción extrema, y la coalición ascendería al 39,8% de los sufragios. O sea, apenas un punto por encima de lo cosechado por los libertarios en soledad. Crecen, sin embargo, el peronismo federal, la Izquierda y la UCR como alternativas al kirchnerismo y el PRO libertario.
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