Silvia Mercado: “Todo lo que creemos del peronismo es lo que Apold inventó”

Silvia Mercado: “Todo lo que creemos del peronismo es lo que Apold inventó”
La escritora Silvia Mercado, autora del libro “El inventor del peronismo”, que echa luz sobre la vida y obra del otrora secretario de Medios Raúl Apold, visitó las oficinas de REALPOLITIK. En una extensa y amena entrevista, la periodista de INFOBAE explicó los orígenes de este material y planteó la idea de salirse de un lugar “cómodo” para revisar la historia argentina.
RP.- ¿Cómo surge la idea de realizar este libro?

Yo quiero contar que soy periodista y peronista. Cuento en el prólogo del libro que siempre había escuchado hablar de Raúl Apold, que era el secretario de Medios de Juan Domingo Perón; por otro lado, había algunas cosas del peronismo que a mí no me cerraban, básicamente su vocación autoritaria y hegemónica cuando toma el poder.

Particularmente, cuando Cristina Kirchner manda la ley de Medios al Congreso, yo estaba en una reunión de periodistas, casi todos peronistas, justamente hablando sobre la ley. Apenas empieza este tema de la ley de Medios, enseguida, no dudé ni un minuto, me dije: más allá de lo que diga, la intención es imponer una voz única, no es fomentar muchos medios sino hacer medios débiles, no es promover la diversidad de voces sino imponer una voz única.

Estábamos en ese debate, cuando uno de mis colegas, que también es un periodista peronista bastante conocido, Daniel Raffo, cuenta que su tío Carlos Raffo -que era el secretario general del diario El Mundo, es decir, tenía el cargo periodístico más importante del diario-, perdió su trabajo porque Apold llamó un día a la redacción y pidió que nunca más entre. Carlos Raffo nunca más entró y tuvo que dejar el periodismo. La pasó muy mal económicamente.

¿Cuál era el pecado que tenía Carlos Raffo?. Él era un periodista reconocido, profesional, en el sentido de que no iba a aceptar que intervengan en la edición de su diario. No era su diario pero él era el secretario general. Él seguía los códigos básicos del ejercicio del periodismo y además era comunista pero justamente, como era periodista profesional, no defendía al comunismo. El hecho de ser comunista le permitía tener una defensa justamente más grande del ejercicio, o eso era lo que ellos creían o lo que él creía, incluso su sobrino.

RP.- Allí comienza la búsqueda…

Cuento en el libro que cuando Raffo me habla de Raúl Apold. Yo que estuve veinte años trabajando fuera del periodismo, me dedicaba a la comunicación estratégica, era consultora de comunicación. Me dije, ¿cómo puede ser que yo que trabajé durante veinte años en la comunicación de gobierno, no sepa quién es este hombre? Y me empecé a preguntar, ¿Raúl Apold qué era? ¿Sería periodista, abogado, ingeniero, militar? ¿Estará vivo, cuando habrá muerto?

Llego a casa, lo googleo y qué me encuentro que no hay nada de información en Google. Entonces digo cómo puede ser que no se sepa nada de este hombre, y yo había escuchado mucho hablar de Apold, justamente en el peronismo era un murmullo, siempre en voz baja. Entonces cuando me di cuenta que no había información, me cayó una ficha. Dije, efectivamente, en la figura de Apold debe estar la respuesta a esta vocación hegemónica del peronismo. Es el secreto mejor guardado del peronismo. Cuando uno empiece a conocer quién es Apold y cómo desde el aparato de comunicación del estado creó el relato del peronismo, y empecemos a ver que todo lo que nosotros creemos del peronismo es lo que Apold inventó desde el aparato de comunicación del estado, ahí se van a empezar a conocer cosas que hasta ahora no se han conocido.

Es decir, yo arranqué con Apold a partir del presente. Traté de ver en el origen del peronismo esa distancia entre el relato y la realidad, construido ese relato desde el aparato de comunicación del estado. Sin el presente no se me hubiera ocurrido buscar a Apold, fue a partir de vivir el presente del kirchnerismo. Igualmente, el libro es histórico.

RP.- Debe haber habido muchísima curiosidad porque la mayoría de sus trabajos son del ‘80 y mucho después aparece esta obra.

Yo escribí mis primeros libros en el ’85. Sobre la derrota del peronismo, en 1983, se llamó “Peronismo. La mayoría perdida”. También un libro sobre el secuestro de Oscar Smith, que se llama “Oscar Smith y los límites del sindicalismo peronista”. Después dejé el periodismo en el ‘90 y en el 2008, cuando volví y comencé con la radio, escribí una biografía de quien fue mi padre periodístico que falleció, Oscar Raúl Cardoso. Él era periodista profesional peronista, el trabajo se llamó “Querido gordo Cardoso. Biografía coral de un periodista extraordinario”, al año de su muerte.

Él es para mí el modelo del periodista profesional que aunque tenga una idea política no influye en el ejercicio del periodismo. Uno puede tener una idea pero el periodismo se debe a sus lectores, oyentes y televidentes, no a la idea política que se tiene. Yo creo que ese es el periodismo.

RP.- Con respecto a la literatura actual, hay una tendencia entre los autores, como por ejemplo es el caso de Felipe Pigna, de ir buscando la otra historia, como una especie de revisionismo...

Yo creo que la historia, en todas partes del mundo, también en la Argentina, hay que revisarla. Creo que el trabajo de Felipe Pigna en general es muy bueno, en particular, lo del peronismo, me parece que no. No hablé esto con él pero ha sido muy generoso con mi libro porque me lo dijo pública y personalmente.

Él busca de algún modo reflejar el relato del peronismo original. Yo creo que voy a hablar con él porque elogió mi libro y, no solo eso, sino que el libro interviene en el guión que él hace para el programa Historia Clínica. En el capítulo sobre Discepolín. Allí aparece un personaje que es Apold y el diálogo que tienen con Discepolín es el que hoy tendría Grossman -el que maneja el relato kirchnerista- y un artista como podría ser Fito Páez, buscando comprometerlo en la política.

Yo trato en el libro un capítulo sobre Discépolo pero ahí Pigna tuvo la brillantez, la habilidad de mostrar la debilidad del artista que tiene una idea política, de qué modo Discépolo fue débil frente al poder, el estado.

Normalmente el artista no sabe de política, la política es muy dura, el poder también y no es para los débiles. El artista frente al poder siempre es débil porque es emocional, quiere el bien, es carne de cañón. Por eso ya trato de no agarrármela con el artista y me la agarro con el poder al que no le importa nada y lo único que quiere es reproducir el poder y tener más poder.

Esa intervención Pigna la hace cuando lee mi libro sobre Apold, se da cuenta que ahí Apold es un personaje y en algún momento yo creo que se va a hacer una película sobre este hombre, incluso otros periodistas me han dicho. Pablo Sirvén, que es un periodista de espectáculos, me dijo: “Hay que hacer una película de Apold”.

RP.- En la anterior pregunta, también me refería a ahondar en cuestiones personales, el otro costado de próceres y figuras políticas.

Yo creo que Pigna cuando trabaja sobre “Los mitos de la historia argentina” justamente no se mete con los mitos de peronismo. Yo leí el libro de “Los mitos del peronismo” y reproduce todo lo que nosotros creemos del peronismo.

RP.- ¿Hay miedo?

Sí, hay miedo que te digan gorila. Yo como soy peronista no tengo ningún miedo de que me digan gorila y tampoco le tuve miedo al kirchnerismo sobre qué hice en la dictadura porque ahí fui prensa de Pérez Esquivel, yo era militante de derechos humanos. Me parece que descalificar los argumentos de una persona diciéndole “gorila” es discriminatorio, es como si estuvieras en la Alemania nazi y te dicen “judío”, entonces como sos judío no podés hablar. Entonces, como no reproducís el relato, el mito del peronismo, sos gorila. Y a mí eso me parece una falta de respeto absoluta.

Lo que creo es que es cómodo reproducir los relatos porque son como nuestro paraíso, es como tu sistema básico de creencias. Es difícil romper con eso. Como este presente me mostró que la distancia entre el relato y la realidad es tan grande, me empecé a preguntar: ¿No habrá sido así en el peronismo original? Y sí, investigué y fue así, hubo una distancia enorme entre el relato y lo que de verdad pasó.

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