Reflexiones a 200 años de la Independencia argentina

Reflexiones a 200 años de la Independencia argentina

Personalidades de diferentes ámbitos del país reflexionaron, sobre el bicentenario de la Independencia Argentina.

Juan Manzur, gobernador de la provincia de Tucumán.

“Los tucumanos tenemos la especial responsabilidad de reflexionar sobre estos 200 años de la Nación”

Los argentinos nos encontramos a las puertas de la celebración del Bicentenario de la Independencia de nuestra patria. El acontecimiento fundante de nuestra Nación, que el 9 de julio de 1816 tuvo lugar en San Miguel de Tucumán, la misma ciudad en cuyas adyacencias -el 24 de septiembre de 1812- se libró la batalla decisiva que puso un límite infranqueable al contraataque realista lanzado desde el Alto Perú: la llamada Batalla de Tucumán.

Desde la Declaración de la Independencia han transcurrido 200 años. Un período de dos siglos que nos obliga a volver, una vez más, sobre nuestros orígenes para indagar sobre aquello que nos constituye como pueblo, pero que también nos da la perspectiva necesaria para repensar la trayectoria recorrida desde aquel ya lejano, y trascendente, 9 de julio hasta el presente.

Todo gran aniversario patrio, como en este caso el Bicentenario de la Independencia, supone celebración y conmemoración. Por un lado, festividad, alegría como comunidad de reconocernos en un pasado u origen común; y por el otro, ejercicio de la memoria histórica, precisamente, para mantenerla viva.

En esa perspectiva, los tucumanos, por haber sido los anfitriones del Histórico Congreso, tenemos la especial responsabilidad no sólo de ser custodios de monumentos -como la Casa de la Independencia-, sino también de promover la indagación y la reflexión sobre estos 200 años de vida independiente como Nación.

El Estado provincial y también sectores independientes, o no gubernamentales, han venido organizando distintos foros o ámbitos, tanto en la provincia como en el país, para reflexionar sobre la significación de un acontecimiento tan importante para nuestra Patria.

De igual modo, a esta gran celebración nacional se han sumado las más variadas manifestaciones de la cultura y del arte. A la par, ha aparecido un significativo número de publicaciones que de distintas perspectivas abordan el tema. Todo lo cual constituye un amplio movimiento, plural y democrático, que enriquece el intercambió de miradas sobre aquello que nos constituye como Nación y sobre nuestros actuales desafíos.

La celebración del Centenario de la Independencia, el 9 de julio de 1916, coincidió con el año en que el pueblo argentino estrenó el voto universal, secreto y obligatorio que llevó a la presidencia a Hipólito Yrigoyen.

Hoy, cien años después, hay que destacar un hecho muy importante.

La celebración del Bicentenario de la Independencia se produce mientras nuestro país transita 33 años ininterrumpidos de vida institucional democrática, un acontecimiento de indiscutible trascendencia en una Nación que, entre 1930 y 1983, sólo en contadas oportunidades, y nunca por más de nueve años, pudo hacer uso pleno de la soberanía popular.

La interrupción de la vida democrática fue un hecho frecuente en la historia del Siglo XX de la Argentina hasta el 10 de diciembre de 1983, día en que Raúl Alfonsín, producto del libre ejercicio de la voluntad popular, llegó a la presidencia de la Nación. El país dejó atrás, así, la dictadura más cruel de su historia.

A partir de la recuperación de la democracia en 1983 se inició un proceso de afianzamiento de la democracia y recuperación de los derechos sociales, económicos y culturales vulnerados durante la dictadura.

Se trata de un proceso que a lo largo de los últimos 33 años tuvo avances y retrocesos, a la par de graves conflictos, pero que siempre lograron resolverse a través de los mecanismos institucionales y el respeto a la voluntad popular.

Y en eso podemos estar orgullosos de ser fieles al ideario de los hombres del Congreso de Tucumán, quienes declararon la Independencia “en el nombre y por la autoridad de los pueblos que representamos”.

Margarita Stolbizer, diputada de la Nación,

“Ser independientes hoy es revalorizar nuestra identidad cultural”

Este año se cumplirán 200 años de la declaración de la Independencia de las Provincias Unidas del Río de la Plata en el Congreso de Tucumán, un pronunciamiento que constituye el más alto suceso en toda nuestra historia como proclama de libertad y autonomía.

Esa declaración tuvo como precedente una comunidad unida en la cohabitación de un territorio y por el acuerdo en torno a un proyecto común, capaz de mantenerse y de crecer más allá de las divergencias políticas de los argentinos, con el fin de tener una sociedad mejor y más justa, trascendiendo a las personas y los tiempos. Un dato no menor es que la declaración se distribuyó entre los pueblos en idimomas castellano, quechua y aymará.

A todas luces se percibe que el mundo va hacia una creciente interdependencia, por la realidad de las comunidades en torno al espacio y el tiempo global, marcado por nuestras realidades, nuestras economías y también por las comunicaciones y el avance de la ciencia y la tecnología.

Sin embargo, la Independencia hoy tiene necesariamente que ver con revalorizar la identidad cultural, para poder distinguir nuestros propios intereses colectivos, en el marco de la libertad, la democracia y los derechos humanos.

La independencia se refunda y se proclama cada día, con nuestra actitud en el fortalecimiento de la Nación, sus vínculos interpersonales, los intereses y fines comunes, el destino definido por la igualdad de oportunidades y condiciones para todas las personas.

Hacia ese horizonte debe orientarse nuestra reafirmación de libertad.

Héctor Recalde  ,diputado nacional y abogado.

“Creo en más derechos y en los trabajadores como motor del progreso económico”

A 200 años de la declaración de Independencia afirmo aún más mis convicciones como ciudadano. Creo en una América unida, una patria grande en donde todos sus habitantes día a día tengan más derechos, creo en que la clase trabajadora sea el verdadero motor del progreso económico de un país.

Gobiernos independientes y libres de toda opresión, sea económica, militar o mediática. En definitiva, como soy parcial en mi modo de ver las cosas, creo en una Patria libre, justa y soberana.

Nuestro pueblo merece tener gobiernos que se le parezcan, y en las épocas que que esto fue así el pueblo fue feliz.

Esa es, fue y será mi lucha.

Gabriela Michetti, vicepresidenta de la Nación.

“La independencia no debe ser un rebeldía vacía”

Llegando al histórico hito de los 200 años de Independencia de nuestro país, es buen momento para detenernos a pensar qué significa ser independientes hoy.

Cuando planteamos el cambio que estamos comenzando a llevar adelante, no debemos alejar ni por un momento la vista de aquella idea de país por la que trabajamos tantos argentinos, desde 200 años atrás, atravesando todo tipo de adversidades y circunstancias.

La independencia no debe ser una rebeldía vacía, ni el mero formalismo de no depender políticamente de algún gobierno extranjero.

La independencia como país debe ser lograr que todos los argentinos podamos ser promotores de nuestro propio destino.

Para eso, el Estado debe garantizarnos las condiciones básicas necesarias para desarrollarnos personal y comunitariamente, y ese es el gran desafío que como gobierno hemos encarado para poder decir -orgullosamente- que trabajamos día a día por reafirmar nuestra independencia.

María Eugenia Vidal, gobernadora de la provincia de Buenos Aires.

“El momento de hacer es ahora”

Este año no es uno más para todos nosotros. Hace 200 años empezamos a ser independientes, y no se logró de un día para el otro. Fueron años y años en los que miles de personas pelearon con valentía, compromiso y con la convicción de que podían construir una sociedad libre y justa. De eso estamos hechos los argentinos.

Y hay algo más allá de esta fecha que queremos celebrar, una lección que perdura a través del tiempo y es que cuando trabajamos unidos, podemos lograr lo que nos proponemos. Ese espíritu de unión vive en nosotros y va a continuar en nuestros hijos, sus hijos y la historia que nos va a sobrevivir.

Hoy no tenemos enemigos externos pero sí muchos problemas a resolver. Ese es el desafío de nuestra época. No hay espacio para rivalidades ni competencias. Podemos discutir nuestras ideas y defender nuestras opiniones pero el camino que se extiende delante nuestro tiene que encontrarnos juntos.

El momento de hacer es ahora. Necesitamos unir nuestros esfuerzos, tenemos todo para alcanzar el futuro que soñamos. Podemos hacerlo, pudimos hace 200 años.

Sergio Massa, diputado nacional y líder del Frente Renovador.

“Una nación no puede ser independiente si tiene divisiones, desigualdades e injusticias”

Este año se cumplen doscientos años desde que las Provincias Unidas del Río de la Plata declararon la ruptura definitiva con el poder monárquico de España para hacerse cargo de su propio destino. Luego de dos siglos de lucha, avances y retrocesos, los argentinos aprendimos que para ser una Nación libre e independiente no basta con hacer declaraciones grandilocuentes. La independencia es un derecho que se consolida a medida maduramos como pueblo y fortalecemos nuestra identidad.

Ejercer el derecho a decidir sobre nuestro propio destino como Nación, requiere de un nivel de consenso que sólo es posible a través del diálogo, la tolerancia y la solidaridad.

Estoy profundamente convencido de que una Nación no puede ser independiente mientras convivan en su seno profundas divisiones, desigualdades e injusticias.

La independencia de una Nación es directamente proporcional a su nivel de desarrollo humano y de unidad.

Cuando logremos mayor igualdad y justicia social estaremos en condiciones de gozar plenamente de nuestro derecho de autodeterminación y libertad.

Nuestros antepasados dieron sus vidas para que Argentina sea un país libre y soberano. A ellos y a nuestros hijos debemos el honor de seguir luchando para que nuestra Nación logre la independencia económica, política y cultural que necesita para alcanzar su máximo potencial.

Carlos Menem, ex presidente de la Nación, actual senador nacional por La Rioja

“Hay que superar las divisiones y los desencuentros”

El bicentenario de la Declaración de la Independencia constituye una extraordinaria oportunidad para que todos los argentinos nos inspiremos en el ejemplo de aquellos próceres reunidos en el Congreso de Tucumán que, con su visión y coraje, iluminaron para la Argentina el camino del futuro.

Un aniversario de semejante trascendencia nos tiene que ayudar a superar las divisiones y desencuentros que enturbian nuestro presente, para avanzar en la senda de la unidad nacional que nos marcara el general Perón, a través del ejercicio de la Cultura del Encuentro que predica y practica el Papa Francisco.

Martín Lousteau ,embajador argentino en Estados Unidos.

“Ser independientes es poder soñar el futuro propio”

El primer paso para ser independiente es ser capaz de soñar el futuro propio. Si uno no lo hace, otros lo hacen por uno. Imaginarse ese porvenir exige la libertad de hacerlo despojado de condicionamientos externos o prejuicios internos.

El mayor desafío de ese ejercicio es aprender a mirar al otro no como una amenaza, sino como una oportunidad de autosuperación.

Esto es particularmente cierto en el ámbito internacional: hay países que ya han resuelto exitosamente los desafíos que aún tenemos y esos aprendizajes están disponibles para ser aprovechados, si somos capaces de respetar nuestra idiosincrasia y nuestros objetivos.

Por último, la verdadera independencia requiere tener una visión de largo plazo orientada hacia la construcción en común. Los humanos no vivimos en sociedad por conveniencia sino por convicción. Y para lograr esa meta es imprescindible evitar el cortoplacismo y la revancha, ya que ambos condicionan nuestro potencial.

Es cierto que tanto la incertidumbre como el enojo son justificables en el contexto argentino. Pero ante cada discusión y ante cada disyuntiva siempre tendremos la opción de alejarnos de lo que nubla la razón y construir el marco adecuado para el futuro que soñamos.

En definitiva, de eso se trata la independencia: de decidir quiénes queremos ser.

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