Fue su primera declaración judicial como acusada de un delito, pero ella la convirtió en su plataforma de reaparición política.

Cuatro meses después de haber dejado la Casa Rosada, Cristina Kirchner fue ayer a los tribunales de Comodoro Py, donde declaró en indagatoria, acusada de haber ordenado, como presidenta, una operación de venta de dólares en el mercado de futuros que resultó ruinosa para las arcas públicas.

La audiencia fue en el cuarto piso, en las oficinas del juez federal Claudio Bonadio, y duró unos 45 minutos. Empezó poco después de las 10 y a las 11 la ex presidenta ya se había ido. Afuera, desde muy temprano, la esperaba bajo la lluvia una multitud de militantes llegados desde distintos puntos del país, con La Cámpora en primera fila. A ellos les habló, desde un escenario montado en el medio de la avenida Comodoro Py, en un discurso que la reposicionó en el centro del plano político después de meses de ostracismo.

Además de criticar sin nombrarlo a Bonadio, Cristina Kirchner cargó fuerte contra todo el Poder Judicial, al que acusó de actuar en complicidad con el gobierno de Mauricio Macri. Fue a él, al Presidente, a quien le dedicó la mayor parte del discurso. No sólo le recordó las empresas offshoreen las que figura su nombre, sino que también lo acusó de estar implementando políticas económicas contrarias al pueblo.

"Me pueden meter presa, pero no me van a hacer callar", dijo. "No les tengo miedo. Voluntaria y explícitamente renuncié a tener fueros. No los necesito. Tengo los fueros del pueblo", afirmó Cristina Kirchner.

Sin fueros, ella estaba obligada a presentarse hoy frente a Bonadio. Si no iba, el juez la llevaría por la fuerza. La ex presidenta sabía bien que a Bonadio no le iba a temblar la mano para ordena su detención. Lejos de tratar de evitar la audiencia, el kirchnerismo la convirtió en una oportunidad de resurgimiento.

Puertas adentro del juzgado, la ex presidenta presentó un escrito de siete páginas en el que desarrolló su defensa. Comenzó con la afirmación de que siempre quienes encabezaron movimientos políticos "de carácter nacional y popular" terminaron siendo descalificados por quienes los sucedieron, que los acusaron de "graves delitos" con el verdadero objetivo de "barrer con las conquistas logradas" y ordenar el "ajuste".

En cuanto a la acusación concreta que motivó esta causa, afirmó que durante su gestión no existió el alegado perjuicio a las arcas del Estado -según ella, sólo fue producto de la "megadevaluación" posterior del macrismo- y sostuvo que "las operaciones investigadas fueron llevadas a cabo legítimamente por las autoridades del BCRA de acuerdo con la normativa vigente".

Además afirmó: "Mi administración siempre buscó desarrollar una gestión de gobierno que protegiera el valor de la moneda ya que su depreciación produciría los efectos más desfavorables". Y añadió: "No nos hemos equivocado y las consecuencias están a la vista". Finalmente, acusó al juez de prevaricato (ver aparte).

Este escrito lo redactó junto con su abogado, Carlos Alberto Beraldi. La parte política fue casi toda dictada por ella; lo técnico, un trabajo de su defensor, informaron fuentes cercanas a Cristina Kirchner. Además, la asesoraron el jurista Julio Maier y el ex ministro de la Corte Suprema Raúl Zaffaroni (hoy juez de la Corte Interamericana de Derechos Humanos), agregaron estas fuentes. Zaffaroni se reunió con ella anteayer en la casa de Florencia Kirchner y fue parte de la mínima comitiva que la acompañó dentro del edificio de Comodoro Py.

Sin embargo, sólo Beraldi entró a la audiencia. El abogado había llegado temprano a los tribunales para cumplir con la formalidad de "aceptar el cargo" de defensor en el juzgado de Bonadio. Hasta ayer, Cristina Kirchner no tenía abogado en este expediente.

Beraldi es un experto en derecho procesal, conoce como pocos a los actores de Comodoro Py y ya tiene antecedentes de peleas con Bonadio; algunas, libradas con éxito. Como abogado de Romina Mercado, la sobrina de Cristina Kirchner, consiguió que la Cámara Federal apartara a Bonadio del caso Hotesur, la causa que investiga los negocios hoteleros de los Kirchner, un caso que a priori podría complicar a la ex presidenta mucho más que éste.

Ahora, otra vez, intentarán correr a Bonadio del medio. Además del escrito de defensa, la ex presidenta presentó ayer otro en el que recusó al juez.

Argumentó que Bonadio tenía con ella una "clara y manifiesta enemistad pública". Citó como prueba de ello tres circunstancias: que ella había pedido el juicio político del juez a través de Julián Álvarez, que era el representante del Poder Ejecutivo en el Consejo de la Magistratura; que en el caso Hotesur Bonadio fue apartado por "parcial", y que un grupo de diputados kirchneristas denunciaron a este juez por su desempeño en esta causa del dólar futuro.

La denuncia en cuestión fue una presentada, ayer mismo, por 10 diputados del Frente para la Victoria que acusaron a Bonadio de haber permitido que después de la devaluación se continuara con las operaciones de dólar futuro. Supuestamente, el juez informó oficialmente en el marco de su causa que él no había dispuesto ningún cese de la operación y así permitió la "defraudación" que el kirchnerismo le adjudica al actual presidente del BCRA, Federico Sturzenegger.

El argumento de que Bonadio es "parcial" Cristina Kirchner lo usó también para negarse a contestar las preguntas del juzgado. Y no sólo le dijo parcial. También "incompetente" y "arbitrario".

Ahora, Bonadio deberá pronunciarse sobre la recusación. Seguramente la rechazará y el tema se elevará a la Cámara Federal. Pero además, el juez tendrá que resolver la situación procesal de la ex presidenta; es decir, si la desvincula del caso (algo muy improbable), la deja en stand by con una falta de mérito o le firma su primer procesamiento.