Las razones de Schiaretti para acercarse al PJ nacional

Las razones de Schiaretti para acercarse al PJ nacional

En su momento más complejo, el gobernador corría el riesgo de quedar solo políticamente. Vacuna contra el cristinismo.

Por Bettina Marengo

En su momento de mayor debilidad, el gobernador Juan Schiaretti dio el paso y cerró filas con el PJ nacional del que se había divorciado hace años como consecuencia de su distancia con el kirchnerismo. Envió al presidente alterno del PJ Córdoba, Oscar González, a la reunión (virtual) del Consejo Nacional del PJ que el viernes a la noche encabezó José Luis Gioja, y se comprometió a movilizar al peronismo cordobés para el acto (virtual) del 17 de octubre, en el cual se va a lanzar a Alberto Fernández como presidente del partido.

González no explicitó el apoyo de Schiaretti a la conducción partidaria de AF, como sí lo hizo el resto de los peronistas que se encontraron en el Zoom (gobernadores, intendentes, ministros y funcionarios de todo el país), pero es un hecho. En su breve participación en el encuentro, agradeció la invitación de Gioja.

Volver al PJ y ocupar espacio en el partido es, para el mandatario cordobés, la parte más fácil del acercamiento al Frente de Todos. Aunque “todo tiene que ver con todo”, como dijo González en el programa de Alfil TV, donde adelantó que el Panal hará esfuerzos para confluir con el gobierno nacional en una sola lista de legisladores el año que viene, por ahora se trata de “un primer paso”. Es “un principio de acuerdo”, según una fuente del FDT.

Lo electoral será la parte difícil del trato, por la distribución de lugares en las listas y porque Córdoba va a querer provincializar una elección que será engrietada y polarizada.

Schiaretti no tenía margen para no meter las patas en la fuente del PJ. Corría el riesgo de quedar en soledad y retaceando apoyo a un presidente que, en la unión de gobierno, partido y CGT, necesita consolidar poder frente a la crisis y al posible ajuste que se viene.

Además, el PJ unido es, hoy, el lugar más cómodo posible para el cordobés dentro de la constelación peronista. Difícilmente las encuestas le reprochen al gobernador que el peronismo cordobés esté dentro del partido nacional, que en los papeles se concretaría cuando se renueven las autoridades, pospandemia.

La vuelta al PJ es, en definitiva, una vacuna contra el cristinismo duro, el lugar donde Schiaretti no quiere ni puede estar, y una admisión de que no es momento para nadar en el andarivel del medio, aunque se quede en aguas poco profundas. Por más que, aun adentro, el gobernador permanezca en las orillas menos profundas, como quedó claro cuando aseguró, el jueves pasado, que “en Córdoba no hay grieta”. En cualquier caso, su independencia de criterio queda para los apoyos que impulse en el Congreso, donde se enfoca la oposición para enrostrarle “contaminación K”.

Bajo el paraguas del PJ nacional, el schiarettismo va a movilizar a los intendentes y dirigentes territoriales para el acto virtual del 17 de octubre y el encumbramiento de Alberto Fernández. De lo contrario, ese motor iba a ser encendido por el senador Carlos Caserio, el secretario de Obras Públicas, Martin Gill, la diputada Gabriela Estévez o directamente desde Buenos Aires.

El acto del 17 de octubre será a la tarde (entre las 15 y las 17 horas) y se emitirá vía web a todo el país, desde una aplicación especialmente preparada para soportar el millón y medio de conexiones que se pretenden. Las pruebas comienzan esta semana. El evento central será en la sede de la CGT de calle Azopardo, con Alberto Fernández como orador central y una treintena de dirigentes de primera línea.

Diez días después, el 27 de octubre (todavía no está confirmado, pero tampoco caído) el kirchnerismo quiere celebrar, con otro acto, el primer año del triunfo electoral del Frente de Todos y los diez años de la muerte de Néstor Kirchner. En ninguno de esos dos aniversarios, Schiaretti no tiene políticamente nada para decir.

El viaje de AF

Alberto Fernández no tiene fecha para su primer viaje a córdoba como presidente. La visita planeada para el jueves pasado, y luego pospuesta para este miércoles, quedó sin efecto. El fallo de la Corte que habilitó el per saltum a los tres jueces porteños, un mazazo político no esperado en Casa Rosada, lo alejó al presidente de una foto incómoda con Schiaretti en Córdoba. Atrás quedaron reproches de dirigentes albertistas que consideraron a Fadea como un destino “demasiado cristinista” para una primera bajada a la provincia anti K.

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