Los pequeños comercios, otras víctimas de la inflación

Los pequeños comercios, otras víctimas de la inflación

Desde enero, la caída fue del 2,2 por ciento, según datos de la firma Radar Scanntech, en base a un software vinculado a las cajas registradoras.

Por

JULIÁN BLEJMAR

 

La venta en almacenes de barrio, supermercados minoristas y pequeñas cadenas del interior del país cayeron por séptimo mes consecutivo, al descender en julio un 6,7 por ciento interanual y un 2,2 por ciento desde enero al mes pasado. 

Las cifras fueron provistas a El Destape por Radar Scanntech. Esta firma tiene un acuerdo con 1.400 pequeños comercios de todo el país, que por tener pequeñas superficies no son en muchos casos relevados por el Indec, y obtiene información mediante un software que recibe en tiempo real los datos de 3,7 millones de ticktes mensuales, los cuales proveen información sobre ventas y precios de alimentos, bebidas, cuidado personal y limpieza a través de sus códigos de barra.

La caída de ventas en julio estuvo encabezada por los productos de cuidado personal, que descendieron un 7,1 por ciento, seguidas por alimentos, que descendieron un 5,6 por ciento, y limpieza, con solo 0,1 por ciento de caída. Bebidas, por su parte, fue el único que rubro que registró un aumento de ventas, con 0,8 por ciento.

“La situación no nos sorprende, sabíamos que las ventas iban a caer en función de tantos aumentos que recibimos. Julio fue particularmente tremendo, los mayoristas aumentaron los alimentos 10 por ciento y otro 13 por ciento en los productos de limpieza e higiene personal”, explicó a El Destape Fernando Savore, titular de la Federación de Almaceneros y Supermercados.

Otro síntoma de la crisis, se desprende del hecho de que la asistencia a Autoservicios durante julio tuvo una mayor frecuencia de visita, en torno al 5,8 por ciento, pero con una transacción promedio menor, pues Radar Scanntech verificó que se adquirían 8,7 por ciento menos de unidades con un ticket promedio de 1.062 pesos para un promedio de 5,3 unidades. Así, se puede inferir que los consumidores acuden más seguido por tener menos posibilidades de realizar una compra mayor, que cubra sus necesidades.

Si bien la caída en la venta de este tipo de formatos no da cuenta directa de un menor consumo general, pues muchos consumidores optan por migrar a superficies medianas y grandes para encontrar mejores precios, promociones, o financiamiento y descuento con tarjetas de crédito, si explica las dificultades de ingresos del grueso de la población y marca también la dificultad que experimentan aquellos que los tienen como única alternativa de consumo por residir en sectores alejados de los principales centros urbanos.

De igual forma, para el último relevamiento de mayo, el Indec informó que las ventas en supermercados también cayeron, aunque en una medida menor por ser solo un 0,6 por ciento. 

 

 

Del informe, también se desprende que la fuerte caída en la venta de alimentos no solo gráfica la realidad de muchos argentinos, sino que también demuestra las crecientes dificultades que experimentan estas pymes comerciales, cuya facturación, señalaron desde Radar Scanntech, se expresa en un 60 por ciento por la venta de alimentos.

Leo Bilanski, presidente de la Asociación de Empresarios Nacionales para el Desarrollo Argentino – ENAC, planteó que la caída puede darse, sin embargo, no por falta de demanda sino de oferta. Según señaló ante este mismo medio aún no tienen "información de julio, pero es posible que haya habido un parate por el terrorismo con el tema precios, no solo caída de ventas”.

Y agregó: “Nosotros medimos las cadenas comerciales y hay un montón de ventas limitadas, por ejemplo con stock mínimo o solo anticipadas, en estrategias que a veces son defensivas y otras abusivas, las cuales impactan en la actividad no necesariamente por falta de demanda sino por falta de oferta”.

De la misma forma, la caída en el consumo guarda relación con la fuerte inflación que también se dio en este tipo de formatos de venta, la cual tuvo para julio un índice del 8,5 por ciento, sumando un 42 por ciento en lo que va del año. La diferencia con las últimas cifras arrojadas por el Indec, que midió una inflación de 7,4 para junio y de 46,2 para el primer semestre, no es solo la diferencia en el mes sino que el organismo estadístico nacional mide muchos otros ítems, incluyendo servicios públicos, y no solo las cuatro categorías de productos de consumo masivo que releva Radar Scanntech.

Asimismo, esta caída de ventas se vincula con la reducción del poder adquisitivo durante el presente año, así como por la incipiente contracción de la actividad económica. Según el último informe del Indec sobre la misma, para mayo se había experimentado una desaceleración en la medición desestacionalizada, ya que el tenue crecimiento del 0,3 por ciento fue aún menor que el del 0,5 por ciento de abril contra marzo. 

Todo indicaría que la desaceleración se profundizó en los últimos meses de fuerte inestabilidad cambiaria y cambios de ministros de Economía.

En lo que refiere a los salarios, el último Informe de Coyuntura del Mirador de la Actualidad del Trabajo y la Economía, integrado por economistas egresados de la Universidad Nacional de Rosario, señaló que, debido a la aceleración de los precios, en la actualidad el nivel real de los salarios es 6 por ciento menor al del último año del Gobierno de Cambiemos, el cual a su vez había reducido en 18 puntos porcentuales el promedio salarial al compararlo con el último año del kirchnerismo, con lo que concluían que “no sólo no se avanzó en un sendero de reparación de los ingresos perdidos, sino que la caída se profundizó”.

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