El trabajo empleó técnicas avanzadas de espectroscopia para analizar 25 marcas distribuidas en varios países, identificando las partículas invisibles en miles de muestras.
Por: Natalia Moreno.
Un reciente estudio publicado en la revista Proceedings of the National Academy of Sciences ha desatado la preocupación al revelar que casi todas las marcas de agua embotellada analizadas contienen rastros de microplásticos. El trabajo empleó técnicas avanzadas de espectroscopia para analizar 25 marcas distribuidas en varios países, identificando las partículas invisibles en miles de muestras. De acuerdo con los científicos, la única excepción fue una procedente de Reino Unido, que no mostró rastro alguno de microplásticos bajo las condiciones del análisis.
La investigación, liderada por científicos de Columbia University y la Universidad de Rutgers, profundiza en la magnitud de la contaminación por microplásticos en productos que se ingieren, una cuestión que inquieta tanto a consumidores como a autoridades sanitarias. Las partículas, imperceptibles a simple vista, han sido asociadas por estudios previos a posibles riesgos para la salud humana, aunque los efectos concretos continúan bajo evaluación.
240.000 microplásticos por litro
El análisis científico ha desvelado cifras sorprendentes sobre la cantidad de microplásticos presentes en la mayoría de estas aguas estudiadas. Utilizando espectroscopia Raman mejorada con sustrato, los expertos detectaron, en algunos casos, hasta 240.000 fragmentos de microplásticos por litro de agua. Según el artículo, las partículas analizadas presentaban tamaños inferiores a cinco micras, lo que preocupa por la posible facilidad con la que podrían atravesar barreras fisiológicas del organismo.
Una persona mira microplásticos a través de una lupa. (Canva)
Los investigadores explicaron que “las concentraciones medidas superan las estimaciones previas en uno a dos órdenes de magnitud”. Este dato implica que los niveles detectados resultan significativamente superiores a los recogidos por análisis tradicionales, que muchas veces no lograban identificar las partículas nanométricas. El coautor Beizhan Yan advirtió en el comunicado de prensa: “Cada botella consumida puede contener una cantidad preocupante de partículas plásticas que el consumidor desconoce”.
El trabajo también ha precisado la variabilidad de las concentraciones entre marcas y lotes. Si bien todas las muestras, excepto una, contenían estos contaminantes, la cantidad resultó muy dispar, con algunas registrando menos de 100.000 partículas por litro y otras multiplicando esa cifra ampliamente.
Los microplásticos provienen de los envases
El estudio no solo ha cuantificado la presencia de microplásticos, sino que también ha identificado su origen principal. Los científicos han determinado que una amplia mayoría de las partículas halladas correspondía químicamente al tereftalato de polietileno (PET), el polímero plástico usado comúnmente en las botellas. Mediante su técnica de análisis, han establecido que la liberación de microfragmentos ocurre principalmente durante el embotellado y almacenamiento, aunque el proceso puede intensificarse bajo ciertas condiciones de temperatura.
El equipo ha señalado en el artículo que “el PET constituye la fracción dominante de microplásticos detectados en las muestras”. Además, han hallado trazas de otros polímeros, como polietileno o polipropileno, presentes probablemente en los tapones o en la maquinaria utilizada durante el proceso industrial. Los expertos han matizado que la contaminación por microplásticos no siempre guarda relación con la localización geográfica o la marca, sino que puede depender del proceso de fabricación y del tiempo de almacenamiento.
Fabricación de botellas de plástico. (Canva)
No obstante, los investigadores recalcaron que la única muestra exenta de microplásticos procedía de una embotelladora del Reino Unido. Según el artículo, las condiciones de producción y el control de calidad en esta planta parecen excepcionales respecto al resto.
Incertidumbre sobre los riesgos para la salud
Frente al hallazgo de microplásticos en casi todas las aguas embotelladas evaluadas, los autores del estudio subrayan la ausencia de certezas sobre el impacto sanitario de esta exposición constante. Aunque la presencia de las partículas intensifica la inquietud pública, los expertos insisten en que “aún falta evidencia para determinar si existe una repercusión tangible sobre la salud humana”.
El equipo de Columbia University expone que los microplásticos más pequeños, inferiores a 1 micra, presentan mayor probabilidad de atravesar barreras celulares. La profesora Phoebe Stapleton ha advertido en el estudio: “Se desconoce el destino de estos microplásticos una vez en el organismo humano y si sus efectos pueden ser acumulativos o transitorios”. Por el momento, organizaciones internacionales como la Organización Mundial de la Salud (OMS) reclaman más investigaciones antes de establecer límites regulatorios específicos para la industria del agua embotellada.
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