Scioli, parte de su gabinete e intendentes junto a Cristina

Temprano, se apostó parte del sciolismo en la convocatoria. Alguno -no todos- se animó a entonar la infantable "somos los soldados del Pinguino". Intendentes del Conurbano, algunos con movilización a cuestas, también fueron de la partida
Mucho antes que el gobernador Daniel Scioli esperara a la presidenta en el helipuerto de Mar del Plata, legisladores del sciolismo se apostaron bien temprano y en un recuadro apartado donde luego se reuniría la plana mayor del kirchnerismo nacional.

Con humor, relajados y a la vista de todos, uno de los referentes del gobernador en la Cámara Baja se atrevió a cantar una canción, por lo bajo, sobre eso de ser soldado del pingüino. Los demás reían.

Todo lo contrario hicieron los intendentes del Conurbano quienes, apoyados por la gran convocatoria, se expusieron delante de todos sabiendo que el 2013 tendrán su peso en el armado de las listas.

Entre ellos se destacaron Julio Pereyra, Martín Insaurralde, Darío Díaz Pérez, el “Barba” Gutiérrez y Alejandro Granados, quienes coparon la primera fila por encima de varios gobernadores.

Párrafo aparte para Horacio Tellechea, intendente de Necochea quien, ante las denuncias irregularidades en su gestión, optó por aislarse de los demás dirigentes y se dedicó a chequear el twitter para pasar el rato.

Llamó la atención los saludos recibidos por la ministra de Desarrollo Social Alicia Kirchner por parte de sus pares, aunque el abrazador de la jornada fue el diputado nacional Carlos Kunkel que se dedicó a obviar cortesías a todo aquel que no se identifica como kirchnerista puro.

No menos importante fueron las intervenciones previas a las palabras de la presidenta por parte de Luis D´Elía y Emilio Pérsico quienes, con remeras rojas rompieron la prolijidad de los demás dirigentes, y estuvieron en cada detalle del acto. Junto a Hugo Yasky, ordenaron se encargaron de alardear señalando a sus militantes.

La paradoja del acto la dieron los dirigentes retrasados que entraron al sector vip a los empujones y con la ropa desarreglada, lo que derivó en la humorada de un colega: “así nos gobiernan”.

La frutilla del postre la mostró Julio Alak, el ministro cuestionado por el “asadito”, ya que su retraso fue tal que ingresó a las corridas justo cuando la presidenta saludaba a los miles de militantes que agasajaron a la Fragata.

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