Servicio doméstico: a fin de año, nueva ley

Servicio doméstico: a fin de año, nueva ley
El Ministerio de Trabajo reinició la defensa del proyecto. Tiene media sanción de Diputados; falta aprobación en particular del Senado.
El Gobierno nacional aspira a que, antes de fin de año, esté convertido en ley el Régimen Especial de Contrato de Trabajo para el Personal de Casas Particulares. La norma, presentada por la presidenta Cristina Fernández, recibió en marzo de 2011 media sanción de Diputados. Luego pasó al Senado, donde en mayo se aprobó en general pero no en particular. A 15 meses de aquello, y cuando todo indicaba que la reforma allí se extinguiría, el propio Ejecutivo retomó las riendas para difundir el proyecto y bregar por la sanción de la norma.

Esa tarea asumió Álvaro Ruiz, subsecretario de Relaciones Laborales del Ministerio de Trabajo de la Nación. “Tenemos confianza en que vamos a sacar la ley antes de fin de año”, consideró. Remarcó que hay una instrucción específica de la Presidenta para darle “impulso”.

Ruiz ayer estuvo en Córdoba, donde hizo una férrea defensa del proyecto en la sede del sindicato de Personal de Casas de Familia, que conduce Alcira Burgos. En diálogo con La Voz del Interior , admitió que el nuevo régimen será más oneroso para la familia empleadora, pero rescató el reconocimiento de derechos a un sector postergado.

De qué se trata. La nueva ley concede al personal de casas de familia los mismos derechos que gozan los trabajadores comprendidos en la Ley de Contrato de Trabajo.

Esto implica que todas las trabajadoras estarán en relación de dependencia, trabajen 1 o 45 horas, la indemnización pasará de medio salario a uno por año trabajado, se obliga al empleador a contratar un seguro por accidentes laborales y se le concede a la trabajadora una serie de licencias que hoy no gozan, a cargo del empleador, como casamiento, enfermedad, fallecimiento de familiares o estudio. La de mayor peso –los 90 días por embarazo– será asumida por la Administración Nacional de la Seguridad Social (Anses), como sucede hoy con el resto de las trabajadoras, públicas y privadas.

Pero conceptualmente, el servicio doméstico será más caro, lo que implica que constituirá una opción para pocos hogares. “No hay ninguna conquista de derechos de trabajadores que no tenga impacto en los empleadores, hay que priorizar ese aumento de costo a dejar a las trabajadoras sumergidas en las condiciones que están al día de hoy”, dijo Ruiz. Recordó que el estatuto es de la Revolución Libertadora de 1956, con la impronta de la oligarquía de entonces, “hay una discriminación negativa hacia estas trabajadores que no resiste la lupa de la Constitución”, consideró.

Informalidad. Pero el gran problema que atraviesa hoy el sector del servicio doméstico es la informalidad: 80 por ciento trabaja en negro. Apenas hay registradas entre 125 mil a 140 mil trabajadoras, sobre más de 1,22 millón que se calcula que se dedican a estas tareas.

Y como si el 80 por ciento de informalidad no fuese suficiente, Ruiz aseguró que mucho de ese personal “blanqueado” está declarado con menos horas de las que corresponde, por lo que el empleador se posiciona como dador de trabajo pero no como la contraparte de esa relación de dependencia, hoy obligatoria cuando la persona trabaja más de 16 horas semanales, repartidas en al menos cuatro días.

De todos modos, el funcionario también admitió que muchas trabajadoras piden no ser blanqueadas. “Es parte de la mitología que, curiosamente, hasta se repite dentro de los propios sindicatos”, dijo. Parangonó la situación con el caso de los peones rurales, donde la informalidad supera el 66 por ciento, el doble que en el promedio del mercado laboral.

–Si esto sucede con un régimen más benévolo y barato, ¿qué podría pasar si se endurecen las condiciones? , preguntó este diario.

–No queremos hacerles la vida imposible a los empleadores, pero vamos a fiscalizar. En este sector es complejo, porque no se puede ingresar al domicilio del empleador porque es inviolable, pero tenemos otras herramientas, como las presunciones. La ley nos va a permitir hacer otras fiscalizaciones, como revisar los libros de ingreso y egreso del personal que llevan los administradores de consorcios en countries , algunos edificios o empresas que tercerizan la vigilancia.

–En el sector rural el empleador puede ser un gran sojero, pero en el servicio doméstico el empleador es una familia.

–El trabajo doméstico tiene un gran valor económico para el país y especialmente para el que lo emplea. En otros países no hay servicio doméstico porque es caro y porque los regímenes protegen al trabajador. Escucho que muchos se quejan porque no consiguen personal cama adentro, y no se consigue porque implica abandonar a su familia, quien lo hace, lo hace por necesidad. Ha ocurrido un cambio de paradigma en el servicio doméstico. ¿Por qué vamos a pensar que las que lo hacen no quieren hacer otra cosa? Cuando ve la lucecita de algo mejor, va a preferir otra cosa.

–Usted imagina entonces que, al ser menos accesible, ¿estará menos extendido?

–Sí, eso va a ser una realidad. Y como toda realidad que es contrafáctica, va a costar instalarse. Habrá que pensar en la instancia de un Estado que resuelva situaciones de contención familiar.

–¿Esto no impulsará un retroceso de la participación de la mujer en el mercado laboral?

–Tenemos que aspirar a la movilidad social, a la inclusión, tenemos que pensar en un futuro en el que sea muy difícil conseguir trabajo doméstico, porque le habremos dado tanta educación y tantas posibilidades a ese trabajador que preferirá hacer otra cosa. Y las mujeres también tienen que pensar qué harían si, en el lugar en el que trabajan, las quieren colocar a ellas en la misma situación en la que tienen sumergida a la trabajadora doméstica.

Los cambios

Dependencia. Hoy se considera cuando trabaja más de 16 horas a la semana, distribuidas en cuatro horas diarias durante cuatro días a la semana. Ahora, se incluirá a todas, incluso las que trabajan dos horas semanales.

Jornada laboral. La empleada debe tener un día franco o dos medios días libres a la semana. La hora después de las 13 del sábado cuesta el doble.

Aguinaldo. Todas tendrán derecho a un sueldo anual complementario al año, en dos veces.

Vacaciones. No hay cambios sustanciales: 14 días corridos, hasta cinco años de antigüedad; 21 días, hasta 10 años, y 28 días con más de 10.

Maternidad. Tendrán derecho a 90 días corridos de licencia por embarazo y maternidad. El empleador no pagará nada: la Anses se hace cargo de la remuneración. Sí tendrá que pagar el eventual reemplazo durante ese lapso.

Indemnización. Hoy se abona medio mes de sueldo por cada año trabajado. Se cambiará a un mes por cada año, con un preaviso de un mes con menos de cinco años de trabajo y de dos meses para el resto.

Puntos de vista

Álvaro Ruiz, subsecretario del Ministerio de Trabajo: “No hay ninguna conquista de derechos de trabajadores que no tenga impacto en los empleadores (...) En otros países no hay servicio doméstico porque es caro”.

Alcira Burgos, sindicato de personal de casas de familia: “Hay una idea generalizada socialmente de que quienes trabajan en este sector laboral son ciudadanas de segunda y sólo tienen derecho a cobrar lo que los patrones dicen”.

Sin cambios en Ganancias

Deducción. Hoy, un trabajador en relación de dependencia puede deducir 12.960 pesos anuales del Impuesto a las Ganancias. Álvaro Ruiz, subsecretario de Relaciones Laborales del Ministerio de Trabajo, indicó que, por el momento, no está prevista una actualización de esa deducción. “Tendrá que ver con medidas fiscales generales”, dijo.

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