A dos semanas del inicio de clases, continúa la polémica por las aulas container y de durlock

A dos semanas del inicio de clases, continúa la polémica por las aulas container y de durlock
El gobierno porteño defiende las construcciones y explica que así generó 4.200 nuevos lugares para chicos sin vacantes. Padres y legisladores opositores dicen que allí falta ventilación y complicaría una eventual evacuación.
La polémica por la falta de vacantes y la construcción de aulas modulares y de durlock en distintas escuelas porteñas no termina. El subsecretario de Gestión Económica del Ministerio de Educación, Carlos Regazzoni, aseguró que las nuevas construcciones “son de excelencia”. Mientras tanto, legisladores de la oposición, padres y docentes rechazaron las construcciones y las calificaron de inseguras e inapropiadas para el aprendizaje de los chicos.

“Las nuevas aulas son seguras para docentes y alumnos; no alteran las estructuras de los edificios y cumplen con todas las normas educativas”. Con estas palabras, Regazzoni describió a PERFIL las nuevas aulas de durlock creadas en distintos colegios porteños como el instituto Félix Bernasconi y el Jardín Adolf Van Gelderen, donde se están realizando cerramientos en pasillos y espacios que según el funcionario son “ociosos” para aprovechar como aulas y así paliar la falta de vacantes. En el Bernasconi hay también cinco aulas container. Actualmente tres están siendo ocupadas por el plantel docente pero se espera que durante el ciclo lectivo allí permanezcan los chicos del nivel inicial.

Regazzoni aseguró que “la mayoría de los padres y docentes quieren que se avance en las obras” porque necesitan una respuesta a la falta de vacantes. Según explicó el funcionario, desde noviembre se generaron 4.200 lugares para los chicos de entre 4 y 18 años gracias a las construcciones de durlock y a las 41 aulas modulares que el Gobierno porteño adquirió durante enero.

Además, según el funcionario, solamente en el último mes, se realizaron intervenciones en seco que generaron 23 aulas para alrededor de 900 vacantes (en ambos turnos), en las zonas de Liniers, Palermo, Balvanera, Flores y Villa Lugano, entre otros barrios.

“Los chicos van a estar hacinados, no queremos estas aulas. Son pequeñas, casi no tienen ventilación y están sobre un pasillo de circulación y recreación para los alumnos”, argumentó a PERFIL Martín Cadel, docente y padre del Bernasconi, donde se construyen dos aulas para diez chicos cada una en el área de jardín, y otras dos, más amplias, en el tercer piso, donde funciona la primaria. De todos modos, pese a la negativa de los padres, el jefe de Gobierno porteño, Mauricio Macri, defendió el proyecto y dijo ayer a la prensa que “no darán marcha atrás” con este tipo de construcciones.

La legisladora porteña Virginia González Gass (UNEN) rechazó las obras por “inseguras” y argumentó que “docentes y alumnos deberán permanecer en aulas con poca ventilación y que en caso de emergencia, no cuentan con un espacio amplio para una eventual evacuación”. Pero además, González Gass y maestros de la escuela coincidieron en que “es imposible dictar clases en un aula de durlock por los ruidos y la falta de espacio”.

La jueza en lo Contencioso Administrativo y Tributario de la Ciudad, Elena Liberatori, hizo lugar a un amparo de la legisladora por el cual se ordenó paralizar las obras en el Bernasconi. En su fallo, Liberatori ordenó suspender cualquier obra que no sea de mantenimiento y preservación.

Regazzoni aseguró que el viernes el Ministerio de Educación apeló ese fallo basándose en cuatro aspectos: “Le explicamos a la jueza que no se afecta la estructura, que los elementos son de máxima calidad, que se cumplen con todas las normas de mitigación de riesgos y, finalmente, que es mucho más importante que los chicos tengan un lugar donde estudiar a que se intervenga levemente un edificio”, explicó el subsecretario.

Las obras en el Bernasconi cuentan con el apoyo de la directora, María Teresa Elola de las Heras, quien argumentó que “todas las construcciones tienen todas las comodidades y están perfectamente construidas”. “Las aulas son circunstanciales, los alumnos necesitan vacantes”, apuntó. Y agregó: “Los pasillos donde se construyeron las aulas no eran utilizados como espacio de recreación de los chicos, como denuncian los padres”

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