La víctima de este papelón fue un simple ciudadano de apellido Subils, quien desempeñó tareas en la Cámara de Diputados de la provincia de Buenos Aires, bajo las órdenes del dirigente radical Sergio Panella. Según contaron a este medio en estricto off the record: “Él cobraba un contrato que repentinamente se dio de baja. La sorpresa se la llevó después, cuando se dio cuenta que seguía teniendo obra social y el contrato, que él ya no cobraba, seguía vigente y la plata la estaba cobrando otro”.

La novela, que tuvo un breve impasse desde aquellas fechas, se retomó hace solo algunas semanas. A poco de publicarse la nota de REALPOLITIK, el legislador mantuvo reuniones asiduas con el abogado defensor del damnificado -pues recordemos que el ex empleado amenazó con llevar el tema a la Justicia-.

Luego, el papelón llegó hasta el oído del presidente de la Cámara de Diputados bonaerense, Horacio González, quien le habría ordenado a un alto legislador del centenario partido que hablara con Panella para poner un cierre definitivo al problema. La amenaza de González habría sido más que clara: “O se termina el problema, o se terminan los recursos”.

Seguramente más por presión que por placer, Panella hizo un ofrecimiento al abogado del damnificado, para que éste se llamara a silencio de una vez por todas. La primera y nada despreciable oferta habría sido de 50 mil pesos.

La negativa del abogado habría llevado a Panella a casi duplicar la apuesta y ofrecerle 90 mil pesos para “borrarse del mapa”.

Obviamente, la noticia fue bien recibida por el damnificado. No así por los allegados al legislador –ya sea punteros, militantes, empleados o periodistas por igual-, a quienes permanentemente les regatea los recursos, victimizándose bajo la insólita excusa de que aun se ve obligado a atender al público en su local de electrónica llamado “12 Visión”, que funciona en la esquina de 12 y 64.

LA PERLITA

Lindero a su local comercial (donde, según los rumores, desempeñarían tareas ñoquis de la Legislatura bonaerense), funciona el comité partidario del diputado, ubicado sobre calle 12.

Ahora, según los trascendidos de radiopasillo, se supo que Panella habría adquirido la casa lindante a su negocio, ubicada sobre la calle 64, haciéndose propietario de toda la gran esquina de dicha manzana.

Todo esto, seguramente, gracias a los recursos que conseguiría no solo de sus favores en la Cámara sino también, y muy especialmente, desde la municipalidad de La Plata y, consecuentemente, del accionar de sus representantes en el Concejo Deliberante local.