Los gestos de Alberto Fernández para asegurarse el apoyo de intendentes y gobernadores peronistas, en un Frente de Todos donde empieza a discutirse cuánto vale cada socio y qué parcela le toca en las listas legislativas de 2021, tienen impacto en Córdoba.

El jefe de Estado dijo al asumir que quería un gobierno de “un presidente y 24 gobernadores”, y en la Casa Rosada algunos ya consideran que el cordobés Juan Schiaretti tiene que tener un lugar a disposición en el gabinete nacional. Según supo este diario, en los últimos días habría habido contactos de la jefatura de Gabinete de Alberto Fernández con el círculo chico del mandatario provincial, para tantear el tema.

El contexto que lo haría posible sería el cambio de gabinete que, más tarde o más temprano, el mandatario nacional va a hacer, más allá de la carta de Cristina Kirchner y el debate que abrió -entre otros- sobre “funcionarios que no funcionan”.

Para el schiarettismo, el Frente de Todos es el “oficialismo nacional” y traza una línea divisoria para diferenciarlo de su propio gobierno. Esto se mantiene desde la asunción a AF al día de hoy, aunque los acuerdos Nación-Provincia en varios frentes (obras públicas, salud, desarrollo social, sobre todo) marchen viento en popa.

“No creo que Schiaretti quiera hacer un acuerdo tan público, pero no se puede hablar de un plan federal de gobierno si no hay alguien de él en el gabinete nacional”, deslizó una fuente provincial habitualmente bien informada. El factor Cristina sigue siendo un problema para Hacemos por Córdoba y su electorado anti K, y un cierre explícito con Nación terminaría con los grises entre ambos peronismos.

A Alfil llegaron algunos nombres, pero ninguna confirmación. Desde “un funcionario provincial que ya estuvo en la gestión nacional”, a cambios de cartera de algunos de los cordobeses con cargo en la administración central.

Hasta ahora, los peronistas que ocupan lugares en la grilla del gabinete de AF son albertistas del espacio del senador Carlos Caserio, como el secretario de Obras Públicas, Martín Gill (hoy con perfil propio en el Frente de Todos), y la troupe del Ministerio de Transporte (el secretario Walter Saieg, el subsecretario Marcos Fariña y algunos otros de tercera y cuarta línea). Ni Caserio ni Gill recompusieron su relación con el gobernador.

Pero Alberto Fernández quiere cerrar un acuerdo político con Schiaretti en 2021, lo que pone en tensión a los peronistas que sostuvieron el Frente de Todos en Córdoba cuando el gobernador se mantuvo “prescindente”. La puja que se siente en el interior de la coalición gobernante, incluida la distancia con Cristina Kirchner, no es tanto por gestión como por reparto de poder y por lugares en las listas legislativas. La proclamada “autonomía” de AF tiene que ver con su necesidad de guardar más espacio para los suyos propios, entre los que quiere sumar a intendentes y gobernadores.

En ese marco, Caserio estaría comenzando a plantear una lista de diputados y senadores propia, frentetodista, con la intención de retener su actual banca en el Senado. El peronismo cordobés asume que Juntos por el Cambio se quedará con dos de los tres lugares en la cámara alta, y Schiaretti quiere a su esposa, la diputada Alejandra Vigo, como senadora por Córdoba.

Al contrario de lo que se repite, en El Panal no creen que Alberto haya adquirido independencia respecto de Cristina, sino que observan que tiene “un poco más de aire propio” a partir de la leve mejora en algunos indicadores: curva de pandemia, más apertura en AMBA, veranito cambiario, índices industriales.