Según se confirmó la semana pasada, Aguilar estando en la provincia visitó varias veces al abogado Enrique Gross, el mismísimo Jefe de Asesores del gobernador Maurice Closs. De algunas de estas reuniones habría participado un alto directivo de una empresa de telefonía celular, lo cual robustece las sospechas de una nefasta iniciativa del clossismo: el espionaje ilegal a empresarios, funcionarios y periodistas de Misiones.

El mencionado Aguilar ocupó el cargo de Director de Inteligencia Estratégica del Ministerio de Defensa, designado por la entonces titular de la cartera, Nilda Garré. En 2010, presentó su renuncia “por motivos personales”, casualmente cuando archivos desclasificados del Estado confirmaban que el “primer civil” designado en el cargo, en realidad había sido un activo colaborador de la última Dictadura Militar. Figuraba en la nómina del Personal Civil de Inteligencia de la Fuerza Aérea entre 1980 y 1983. Asimismo, también por aquella fecha, enfrentaba una acusación por apremios ilegales por parte de un soldado voluntario, quien aseguró haber sido secuestrado e interrogado por este siniestro personaje. Era investigado por el juez federal Norberto Oyarbide.

Aguilar siguió vinculado a los sucesivos gobiernos democráticos que rigieron el país desde la asunción de Carlos Menem en 1989. Formó parte de la SIDE y luego del Ministerio de Defensa, que valoraron su ilustre trayectoria como espía y sus habilidades para el monitoreo ilegal de las comunicaciones privadas de altos funcionarios. Desde su forzoso alejamiento del organismo a cargo de Nilda Garré, misteriosamente comenzó a visitar la tierra colorada.

¿Qué hacía en la provincia? Esa es una pregunta que sólo puede contestar Enrique Gross, la mano derecha del gobernador de Misiones. Oficialmente, Aguilar llegó a la tierra colorada para asesorar al Estado en la instalación de radares para controlar el narcotráfico aéreo en el marco del operativo Escudo Norte. Extraoficialmente nadie sabe por qué mantuvo numerosas reuniones con el hombre más cercano al gobernador Maurice Closs.

El contexto que rodea a Gross es por lo menos dudoso. El funcionario también posee el cargo de director en la empresa Marandú Sociedad del Estado, una entidad vinculada a las comunicaciones, que no se ha presentado para el análisis del Presupuesto 2013, y que ya recibió un millón de pesos en concepto del desarrollo estructural. Hasta el momento no se vio evolución de la sociedad estatal. Inclusive algunos perspicaces de la propia renovación se preguntaron si el espía Carlos Aguilar tiene con esa firma alguna vinculación, o ejerce algún tipo de asesoramiento.

Las habilidades que tendría este espía para manejarse con sistemas capaces de inmiscuirse en la actividad de los funcionarios, no habría sido ajena tampoco a las reuniones que aquí habría compartido con el jefe de asesores misionero y un funcionario de una empresa telefónica. Y a partir de allí, los interrogantes.

Agencia Hoy expuso, que se espera que militares de la Fuerza Aérea en Misiones sean apartados de sus cargos por estar sospechados de espionaje ilegal. Casualmente, la mano derecha del gobernador, Enrique Gross, habría estado reuniéndose en los últimos dos años con un hábil, inescrupuloso y siniestro espía como Aguilar. Como si esto fuera poco, Marandú Comunicaciones no ha rendido cuentas sobre sus actividades ante la Cámara de Representantes. Y la frutilla del postre debe ser resaltada: el gobierno provincial ha adquirido tecnología de última generación en comunicaciones, con la capacidad de convertir cualquier celular en un potente micrófono, hecho este que ha sido negado por el Ministro de Gobierno Jorge Franco.