Los precios de alimentos volvieron a caer en el mundo en diciembre

Los precios de alimentos volvieron a caer en el mundo en diciembre

Este tercer retroceso consecutivo explica la reducción en la inflación de noviembre an Argentina. Se espera que se afiance (más allá de alguna volatilidad estacional) en diciembre. Persisten las dudas sobre 2023.

Por: Cristian Carrillo.

Si bien el índice de precios de los alimentos elaborado por la Organización de Naciones Unidas para la Alimentación y la Agricultura (FAO) siguió cayendo en diciembre, aumentó notablemente respecto del año anterior. Este incremento que se registró durante todo 2022, junto a los precios de la energía, explicó la ola inflacionaria que se vivió en casi todo el planeta y que, por un tema de nominalidad, afectó mucho más a la Argentina.

Esto último se debe a que la suba de las cotizaciones de las principales materias primas con destino a la producción de alimentos se sumaron los movimientos del tipo de cambio que amplifican esas variaciones. Por eso, aún cuando el país es productor neto de alimentos, el cimbronazo se sintió muy fuerte.

El índice de precios de los alimentos de la FAO se situó en diciembre de 2022 en un promedio de 132,4 puntos, es decir, 2,6 puntos (un 1,9 por ciento) menos que en noviembre, lo que representa su noveno descenso mensual consecutivo y deja el índice 1,3 puntos (un 1 por ciento) por debajo de su valor de hace un año. "En 2022 en conjunto, el índice de precios de los alimentos de la FAO se situó en un promedio de 143,7 puntos, lo cual supone un notable aumento, de 18 puntos o del 14,3 por ciento, respecto de 2021", detalló el informe difundido por la FAO esta semana.

En Argentina, en línea con lo que pasó a nivel mundial, exhibió un desaceleración en el último trimestre, aunque en la medición acumulada a noviembre ya se ubica en 86,3 por ciento. Esto se compone del 14,3 por ciento de alza de los precios internacionales, a los que se aplica la devaluación de tipo de cambio oficial con el peso, que se ubicó en el 72 por ciento. Este es un primer indicio que explica las criticas del acuerdo inflacionario pactado con el FMI, que obliga a acomodar el moneda doméstica a la inflación, generando un espiral de precios difícil de frenar. 

El descenso del índice mundial en diciembre obedeció a una acusada disminución de los precios internacionales de los aceites vegetales, junto con algunos descensos en los cereales y la carne. No obstante, se vio contrarrestado en parte por aumentos moderados de los precios del azúcar y los productos lácteos.

Cada uno de los rubros

"El índice de precios de los cereales de la FAO registró en diciembre un promedio de 147,3 puntos, esto es, 2,9 puntos (un 1,9 por ciento menos que en noviembre, pero aun así 6,8 puntos (un 4,8 por ciento) por encima de su valor de diciembre de 2021", señaló el relevamiento de Naciones Unidas. Los precios de exportación del trigo cayeron en diciembre, debido a que las cosechas en curso en el hemisferio sur potenciaron la oferta y la competencia entre los exportadores siguió siendo fuerte. Los precios mundiales del maíz también descendieron desde el mes anterior, fundamentalmente a causa de la fuerte competencia del Brasil, aunque la preocupación por la sequía en la Argentina contribuyó a sostenerlos en cierta medida. 

Los precios mundiales del sorgo y la cebada también bajaron, influidos por el efecto indirecto de los mercados de maíz y trigo. "Por el contrario, las adquisiciones de compradores asiáticos y la apreciación de las divisas de algunos países exportadores frente al dólar de los Estados Unidos hicieron que los precios internacionales del arroz aumentaran en diciembre", agrega la FAO.

En 2022 en conjunto, el índice de precios de los cereales de la FAO alcanzó un nuevo máximo histórico de 154,7 puntos, es decir, 23,5 puntos (un 17,9 por ciento en dólares) más que en 2021, valor que supera en 12,5 puntos (un 8,8 por ciento del promedio anual récord precedente, registrado en 2011. 

Los precios mundiales del maíz y el trigo alcanzaron nuevos máximos históricos en 2022, con promedios respectivos de 24,8 y 15,6 por ciento más elevados que los de 2021. "El aumento se debió a diversos factores, como las importantes perturbaciones en los mercados, el aumento de la incertidumbre, la subida de los costos de la energía y los insumos, las condiciones atmosféricas adversas en algunos de los principales países proveedores y la persistente fortaleza de la demanda mundial de alimentos", detalla el organismo. En Argentina, el precio del pan y los cereales acumula en el año, cuando resta la cifra de diciembre, un alza 95,7 por ciento interanual.

En el caso de los aceites vegetales, los precios se situaron en un promedio de 144,4 puntos en diciembre, esto es, 10,3 puntos (un 6,7 por ciento) menos que en noviembre, alcanzando así su nivel más bajo desde febrero de 2021. "El descenso del índice en diciembre obedeció a la bajada de las cotizaciones internacionales de los aceites de palma, soja, colza y girasol", explicó la FAO. 

Los precios mundiales del aceite de soja sufrieron una caída pronunciada, en gran parte debido a las perspectivas favorables de crecimiento estacional de la producción en América del Sur. En cuanto a los aceites de colza y girasol, los precios internacionales cayeron, respectivamente, a causa de la abundante oferta mundial y la moderada demanda de importaciones, en particular de la Unión Europea. El descenso de los precios de los aceites minerales crudos también ejerció una presión a la baja sobre las cotizaciones mundiales de los aceites vegetales. 

En 2022 en conjunto, el índice de precios de los aceites vegetales de la FAO se situó en un promedio de 187,8 puntos, lo cual supone un aumento de 22,9 puntos (un 13,9 por ciento) respecto de 2021 y representa un nuevo máximo histórico anual. En Argentina, los precios para los primeros once mese supera, con el 105,3 por ciento, el nivel general de precios de toda la economía.

Los productos lácteos evidenciaron en diciembre un promedio de 139,1 puntos, esto es, 1,5 puntos (un 1,1 por ciento) más que en noviembre, registrando así un aumento tras cinco meses consecutivos de descensos y superando en 10,1 puntos (un 7,9 por ciento) su valor de hace un año. En diciembre subieron los precios internacionales del queso, debido principalmente a una robusta demanda mundial de importaciones y una cierta escasez de disponibilidades exportables en un contexto de gran volumen de ventas internas a los sectores minorista y de los servicios, especialmente en Europa occidental. Por su parte, los precios internacionales de la leche en polvo descendieron ligeramente, ya que la bajada de los precios en Europa occidental, compensó el aumento de las cotizaciones de los suministros procedentes de Oceanía

En 2022 en conjunto, el índice de precios de los productos lácteos de la FAO registró un promedio de 142,5 puntos, lo que supone un aumento de 23,3 puntos (un 19,6 por ciento) respecto de 2021 y representa el promedio anual más elevado registrado desde 1990. Los precios argentinos para leche, productos lácteos y huevos acumulan a noviembre un alza de  101,7 por ciento.

La carne cedió en diciembre un 1,2 por ciento, lo que constituyó el sexto descenso mensual consecutivo, pero se mantuvo 2,8 puntos (un 2,5 %) por encima de su nivel de hace un año. El descenso del índice en diciembre obedeció a la bajada de los precios mundiales de las carnes de bovino y aves de corral, que se vio contrarrestada en parte por la subida de los precios de las carnes de cerdo y ovino. Los precios internacionales de la carne de bovino cayeron ante la presión ejercida por la mayor abundancia de suministros de ganado listo para el sacrificio en varios de los grandes países productores y la débil demanda mundial de suministros a medio plazo. En Argentina la carne vacuna fue lo que menos subió en los últimos meses, acumulando un alza de 57,6 por ciento.

El índice de precios del azúcar de la FAO registró un promedio de 117,2 puntos en diciembre, es decir, 2,8 puntos (un 2,4 por ciento) más que en noviembre, lo que constituye el segundo aumento mensual consecutivo y el nivel más elevado alcanzado en los últimos seis meses. El aumento de las cotizaciones internacionales del azúcar en diciembre estuvo ligado sobre todo a la preocupación por el efecto de condiciones atmosféricas adversas en el rendimiento de los cultivos en la India, el segundo mayor productor de azúcar del mundo, y retrasos en la molienda de caña de azúcar en Australia y Tailandia.

En 2022 en conjunto, el índice de precios del azúcar de la FAO se situó en un promedio de 114,5 puntos, lo que representa un aumento de 5,1 puntos (un 4,7 por ciento) respecto de 2021 y el promedio anual más elevado desde 2012. El INDEC informó en el país un alzas de 96,9 por ciento azúcar, dulces, chocolate y golosinas para el acumulado de once meses del 2022. Para otros productos estacionales, la suba fue de 108,2 por ciento para frutas y de 152 para verduras, tubérculos y legumbres.

Inseguridad alimentaria

Pese a una incipiente desaceleración, la inflación interna de los precios de los alimentos sigue siendo alta en todo el mundo. La información recopilada entre agosto y noviembre de 2022 indica una elevada inflación en casi todos los países de ingreso bajo y mediano; el 88,2 por ciento de los países de ingreso bajo, el 90,7 por ciento de los países de ingreso mediano bajo y el 93 por ciento de los países de ingreso mediano alto registraron niveles de inflación superiores al 5 por ciento, y muchos experimentan una inflación de dos dígitos, según un informe del Banco Mundial.

La proporción de países de ingreso alto con elevada inflación de los precios de los alimentos aumentaron al 81,8 por ciento. Los países más afectados se encuentran en África, América del Norte, América Latina, Asia meridional, Europa, y Asia central.

De acuerdo con el Índice Global del Hambre 2022, las crisis superpuestas pusieron al descubierto la debilidad de los sistemas alimentarios y que los avances mundiales contra el hambre se han estancado en gran medida en los últimos años. En el informe se plantea que los impactos de los actuales conflictos regionales; el cambio climático; la COVID-19; la guerra en Ucrania; las interrupciones en las cadenas de suministro, y los altos y volátiles precios de los alimentos, los fertilizantes y los combustibles han debilitado drásticamente los sistemas alimentarios del mundo, que ya son inadecuados e insostenibles.

Como consecuencia, el mundo está experimentando la tercera crisis alimentaria en menos de dos décadas. Las regiones que obtuvieron la puntuación más alta en el índice son Asia meridional y África subsahariana, cuya situación se considera grave.

Los altos precios de los alimentos provocan un crisis mundial que está empujando a millones de personas más a la pobreza extrema, aumentando el hambre y la malnutrición. Según un informe del Banco Mundial, la pandemia de Covid-19 provocó un gran retroceso en la reducción de la pobreza mundial.

En la actualidad, el aumento de los precios de los alimentos y la energía, impulsado por las crisis climáticas y los conflictos, directamente paralizó la recuperación. De acuerdo con un informe de la FAO y el BM, es probable que el número de personas que sufren inseguridad alimentaria aguda y que necesitarán asistencia urgente aumentará a 222 millones de personas en 53 países y territorios.

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