A pesar de la pandemia, el OPDS reubicará doscientos trabajadores en oficinas sin ventanas

Luego de contratar a numerosos militantes de La Cámpora a pesar de no contar con conocimientos en la materia, Juan Brardinelli tuvo que relocalizar a varios grupos de empleados en un local que no cumple con las condiciones mínimas de seguridad ni sanidad vigentes.

La gestión de Juan “El Colo” Brardinelli al frente del Organismo Provincial para el Desarrollo Sostenible (OPDS) no deja de cosechar rechazos y polémicas. Durante los primeros meses de la cuarentena, y de acuerdo a los propios trabajadores del organismo, ingresaron indiscriminadamente cientos de personas con contratos de 100 mil pesos por mes.

En su mayoría, se trataron de militantes de La Cámpora que encontraron en el OPDS el “vuelto” por los esfuerzos durante la campaña que llevó a Axel Kicillof a la gobernación en el año 2019. Esto generó un efecto embudo y en poco tiempo los trabajadores de carrera del organismo denunciaron un superpoblamiento y no tener siquiera una silla en la que sentarse a trabajar.

En este escenario, Brardinelli tomó una decisión salomónica. No dejaría ir a los militantes de La Cámpora, a pesar de carecer de cualquier tipo de formación en la temática que compete a la cartera de medio ambiente, sino que trasladaría de forma forzosa a una gran cantidad de trabajadores a una nueva oficina, ubicada sobre la calle 57 entre 11 y 12 de la ciudad de La Plata.

La decisión fue notificada de manera informal, sin comunicación oficial al respecto ni una explicación de los motivos por el traslado de sede, lo que generó el descontento de los trabajadores, quienes ya habían elaborado varios pedidos de informes sobre la extraña distribución de oficinas del OPDS en edificios repartidos por la ciudad. “Estamos lejos unos de otros, lo que crea circuitos administrativos deficientes, genera costos adicionales por movilidad e implica serias demoras en la ejecución de las tareas”, explicaron.

La decisión de un nuevo traslado tomada por Brardinelli, lejos de resolver los problemas, los terminó agravando. Las nuevas oficinas son inhabitables de acuerdo a los nuevos parámetros sanitarios, carecen de ventilación alguna, tienen habitaciones completamente cerradas en las que no corre el aire y los ambientes son sofocantes, especialmente durante las jornadas de calor.

“Todo el esquema de trabajo del OPDS es complejo y burocrático. Tenemos oficinas repartidas por toda la ciudad. La oficina de Personal continúa extraviando expedientes porque en el recorrido se pierden y nadie sabe dónde están”, explicaron los trabajadores en contacto con REALPOLITIK.

Los empleados del organismo ambiental ya bautizaron a las nuevas oficinas del organismo: “La Tumba”. La misma fue ocupada tiempo atrás por trabajadores de la cartera de Educación, que debieron mudarse por la misma razón. “Hay zonas muertas, que son criptas completamente cerradas, como el espacio dedicado a las fotocopiadoras y una pseudo oficina de reuniones completamente ciega”, se quejaron quienes deben ir al lugar. “Un día como el de ayer, húmedo y templado, no se puede respirar”, advirtieron.

Los trabajadores confeccionaron una carta para ser elevada a las autoridades, pero los gremios intervinientes no se animaron a firmarla. En la misma, aseguraron que el factor de ocupación del nuevo espacio es de un máximo de 87 personas, mientras en el lugar -entre trabajadores y personas que van a hacer trámites- habrá hasta 200 en un día de semana. Las salidas de emergencia no responden a los parámetros de seguridad establecidos por el estado, no cuenta con luz natural ni está ventilado. En respuesta, desde el círculo íntimo de Brardinelli tuvieron una respuesta que los pinta de cuerpo entero: “Al que no le guste, lo invitamos a jubilarse temprano”.

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