A seis días de que los cacerolazos y las fuertes protestas contra el Gobierno ganaran las calles porteñas y de varias ciudades del interior del país, la presidenta Cristina Kirchner reapareció ayer en público en un acto en la Casa Rosada, en el que ratificó el rumbo de su Gobierno. Al parecer, la estrategia fue buscar replicar a las críticas exhibiendo gestión , con el anuncio de una serie de medidas contenidas en un proyecto de ley y otros tres decretos. Hubo que esperar al último párrafo de su discurso de cuarenta minutos -que esta vez no fue transmitido por cadena nacional-, para que hiciera una mención elíptica a la impactante movilización del jueves pasado: “En definitiva -sostuvo-, el objetivo de nuestro gobierno es seguir trabajando en la misma dirección que lo venimos haciendo desde siempre , en beneficio de la mayoría de los argentinos”.

Incluso esta última parte fue advertida como novedosa en el discurso de Cristina, que desde que asumió su segundo mandato en diciembre, y con intención abarcadora, no perdía ocasión de autodefinirse como la presidenta “de los 40 millones de argentinos”. Pero fue apenas esta mención.

Cristina habló en el Salón de las Mujeres de la Casa de Gobierno y su anuncio principal fue el envío al Congreso de un proyecto para modificar la ley de Accidentes y Riesgos del Trabajo. Aseguró que las propuestas de cambios fueron acordadas luego de un “intenso debate” entre empresarios y sindicatos. El objetivo del proyecto -que ingresará hoy al Parlamento- es eliminar la “doble vía” en casos de accidentes de trabajo, por el cual los trabajadores pueden cobrar la indemnización y además hacer juicio laboral. El proyecto propone una actualización semestral de los topes indemnizatorios y el cobro rápido -en 15 días- de los montos.

Esta iniciativa es un viejo reclamo del sector empresario y la Presidenta -que se había pronunciado en su favor en la cena de comienzos de este mes por el Día de la Industria en la muestra Tecnópolis- la presentó como beneficiosa tanto para la “competitividad” como para los intereses de los trabajadores.

En una convocatoria no muy frecuente para los últimos actos de la Presidenta, en primera fila dieron el presente Ignacio de Mendiguren (UIA), Juan Carlos Lascurain (Adimra), Osvaldo Cornide (Came), Carlos Enrique Wagner (Cámara de la Construcción) y el banquero Jorge Brito (Adeba). También estuvieron sentados desde las 18.30 los sindicalistas oficialistas Antonio Caló (UOM), Ricardo Pignanelli (Smata), Héctor Daer (Sanidad), Omar Viviani (Taxistas) y Gerardo Martínez (Construcción).

En una movida fuerte que afectará el negocio de las Aseguradoras de Riesgos del Trabajo, la Presidenta también anunció la firma de un decreto para habilitar las ART “mutuas”, sin fines de lucro, que pueden ser creadas por asociaciones empresarias y por sindicatos. Según argumentó, “recursos que se volcaban por afuera del capital y el trabajo” van a poder quedar dentro de ese circuito.

El segundo decreto dispone ampliar un programa que financiaba la compra de camiones a tasas preferenciales, a adquisición tanto de maquinaria agrícola como a la renovación de las flotas de transporte de pasajeros.

El tercer y último decreto estableció retenciones móviles a las exportaciones de biodiesel, debido –según explicó la Presidenta en su discurso– a las fuertes oscilaciones que vienen teniendo los precios internacionales de ese producto. Ayer fueron subidas a 24%, pero este número -según se acordó con las cámaras empresarias del sector- será corregido quincenalmente por una comisión especial, de acuerdo a una fórmula “polinómica”.