El pedido de Justicia que se grita cada vez más fuerte

El pedido de Justicia que se grita cada vez más fuerte
La conflictividad social por la inseguridad y la crisis económica está generando un clima muy parecido al de 2001. Ayer hubo tres reclamos simultáneos para pedir "Justicia"
La tensión social que se vive en la Argentina, con pueblos enteros movilizados que piden que se ponga fin a la ola de inseguridad, tiene su antecedente más inmediato en los tristes episodios que se vivieron en nuestro país en el año 2001, cuando por primera vez se escucharon el tronar de las cacerolas.

Asimismo, a la violencia que se vive en las calles, se suma otros episodios que traen a colación los difíciles momentos que le tocaron vivir a los bonaerenses durante la década pasada: esta semana volverá a paralizarse la provincia. En lo que va del presente ciclo lectivo, que comenzó a fines de febrero, se perderán seis días de clases. Tampoco funcionarán hospitales públicos y se resentirá sensiblemente el servicio de Justicia (ver página 5).

Al igual de lo que ocurría hace 12 años, hay una situación de hartazgo generalizado en la ciudadanía que, tal como se expresó ayer en la tapa de este diario, dijo "Basta". Por eso ayer, de forma simultánea, hubo tres marchas convocadas al unísono. El reclamo fue el mismo: pedir Justicia ante distintos asesinatos que fueron producto de la ola de inseguridad y de la violencia extrema que se vive a lo largo y ancho del país, especialmente en Capital Federal y la Provincia. A saber:

*Junín, tras los violentos episodios del domingo, ayer fue nuevamente epicentro de una marcha de vecinos y familiares de la joven Karen Campos, que fue asesinada durante un asalto. Pacíficamente, más de 500 personas marcharon por las calles de la ciudad al grito de "justicia". Los comercios cerraron sus puertas desde temprano y varios de sus dueños acompañaron a los manifestantes. El reclamo ciudadano se produjo en medio de las internas política entre funcionarios nacionales, provinciales y municipales, que se muestran importantes ante la ola delictiva (ver página 4)

*En Mataderos, vecinos indignados también salieron a la calle, conmocionados por la muerte de la dueña de una heladería, que falleció de un paro cardíaco tras ser atacada a golpes por delincuentes que la asaltaron cuando salía de su comercio.

*Por último, en Capilla del Señor,

una pequeña localidad bonaerense, la ciudadanía está conmovida por el asesinato de un joven que recibió una puñalada mortal, siendo el principal acusado un adolescente de 14 años que -por se inimputable- fue liberado y entregado a sus padres. Familiares, amigos y conocidos de la víctima no tardaron en expresar su malestar. Prostestaron y arrojaron piedras a la casa del intendente Adrián Sánchez, y luego hicieron lo mismo en la sede de la comisaría local, en un episodio de similares características a lo ocurrido en Junín.

El descreimiento generalizado en las instituciones (poder político, Justicia, policía, etc), que lleva por ejemplo a que ciudadanos indignados intenten hacer Justicia por mano propia, significa que existe una ausencia total del Estado en todos sus niveles. Y esto solo puede ser posibles porque existe un trasfondo de pobreza y marginalidad extrema, que contribuye de sobremanera al desarrollo de delincuencia y el narcotráfico.

Más de 11 años pasaron de los tristes episodios que terminaron con la renuncia del presidente Fernando de la Rúa, y no se modificó en nada los aspectos estructurales que convierten a la Argentina, un territorio repleto de recursos naturales, en una nación subdesarrollada.

El mensaje "que se vayan todos", que tanto se escuchó junto a las cacerolas de 2001, ahora se está resignificando en los pedidos de Justicia que cada vez se hace más fuerte.

Scioli habló con la madre de Karen

El propio gobernador Daniel Scioli escuchó, de boca de la madre de la joven asesinada en Junín, el reclamo de Justicia. Ayer, el mandatario provincial habló teléfono con la mujer y le manifestó su "compromiso" para lograr el esclarecimiento del caso.

Fuentes de la gobernación revelaron a que el diálogo se produjo por la tarde, por teléfono, y destacaron que la mujer le reclamó al mandatario que quería que el asesino de su hija "no salga libre". Scioli le manifestó que estaba "a total disposición" de la familia.

Luego de los incidentes, el gobierno de Scioli instaló en Junín al jefe de Policía, Hugo Matzkin, y al subsecretario operativo del ministerio de Justicia, Emiliano Baloira, quienes reportan la situación a la gobernación.

En ese marco, el ministro de Seguridad bonaerense, Ricardo Casal, sostuvo que hubo "gente que ha planificado claramente el caos" y advirtió que "si algún político o grupo político pretende obtener (rédito) de esto no sólo no lo va a conseguir, sino que se le va volver en contra".

Ahora bien, es muy preocupante la matriz de análisis del ministro de Seguridad. Plantear que grupos marginales o minoritarios pueden llegar a realizar por sí solo una pueblada, cuando existe un trasfondo marcado por un profundo conflicto social, es una conclusión realizada con mucha liviandad. Incluso, el propio ministro hace pocos días sufrió en carne propia el flagelo de la inseguridad cuando intentaron entrar a robar a su vivienda de City Bell, hecho que no se pudo concretar gracias a la intervención de su corpulento guardia de seguridad. El problema es que la inmensa mayoría de los ciudadanos no tienen la suerte de estar tan protegidos.

Embestida K

En una clara muestra de que el kirchnerismo busca complicar la gobernabilidad en la Provincia, ayer hubo una fuerte embestida contra Scioli por parte de distintos personajes K. Por ejemplo, en una crítica que pareció calcada del discurso de la presidenta Cristina Fernández ante la Asamblea Legislativa el pasado 1 de marzo, pero esta vez con nombre y apellido, el diputado Carlos Kunkel, famoso por sus antecedentes de violencia política, le advirtió a Scioli: "Sería bueno que fuéramos convocados todos los dirigentes de la provincia de Buenos Aires para ver cómo podemos ayudar al gobernador para superar esta evidente parálisis de gestión que nos está afectando, que afecta todo el funcionamiento de la provincia de Buenos Aires y no solo la seguridad".

Aunque sin mencionar directamente a Scioli, en un acto para anunciar obras públicas con intendentes de Chubut, el ministro Julio de Vido pareció referirse también al gobernador al afirmar que "ahora estamos en el mundo de la fotografía, y la política parece que se detiene en imágenes. Aparecen en fotos a ver cómo se pueden mostrar más opositores a la Presidenta y otros se sacan fotos para mostrarse amplios, en una actitud que es hipócrita".

El sciolismo optó por no responder los ataques.

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