30 años a 99 centavos: estrategias de una empresa para no aumentar sus precios pese a la inflación

30 años a 99 centavos: estrategias de una empresa para no aumentar sus precios pese a la inflación

El Índice de Precios al Consumidor aumento un 8,5 interanual en marzo y mientras el Gobierno de EEUU habla de una "inflación extraordinaria", el dueño de la Big AZ Can aseguró que no tiene ninguna intención de modificar sus precios en el futuro. La lata de la compañía AriZona vale 99 centavos desde 1992

La portavoz de la Casa Blanca, Jen Psaki, ya lo había anticipado: la inflación de marzo en Estados Unidos iba a ser "extraordinariamente alta". Y así lo fue: el índice de precios al consumidor marcó un 8,5% interanual, una décima más del 8,4% esperado por los analistas y muy por encima del dato de 7,9% del mes anterior. La suba de precios mensual, de 1,2%, no se veía desde 2005. La anual casi no se recuerda: es la más alta en los últimos 40 años

Así como sucede en Europa tras el inicio de la guerra Rusia-Ucrania, los precios en Estados Unidos son inusitados: la nafta cuesta seis dólares por galón, los alimentos ya subieron un 8% y las tiendas de dólar ya son de un dólar y cuarto. Sin embargo, la suba generalizada de precios encuentra un rival inamovible: una lata de té.

AriZona vende su lata gigante de té helado a solo 99 centavos de dólar, un precio que la posiciona por debajo de cualquier otra bebida, incluida el agua. "¿Cuánto aumentó en el último tiempo?", se preguntarán algunos, que quedarán sorprendidos con la respuesta: no aumentó nada. Y no sube desde hace 30 años

¿Cómo lo hacen? En un contexto donde el aluminio se duplicó en 18 meses, el jarabe de maíz se triplicó en los últimos 20 años y los enormes aumentos en los combustibles complican la cadena de suministro, no parece nada simple mantener un valor de 99 centavos. De hecho, según cálculos de Los Angeles Times, los 99 centavos de 1992 valen ahora dos dólares. Pero esa estadística no aplica a la Big AZ Can.

La receta para que no suban los precios

La respuesta es simple: la compañía está ganando menos dinero. La empresa, una de las pocas independientes que quedan en un mercado dominado por las multinacionales, mantiene el precio debido a que se ajustó el cinturón en tiempos de inflación alta. "No quiero hacer lo que hacen los muchachos del pan, los muchachos del gas y todos los demás. Los consumidores no necesitan otro aumento de precio por parte de un tipo como yo”, declaró Don Vultaggio, el fundador y presidente de la compañía de 70 años, al medio citado.

Gracias a eso, su lata de 680 mililitros es más barata que la mayoría de las aguas embotelladas, las gaseosas de 600 ml y casi todos los tés y cafés enlatados. De hecho, si se pudiera alimentar un auto con latas de té verde AriZona con ginseng y miel, sería más barato que la nafta de Los Ángeles por casi 40 centavos el galón.

A la competencia le es imposible igualar los precios: el Snapple cuesta 1.79 dólares, la Gold Peak de Coca Cola ronda los dos dólares, mientras que la lujosa Pure Leaf de Pepsi está en 2.09 dólares. Y, por si eso no fuera suficiente, los envases de todas estas bebidas tienen, como mínimo, 150 ml menos que la lata de AriZona.

Claro que la compañía que dirige Vultaggio junto a sus hijos tiene también bebidas de frutas, bebidas energéticas, tés embotellados, refrigerios, agua carbonatada y otras ofertas. Sin embargo, mueven menos volumen, y tienen precios y márgenes más altos que la Big AZ Can, que representa el 25% de los ingresos totales de la compañía gracias a la venta de mil millones de unidades cada año. 

Los 99 centavos no vienen solos. Para mantenerlo durante tantos años, la empresa recurrió a escala, tecnología y ajustes constantes al negocio. En el pasado, solo una empresa fabricaba las latas enormes; pero ahora hay múltiples proveedores que compiten en precio. Además, la tecnología de latas cambió para reducir la cantidad de aluminio de cada una en un 40%.

La compañía también simplificó las operaciones, utilizando su propia fábrica en Nueva Jersey, que puede producir 1500 latas por minuto, para gran parte de su producto. La mayoría de los camiones de la empresa hacen entregas en medio de la noche para evitar el tráfico.

El fantástico número 9

La racha de los 30 años se inició en 1992, y desde 1996 la marca se comprometió a mantener el precio de 99 centavos mediante la impresión del valor en sus etiquetas, así los minoristas no lo cambiaban. Todavía le queda más del doble para alcanzar la racha de la Coca-Cola de 190 ml, que se mantuvo en cinco centavos por más de 70 años entre 1886 y 1959. 

Sin embargo, tiene una ventaja: el número 9. Según expertos, que un precio finalice con esa cifra y no con otra hace al producto más resistente al mercado. Hay un cierto beneficio psicológico que no está presente con ningún otro número. Sorprendentemente, esta afinidad por los 9 se mantiene incluso en las compras en línea, en las que los pagos digitales no requieren cambio exacto.

“Ha sido así desde los hombres de las cavernas, el precio de 99 centavos era emocionante entonces y es emocionante hoy”, dijo Vultaggio a Los Angeles Times. “Algo de menos de un dólar es atractivo, y saber exactamente cuánto más agregará una bebida a su almuerzo ofrece una sensación de seguridad", agregó.

Y aunque en Canadá el té de AriZona llegó a valer 1.29 dólares, la compañía tranquilizó a sus consumidores: "No se preocupen familia. Todavía los cuidamos", tuiteó la empresa. Y así, gracias a su esfuerzo y los efectos del mercado, quizás puedan mantener sus 99 centavos por treinta años más. 

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