El termosellado de los fajos de billetes complicó a Miceli

El termosellado de los fajos de billetes complicó a Miceli
Un cabo de la Policía Federal que declaró como testigo en el juicio contra Felisa Miceli por el hallazgo de 100 mil pesos y 31.670 dólares en su despacho contradijo el argumento de la exministra de Economía, al asegurar que el termosellado que recubría el primer fajo de dinero era "perfecto" y que no creía que podía haber sido confeccionado en forma casera.
El cabo 1° Carlos Isaías reconstruyó cómo fue el hallazgo del dinero aquel 5 de junio de 2007 en el baño del despacho de la ministra de Economía, cuando hacían una inspección de seguridad ante el posible hallazgo de un artefacto explosivo. "Se veía un fajo de dinero", recordó el testigo ante el Tribunal Oral Federal Nº 2, al tiempo que sostuvo que se labraron dos actas sobre el hallazgo tras el recuento de la suma de dinero.

En ese sentido, aseguró que una copia del acta se la quedó una de las dos secretarias que estuvieron presentes en el lugar, y otra se la llevaron ellos. Además, explicó que a esa misma secretaria se le dejó el dinero ya que "no se podía dejar ahí porque podía desaparecer".

"El paquete estaba perfectamente cerrado, era un plástico duro en su contextura", afirmó el cabo ante las preguntas de la fiscalía.

En su defensa y al ser indagada en primera instancia, Miceli había asegurado que el termosellado había sido de confección casera y que el dinero le había sido prestado por uno de sus hermanos y una amiga.

"Estaba bien armado el paquete, era rígido, con las puntas duras", brindó aún más detalles el testigo al ser consultado sobre ese punto.

Incluso uno de los jueces del Tribunal le preguntó: "¿Es de uso casero el nylon?", ante lo cual el testigo negó y dijo que el mismo "era más grueso, no finito tipo film".

Isaías también explicó paso a paso en un plano exhibido en el juicio los pasos que se dieron hasta ubicar el dinero en un armario del despacho, y el recuento que luego se hizo del mismo. También contó que en la investigación se le exhibieron distintos fajos de dinero y reconoció uno de las mismas características al encontrado por el termosellado que lo recubría.

Previo a la declaración de los testigos, los fiscales anunciaron al TOF2 que acusarán si surge del juicio a la ex ministra por el delito de dádivas, algo novedoso ya que hasta ahora sólo se le imputa el encubrimiento por el supuesto origen espurio del dinero y por destrucción de prueba, al desaparecer el acta original del hallazgo. Fernando Arrigo y Guillermo Marijuan anunciaron que la acusarán, si surge del juicio, de dádivas, el cual prevé una pena de hasta seis años.

La exfuncioanria se negó a declarar este lunes ante los magistrados, pero se confesó "inocente" ante la prensa que montó un guardia para cubrir el juicio. "Prefiero declarar en otro momento", dijo, y agregó: "Mis abogados me dijeron que puedo responder después las preguntas". En ese marco, también resaltó: "Soy inocente de todo esto y espero que en el resto del debate se aclare en lo que va a pasar acá".

De acuerdo con el sistema de juicios orales en vigor, los acusados gozan del derecho de ampliar sus declaraciones indagatorias en cualquier momento del proceso, cuando se lo soliciten a los jueces. Según la acusación, la exfuncionaria encubrió una "operación financiera ilegal y no registrada formalmente" en cuanto al "origen espurio" del dinero.

El hallazgo se concretó en una inspección de rutina de seguridad a primera hora del día en el despacho de la ministra, ante la eventual presencia de algún artefacto explosivo. El dinero estaba en el interior de una bolsa papel madera y en la causa está probado que salió del Banco Central de la República Argentina (BCRA), ya que los pesos estaban termosellados y tenían identificación de esa sede bancaria. Por ello, la fiscalía sostiene que se pudo reconstruir la ruta del dinero desde su origen y hasta llegar a manos de la entonces ministra.

En su declaración, Miceli atribuyó la maniobra a una "venganza" por haber denunciado una maniobra del Grupo Grecco para cobrar una deuda inexistente al Estado. Según explicó, su hermano, José Miceli, le prestó los 100 mil pesos, mientras que los dólares se los facilitó una amiga, para destinarlos a una operación inmobiliaria que finalmente se frustró.

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