Las automotrices bajo sospecha. El jefe de Gabinete, Jorge Capitanich, denunció ayer un complot de empresas para no entregar vehículos del plan Procreauto, con la "excusa" de que hay "restricciones a la importación". En Salta y Jujuy, desmintieron la versión a El Tribuno advirtiendo que la entrega es normal.La perspectiva de la iniciativa Procreauto es llegar a las 20.000 operaciones. Ante los problemas que el plan presentó en su dinámica diaria, Capitanich denunció "maniobras de parte de la industria automotriz para no proveer la unidad (de esos créditos), invocando restricciones a la importación"."En muchos casos son acciones promovidas por ciertas empresas, excusas inadmisibles", disparó.Al momento, las operaciones realizadas bajo el plan oficial totalizaron $476 millones en el país y desde que se inició, en junio, lleva aprobadas 9.116 operaciones.En julio, el programa había sido catalogado por los directivos de las automotrices como "malo pero alentador".Hoy, con los resultados a la vista, su apreciacion les dio la razón. Es que las ventas habían caído un 30%, en comparación con el mismo período de 2013, pero subieron 15% respecto a junio. Y las expectativas estaban puestas en agosto.Para el mes en curso, según anticiparon desde Acara, se espera que se alcancen las 60.000 unidades, cifra muy similar a la de julio (incluye autos, 4x4, Pick up, utilitarios y camiones).Es decir, en agosto los patentamientos no subieron pero tampoco cayeron y ese número se convirtió en una suerte de referencia a seguir.Lejos de las expectativasEl plan oficial Procreauto está muy lejos de ser el motor que permita la recuperación de la entrevista. Sin embargo trajo un poco de oxigeno al sector. A lo sumo contribuyó a que no bajen más.EstabilizaciónEn este contexto, se espera que en los meses que siguen los patentamientos se estabilicen en torno a las 60.000 unidades, aunque mucho dependerá del temor que impriman factores externos, como la pelea con los fondos buitre.Plazos bancarios y externosEl desafío no es sólo la fecha límite para solicitar el crédito, que finaliza el 24 de septiembre. También, los 30 días que ofician de plazo máximo para realizar la operación tras su aprobación. La clave es la factura de la terminal automotor que debe consignar datos particulares de la unidad -número de chasis y de motor, entre otros datos- para comprobar la compra de uno de los automóviles estipulados por el banco.Referentes de Banco Nación aseguraron que el problema es que las concesionarias plantean una demora de 45 días, y el plazo para presentar la factura en el banco es de 30 días.Del otro lado del mostrador, los concesionarios sostienen que el tiempo oscila entre los 30 y los 45 días de acuerdo con la disponibilidad del auto elegido y a la agilidad de los actores intervinientes: el cliente, el banco y la fábrica. Hay demoras y se acaba el tiempo.

En Salta y Jujuy, la entrega es normalEl titular de la Asociación de Concesionarios de Automotores de la República Argentina, delegación Salta y Jujuy Alonso López dialogó con El Tribuno y tildó las declaraciones del jefe de Gabinete como "extrañas".El empresario sostuvo que el lunes y martes participó de una reunión en Buenos Aires donde responsables de concesionarias advirtieron que la entrega de autos era normal.Destacó que se "prioriza la entrega de unidades del plan Procreauto y diversos planes de ahorro".López afirmó que las declaraciones de Capitanich tal vez tengan con que no se efectuó alguna entrega "en particular, pero no es el caso de la mayoría".Recordó que los compromisos asumidos por empresarios "no son tan importantes en número y tenemos suficientes unidades en stock para efectivizar las entregas".Finalmente destacó que algunas trabas pueden estar produciendo en la entrega de los créditos y afirmó que no es préstamo al cual todos tengan acceso.

Se habló de autos, no de un préstamoLa caída de las exportaciones de automóviles del Brasil a la Argentina fue una de las razones señaladas por el ministro de Hacienda del país vecino, Guido Mantega, para explicar el "menor crecimiento" de su economía, que en realidad tuvo una caída de 0,6 por ciento en el segundo trimestre.Mantega negó que en la reunión con su par argentino, Axel Kicillof, se haya analizado la posibilidad de un préstamo a la Argentina, un tema que, según el funcionario de la administración de Dilma Rousseff, "no está en la pauta"."La Argentina es nuestro socio y nos reunimos con frecuencia", acotó Mantega, quien formuló declaraciones luego de que el Instituto Brasileño de Geografía y Estadística (IBGE, equivalente al Indec argentino) informara que el PBI cayó en el segundo trimestre 0,6 por ciento.Como el primer trimestre fue corregido y marcó una caída del 0,2 por ciento, los analistas económicos brasileños aseguran que el país está en "recesión técnica", afirmación que fue relativizada por Mantega, quien atribuyó la caída al escenario internacional.