El primer ministro israelí, "Benjamin Netanyahu y su gobierno no muestran ningún deseo de emprender negociaciones serias. Más bien han frustrado todas las iniciativas para avanzar hacia el sendero de la paz, entre las que se destacan los esfuerzos del secretario de Estado de los Estados Unidos, John Kerry", dijo -de modo tajante- el presidente palestino, Mahmud Abbas, durante una entrevista exclusiva concedida a Télam.

Pese a ello, el mandatario agregó que Palestina está dispuesta a "retomar negociaciones serias bajo un auspicio multilateral, no bilateral, sobre la base de los convenios y las resoluciones internacionales".

"Incluidas -recordó- las de la legitimidad internacional y la iniciativa árabe de paz que culmine en un plazo determinado, con el fin de la ocupación, la independencia del Estado de Palestina y el logro de una paz justa".

"Pero no aceptaremos negociar simplemente por el hecho de negociar", advirtió sin medias tintas.

La entrevista otorgada por Abbas es la primera a un medio argentino desde la Mukata, sede del gobierno palestino en la ciudad de Ramallah, en Cisjordania.

Y además de la importancia en sí misma, adquiere relevancia particular por la situación que atraviesa esa convulsionada región y el actual estancamiento en que se hallan las negociaciones de paz con Israel.

En verdad, el último intento de paz creíble fue el de Oslo, aunque también fracasó al igual que el de Camp David del año 2000. Y sin una figura de fuerte ascendiente en Israel como fue Isaac Rabin, el presidente palestino profundizó en las dificultades de trazar un camino posible para un acuerdo serio.

"Desde hace más de 23 años estamos tratando de llegar a un acuerdo de paz justa y global a través de negociaciones directas con la participación de los Estados Unidos y los esfuerzos del Cuarteto (de Madrid, conformado por Estados Unidos, Rusia, Naciones Unidas y la Unión Europea). Sin embargo, lamentablemente, Israel ha obstaculizado cualquier progreso", explicó.

"Más bien (Israel) intensificó durante este período la confiscación de nuestra tierra y la construcción de asentamientos, que son considerados un crimen de guerra conforme al Derecho Internacional, al punto de amenazar seriamente la solución de dos Estados", agregó.

No obstante, resaltó la vocación de Palestina para "dar nuestra aprobación a la iniciativa francesa de constituir un grupo internacional de apoyo y convocar a una conferencia internacional de paz, que concluya con el establecimiento de un mecanismo eficaz y múltiple destinado a poner fin a la ocupación".

El presidente palestino -quien pidió preguntar y responder en árabe, por lo que fue de gran valor la tarea de traducción que hizo la embajada de Palestina en Argentina y su embajador Husni Abdel Wahed- descartó también que su país ceda en algunos de los reclamos históricos para alcanzar la paz.

Palestina reclama un Estado independiente en Cisjordania y la Franja de Gaza con la capital en Jerusalén Este, que Israel se retire de los territorios que ocupó en 1967, que desmantele los asentamientos que desplegó y congele los procesos de colonización.

"Este reclamo no es sólo una exigencia palestina, sino que ha sido traducido con resoluciones de la legitimidad internacional que nosotros cumplimos. La negociación debe centrarse en cómo implementar estas resoluciones", explicó Abbas.

Y recordó que "con el afán de lograr la paz, aceptamos establecer nuestro Estado tan sólo sobre el 22% de la superficie de la Palestina histórica".

¿Cree que buena parte de la comunidad internacional es cómplice de lo que pasa con los palestinos?, fue la pregunta a partir de la denuncia contra Israel que realizó Abbas en la última Asamblea de la ONU por no haber cumplido con los compromisos asumidos.

Y la respuesta no contuvo posibilidad de doble lectura: "Hay una histórica gran responsabilidad de la comunidad internacional".

"La Resolución de la Partición de Palestina en dos Estados, de 1947, es una decisión internacional. Por lo tanto, decimos al mundo y a los países que reconocieron al Estado de Israel, que se demoraron en reconocer al Estado de Palestina. Es un requerimiento esperado desde hace mucho tiempo", añadió.

Y en este aspecto, no escatimó agradecimientos hacia la Argentina porque "fue uno de los primeros países de América latina que se comprometió con el Derecho Internacional y las resoluciones de la ONU y ha reconocido al Estado de Palestina".

"Dichos acuerdos, así como también la Resolución de la Asamblea General del año 2012 que elevó el estatus de Palestina en las Naciones Unidas a un Estado observador, contribuyen a allanar el camino para llegar a una paz justa", añadió.

La violencia en la región es un tema obligado cuando se habla del conflicto entre israelíes y palestinos, y fue el alto comisionado de la ONU para los Derechos Humanos, Zeid Raad al Hussein, quien afirmó recientemente que la actual escalada "es en extremo peligrosa" y que los acerca "a una catástrofe si no se detiene inmediatamente".

"Lamentablemente, esta es la realidad", coincidió Abbas. "Por esa razón solicitamos a la comunidad internacional intervenir inmediatamente para obligar a Israel a cumplir con el Derecho Internacional y las resoluciones de la ONU, antes de que sea demasiado tarde", prosiguió.

Y agregó: "Extendemos nuestra mano para la paz y difundimos en nuestro pueblo la cultura de la paz y el diálogo, pese a que el gobierno israelí protege y alienta a los colonos a cometer más crímenes y violaciones flagrantes al Derecho Internacional y nuestros derechos".

La posibilidad de una tercera Intifada (nombre que tomaron las dos rebeliones populares palestinas contra Israel en Cisjordania y la Franja de Gaza) sobrevuela, e incluso la actual ola de violencia llegó bautizarse como "Intifada de los cuchillos" por la modalidad de los ataques. Abbas se refirió, también, a ese escenario.

"Cada vez que avanzamos un paso adelante, hacia la consagración de la cultura de la paz y el diálogo, se incrementan las prácticas represivas israelíes que destruyen las esperanzas de nuestro pueblo por la libertad y una vida digna, y nos retrocede de nuevo al punto de partida", afirmó.

Y analizó, antes de hacer una síntesis histórica desde su visión, las causas de la violencia.

"La situación es crítica desde hace más de 49 años, el tiempo que lleva la ocupación militar israelí de nuestra tierra en 1967, incluida Jerusalén Este, así como la permanencia de la ocupación israelí y su violación de los derechos de nuestro pueblo de una forma cotidiana".

"Especialmente la continuación de la construcción de asentamientos, el robo de nuestra tierra y los ataques contra los lugares santos musulmanes y cristianos, sobre todo en Jerusalén. Esas son, entre otras, las causas que provocan reacciones entre los jóvenes, que ya no aguantan el insulto y la humillación diaria practicada por el Ejército israelí y los colonos", enfatizó el mandatario.

¿Existe alguna autocrítica de su parte respecto al manejo de esa crisis y de las negociaciones?, fue la pregunta al primer presidente de Palestina.

"Las críticas internas más frecuentes que me hacen, respecto a las negociaciones, es que soy honesto, directo y cumplidor con los acuerdos. Atributos a los que no voy a renunciar", confesó Abbas.

"El mundo entero sabe que hemos cumplido con todos nuestros compromisos establecidos en los acuerdos con Israel. En cambio -añadió- son ellos (los israelíes) quienes no cumplieron con lo que les corresponde, entre los que se encuentran los compromisos más importantes".

Al final de la entrevista la consulta estuvo dirigida a la cuestión intrapalestina y las razones por las que no se logra un nuevo gobierno de unidad con el movimiento islamista Hamas, que gobierna en Gaza.

"Buscamos con toda sinceridad lograr la reconciliación y restablecer la unidad nacional, dado que es una prioridad absoluta para nuestro pueblo y nuestra causa. Y para alcanzar ese objetivo estamos trabajando en buscar un acuerdo para un gobierno de unidad nacional", explicó.

Y precisó que ese gobierno deberá estar "comprometido con el programa de la Organización para la Liberación de Palestina (OLP), cuya principal tarea es preparar las elecciones legislativas y presidenciales ya que necesitamos con urgencia renovar la legitimidad y activar las instituciones nacionales unificadas".