La fantasía de Cristina llegó a La Plata

La fantasía de Cristina llegó a La Plata
Tal como estaba previsto, la presidenta Cristina Kirchner se hizo presente en La Plata. El motivo fue la inauguración de los nuevos edificios de las facultades de Humanidades y Psicología, algo que ya se había hecho oficialmente en febrero.
A esta altura, poco le importa al gobierno que una misma obra se inaugure varias veces. Lo que cuenta es que siga el show, el espectáculo circense que caracteriza, últimamente, a las presentaciones de la primera mandataria, que en la última semana hasta contó con el aporte de un contador de chistes y de un cantante hip hop.

Durante su discurso, la primera mandataria ni siquiera mencionó la palabra “inseguridad”. Su ciudad, que la vio crecer, está inmersa en una peligrosa vorágine delictiva que ha llevado a que el propio intendente Pablo Bruera, que integra las filas del kirchnerismo, haya decidido –ayer mismo- decretar el estado de emergencia, sumándose así a la medida que dictó Daniel Scioli durante el fin de semana (ver página 5).

La ola delictiva llega hasta las casas de los funcionarios K que viven en nuestra ciudad. Puede dar cuenta de ello el ministro de Interior y Transporte, Florencio Randazzo, a quien seguramente se le borró la “eterna sonrisa” de su rostro cuando se enteró que, a metros de su vivienda en Gonnet, se produjo una violenta entradera (ver Trama Urbana).

Tanto Scioli como Bruera no tuvieron otra alternativa que reconocer la gravedad de la situación. Ambos acompañaron a la presidenta, pero la primera mandataria prefirió referirse a temas que considera más importantes como, por ejemplo, sus recuerdos de universitaria, cuando estudiaba Derecho en el viejo edificio del Rectorado junto a Néstor Kirchner, luego de haber abandonado Psicología.

CFK también se vanaglorió porque el gobierno destinó 600 millones de pesos para construir nuevos edificios en la UNLP. Ahora bien, si tan importante fue la inversión, habría que preguntarse por qué las carreras realmente estratégicas para el desarrollo del país, como son las ingenierías, las ciencias exactas y las ciencias agrarias, se siguen dictando en nuestra ciudad en laboratorios e inmuebles que en muchos casos tienen más de 100 años, que arrastran serios problemas de infraestructura y que no se encuentran a la altura de la circunstancias ante el avance constante del conocimiento.

La mayoría del dinero tuvo como destino a facultades como Humanidades, Psicología, Bellas Artes y Periodismo. Es decir, carreras sociales –varias de ellas conducidas por decanos K- que encajan a la perfección en su modelo de país desindustrializado.

La primera mandataria también mostró el denominado premio “Rodolfo Walsh”, por sus “aportes a la libertad de expresión”. Se trata del mismo “galardón” que fue entregado por la decana ultrakirchnerista de Periodismo, Florencia Saintout, a personajes nefastos como Hebe de Bonafini, como así también al fallecido presidente venezolano Hugo Chávez, acusado por numerosos organismos internacionales por haber perseguidos a cientos de periodistas

independientes en su país, instaurando una suerte de dictadura mediática. En ese sentido, el kirchnerismo parece estar reflejándose en el espejo chavista, especialmente en los abusos que se hacen con el manejo de la multimillonaria pauta publicitaria que se utiliza para premiar o castigar a los medios de comunicación en función de su línea editorial.

Ahora bien, lo más indignante de la presidenta fueron los anuncios de las obras que, supuestamente, está encarando su gobierno para evitar que La Plata vuelva a inundarse. Hasta prometió, sin ruborizarse, que las organizaciones que representan a los familiares de las víctimas y a los damnificados por las inundaciones podrán controlar el avance de las obras. Si no fuera trágico, hasta resultaría cómico. La promesa salió de boca de una persona cuyo gobierno, prácticamente, ha desmantelado casi todos los organismos de contralor del país, y ha convertido al Congreso en una escribanía que termina avalando todos los negociados infames de su administración. Hasta las

estadísticas oficiales siguen siendo acomodadas en función de las necesidades de justificar el relato, mientras que la AFIP, en lugar de perseguir a los grandes evasores, se dedica a apretar a pequeños y medianos empresarios, y a atosigar a todos aquellos ciudadanos que públicamente expresan opiniones críticas

respecto al rumbo del gobierno. Peor aún, ante la falta de controles, Néstor y Cristina llegaron hasta el extremo de haber dibujado su propia declaración jurada de bienes, intentando justificar su enorme aumento patrimonial y haciendo que se archive, gracias a los “buenos oficios” del polémico juez Norberto Oyarbide, una pesada denuncia por enriquecimiento ilícito.

La realidad es que la administración kirchnerista no ha realizado ninguna inversión genuina en obras hidráulicas. Tan solo ha concedido un acotado financiamiento (equivale a lo que se gasta por año en el Fútbol para Todos) que oportunamente deberá ser devuelto por la Provincia. Es decir, los propios bonaerenses, con sus impuestos, terminarán haciéndose cargo del abandono del gobierno nacional que ni siquiera ha intentado poner en orden el estado deplorable en que se encuentra la Refinería de YPF en Ensenada, arriesgando la seguridad de miles y miles de familias que viven en la región.

Otro escándalo más y van...

Ayer, en el acto desarrollado en las inmediaciones de las nuevas sedes de las facultades de Psicología y Humanidades se registraron algunos incidentes entre agrupaciones que responden al kirchnerismo. También se vieron algunos polémicos personajes en los palcos reservados para el círculo íntimo de la Presidenta, como es el caso de Juan Manuel de Rosa –el médico personal de Hebe de Bonafini, sospechado de oscuras maniobras en clínicas de la región-, quien hasta saludó personalmente a la Jefa de Estado.

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