Juan Manuel Abal Medina: "La conducción del peronismo la define la gente con su voto"

Juan Manuel Abal Medina:

El senador peronista analiza la marcha de la CGT y su violento final. También habla de candidaturas, las internas del peronismo y de su trabajo con Néstor y Cristina Kirchner. Video.

Juan Manuel Abal Medina, porteño, 48 años, es portador de un apellido con mucha historia peronista. Su padre Juan Manuel fue secretario general del Partido Justicialista y delegado personal de Perón, cuando el General transitaba el final de sus años de exilio. Su tío Fernando fue fundador de Montoneros y participó del secuestro y asesinato del general Aramburu.

Abal Medina (hijo) se recibió de Licenciado en Ciencia Política en la UBA, con diploma de honor, medalla de oro y 9,40 de promedio general en la carrera.

Creció en política acompañando a Chacho Alvarez primero y a Néstor Kirchner después. Tuvo cargos públicos durante la presidencia de Fernando de la Rúa y en el gobierno porteño de Aníbal Ibarra. Con Cristina presidenta ocupó varios puestos y llegó a Jefe de Gabinete. Hoy es senador nacional por la provincia de Buenos Aires.

-Los incidentes del final del acto de la CGT días atrás, ¿vuelven a instalar la posibilidad de que la violencia sea la herramienta con la que se resuelvan las peleas en el peronismo?

-No, en absoluto. Fueron incidentes lamentables, obviamente, pero muy marginales frente a lo que fue una movilización de semejante magnitud. Doscientas, doscientas cincuenta mil personas según queramos mirarlo, la verdad que fue muy masivo. Y creo que lo importante, que el gobierno debería escuchar, es que hay un descontento social muy profundo y que estas cuestiones más que mirar para otro lado hay que verlas, analizarlas y no repetir errores. Errores como incluso nosotros cometimos en su momento.

-En un peronismo que está muy fragmentado, la CGT se proponía o piensa todavía, ser el eje que ordene la recomposición peronista. Este proyecto sindical ¿sigue en pie o se cayó con el acto del otro día?

-No, no se cayó. La CGT tiene un lugar muy importante, fue históricamente la columna vertebral del movimiento. Obviamente, también, hay otros actores importantes: intendentes, legisladores, dirigentes que hoy no están en la política cotidiana pero tienen que ser parte de un proceso de cambio de un peronismo hacia adelante.

-¿Se puede lograr la unidad del peronismo con Cristina en la conducción y La Cámpora ocupando los lugares de relevancia, como ha sido en general hasta ahora? Y si no es así, ¿quién va a liderar el peronismo?

-La conducción del peronismo no se declama, sino que se ejerce. Y nosotros queremos, o entendemos, que después de una derrota el único que puede definirlo es la gente con su voto. Por eso estamos pidiendo y trabajando por unas PASO democráticas, participativas, donde todos puedan presentarse, definir su posición, y sea el voto popular el que defina qué tipo de peronismo quiere para adelante. Pero digamos, no creo que uno pueda atribuirle de antes quién va a conducir o no. Eso va a ser parte del proceso político.

-Entonces yo tengo que entender que la conducción de Cristina está en cuestión o terminada, por lo menos.

-Cristina el día que dejó el gobierno, a los senadores y a los diputados les dijo que ella ya no tenía la tarea de conducir el país ni tampoco se veía a sí misma conduciendo el peronismo, aparte de que nunca lo quiso. Nunca quiso ser presidenta del partido ni mucho menos. Hoy tiene un liderazgo muy fuerte, incuestionable sobre un sector importante en nuestro espacio pero también hay otros sectores que estamos planteando otras alternativas que tienen que ver con mirar los problemas del presente y mirar más hacia adelante.

-¿Usted ve posible un escenario de conflicto social muy fuerte a lo largo de este año de cara a las elecciones de octubre?

-Más que posible, yo creo que es el tema que todos tenemos que trabajar para evitar. Por eso decía antes, tiene que haber por parte del gobierno una mirada más atenta sobre estas cuestiones, implementar algunos temas que prometió que no termina de cumplir como la emergencia social. Y bueno, la situación es muy compleja. Creo que depende de todos nosotros poder hacer que eso no ocurra y que la situación no empeore para los que hoy están pasándola muy mal en la Argentina.

-¿Hay quien juega a que haya un conflicto social muy fuerte? ¿Hay sectores que uno puede decir: “están apostando a que esto se pudra”?

-Si hay sectores que juegan a eso, son muy marginales. Cada vez que la Argentina explotó, a los que peor les fue, fue a los más humildes y a los trabajadores. El que lo haga obviamente está atentando contra los intereses de las mayorías populares y también creo que el gobierno tiene que entender que hay problemas reales. Y no, como parece que ahora muchas veces ocurre y como decía un politólogo amigo: que el gobierno va en una autopista manejando un auto y sigue exactamente las señales dónde doblar, velocidad máxima, pero los autos vienen todos de frente. Y como decía Bartolomé Mitre, en política cuando todos están equivocados es porque todos tienen razón. Entonces deberían reconocer estos problemas, sentarse en una mesa con los actores concretos y buscar soluciones para atender esta emergencia.

-Usted estuvo con Néstor y Cristina desde el primer día hasta el último. Ahora ya no, por lo que acabamos de escuchar. ¿Cuál fue la mayor deuda con la sociedad que dejó el ciclo de poder kirchnerista? ¿La corrupción, la falta de infraestructura, la falta de inversión, la inflación?

-No sé si te diría una deuda. Particularmente cuando hago autocrítica me hago cargo en primera persona: es, centralmente la última etapa, haber dejado de escuchar a los otros. Yo me acuerdo frente al “cacerolazo” por ejemplo, fue muy masivo y yo mismo lo ninguneé. Tomé algunos que estaban ahí protestando, diciendo barbaridades que Cristina se tenía que ir, en vez de ver el problema real. Que el gobierno no debería hacer lo mismo con esto. No quedarse con las escenas de los problemas, escuchar el reclamo real. Nosotros creo que a partir de esa mirada, frente a ese nivel de agresión, nos fuimos cerrando y en política uno está obligado a abrirse y escuchar más. Y eso no lo digo por nadie del gobierno, lo digo por todos pero especialmente por mí mismo.

Comentá la nota