El regreso de los Frutsis

El regreso de los Frutsis

El Frutsi es inherente al patio escolar, ahora, millones de niños en México simplemente no están en clases este año a causa del COVID.

¿Están repartiendo Frutsis durante esta campaña política? Porque un gran mercado para esta marca permanece cerrado.

También parece cerrada la respectiva discusión. Las escuelas siguen vacías y la sociedad nacional a decir de su complacencia, ha dispuesto que eso está bien.

El Frutsi es inherente al patio escolar. Ese pedazo de plástico relleno de líquido de algún color, es y fue un artículo muy valorado durante esos 30 minutos que hasta hace no mucho llamábamos recreo. La creatividad en su uso dotaba al más hábil de una temporal superioridad.

Recuerdo al pecoso pelirrojo “Pingüica” morder la base del envase hasta que obtuvo unos resquicios por donde extrajo el elíxir a modo de serpiente. Ese día de hace décadas se convirtió en un efímero rey de quinto grado durante el receso. El exoesqueleto restante que dejaba el glotón, en automático elevaba su condición a balón de futbol.

No habiendo pelotas cerca, por la razón que fuera, el envase podía ser rellenado al tope de basura hasta que obtenía la solidez y el peso indispensable para ser pateado con la meta de anotar en imaginarias porterías de pared, en una cancha improvisada por expertos en “gol para”. Fue el principio de la reutilización y el reciclaje.

Hoy no hay Frutsis en las escuelas y algunos nutriólogos advenedizos o estudiados dirán que eso está bien. Lo que no está bien son los patios vacíos.

No es algo que afecte a las empresas. Coca Cola Femsa y Arca Continental --que distribuyen este producto entre sus Coca Colas-- tuvieron un muy buen 2020 para tratarse de un año de pandemia. Fueron 10 mil y 11 mil millones de pesos los que recogieron de utilidades netas, respectivamente el año pasado, provenientes de sus ventas internacionales en las que ahora brilla la marca Topo Chico.

Lo doloroso está en la situación de los niños y miren quién vino a resaltarlo: Daniel Bandle.

¿Pagan algún seguro? De automóvil, de vida, de gastos médicos mayores… si la marca del suyo es AXA sepan que él es responsable de cómo los atienden. Es el director general de la compañía en México.

Escribió un texto con un título fácil de comprender: “¡Reabramos ya las escuelas en México!” https://bit.ly/32oyBys

Con éste destaca una catástrofe reconocida por la UNICEF, parte de la ONU que ve por los intereses de los infantes. https://uni.cf/2RJGufR

Quizás no sean los suyos, que tienen acceso a una computadora y a la convivencia estructurada que permiten los deportes o las vespertinas actividades extracurriculares. Pero millones de niños en México simplemente no están en clases este año. Son 98 millones en Latinoamérica, número que convierte esta región en la más afectada del mundo, sin contar África. El 58 por ciento de los niños sin clase habitan este subcontinente y eso va a costarnos mucho:

“Por el bienestar y el futuro de nuestros niños es necesario que busquemos la manera de que regresen a clases presenciales cuanto antes, tomando todas las medidas de seguridad adecuadas. Así lo pide también UNICEF que habla de una ‘catastrófica emergencia educativa’ y hace recomendaciones de cómo abrir los colegios.

“Todos los niños mexicanos merecen la oportunidad de socializar, de aprender de sus maestros y de convivir con sus amigos. Así sentaremos las bases para un mejor futuro con bienestar, igualdad de oportunidades y prosperidad. Y no olvidemos: los niños más perjudicados de la situación actual son los más vulnerables; a ellos los estamos afectando más y les estamos robando la esperanza de un futuro mejor”, denunció Bandle en su escrito.

No es una discusión que pueda derivar en soluciones sencillas. Las escuelas pueden ser fuente de contagio y enfermarse de Covid-19 representa un potencial golpe mortal en la salud de las familias, y de alto impacto económico, como efecto secundario. El costo promedio de los tratamientos de coronavirus pagados por AXA es de 700 mil pesos por caso.

Pero es preciso reconocer también un hecho: a quien intentamos proteger con el cierre total de escuelas es a los adultos, aunque los niños, cuya salud es menos afectada por este padecimiento, vayan de por medio. El potencial regreso de las clases, del recreo y de rebote, del Frutsi o del Pascual Boing!, merece una discusión de alto nivel y con toda la información posible a fin de tomar la mejor decisión posible nada menos, que por el futuro de la más nueva generación.

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