Pami: acuerdo para bajar precios desata guerra entre laboratorios

Pami: acuerdo para bajar precios desata guerra entre laboratorios

Las empresas que intentan ingresar al mercado están recibiendo amenazas

 

Luego de que el Gobierno de Mauricio Macri anunciara un acuerdo con la Cámara de Industrias de Laboratorios Farmacéuticos Argentinos (CILFA) para abaratar los costos de medicamentos con los que se abastece el PAMI, se desató una disputa por la competencia en la venta de los productos.

El Gobierno Nacional, además del acuerdo, apostó a la reducción de los costos de los medicamentos, que aumentaban más que la inflación, y para eso optó por la apertura del mercado a nuevos proveedores, bajo sospechas de manipulación de precios por parte de los grandes laboratorios. Esto fue lo que desencadenó una guerra entre droguerías y amenazas sobre los nuevos competidores del mercado.

Adolfo Rubinstein, el Ministro de Salud que asumió en diciembre pasado el cargo que dejó Jorge Lemus, fue el que convenció a Macri de ir contra los laboratorios y fue uno de los artífices del acuerdo de reducción de costos en 5% para medicamentos del PAMI, a pesar de las amenazas de desabastecimiento por parte de los proveedores.

El 5% de abaratamiento supone un ahorro para el Gobierno de 5.000 millones de pesos. En el 2017 el PAMI gastó $30.000 millones en medicamentos. Para contrastar, la industria farmacéutica facturó $97.286 millones en 2017, 27% más que el año anterior, y 2% más que la infl ación de ese año.

Los principales laboratorios que operan en Argentina son Bayer, con una facturación anual de $9.185 millones; Roemmers, que tiene ingresos anuales por $6.167 millones; Gador, al que le ingresan anualmente $5.943 millones y Roche, que factura $5.500 millones al año. La lista, que continúa con Pfizer, Gador, Novartis, Raffo, Bagó y otros, muestra un aumento de entre 30% y 90% en la facturación interanual si se comparan 2015 y 2016.

Los números son aún más impresionantes si se comparan las facturaciones totales de 2015, de $50.000 millones con la de 2017, de casi $100.000 millones. Es decir, que pese a una infl ación del 60% bianual, la facturación de esta industria aumentó casi un 100 por ciento.

Esta situación provocó que el Gobierno apunte a los laboratorios, por especular y no ser “limpios” en el mercado. Uno de los amigos del presidente y jefe de asesores de Mauricio Macri, José Torello, le aconsejó abrir el mercado para generar competencia y así disminuir los costos de los medicamentos. Esto desató la furia de varias empresas, luego de quedar en evidencia su manipulación de precios.

Uno de los tantos artículos de las especialidades medicinales, el suero, es producido por el Laboratorio Ramallo. Se vende a $8 la bolsa a partir de la apertura del mercado, mientras que el año pasado el mismo producto tenía un costo de $22 para los hospitales. El Laboratorio Ramallo, que se especializa en remedios de aplicación intravenosa, es una de las boticas que ingresó al mercado a partir de su apertura, con costos más bajos que los convencionales. Como consecuencia, fueron amenazados. Según altas fuentes de la empresa, las agresiones vienen de los laboratorios Denver Farma y Norgreen, y se trata de intimidaciones que “tienen dos aristas: defender un negocio que tiene el 300% de rentabilidad y disimular la estafa que ellos perpetraban contra el Estado y privados”. Pese a los aprietes, destacaron que “no tienen ninguna intención de subir los precios”.

Es que, según señalan en la empresa, “Norgreen y Denver Farma, por ejemplo, vende la insulina a veinte veces su costo, estas empresas, son el mascarón de proa para que los precios suban”. Y es apenas una parte de los grupos de presión de los laboratorios contra su empresa. “Las operaciones incluyen publicaciones en PharmaBiz” un tabloide del medio, en el que “publicaron resoluciones del ANMAT sobre Laboratorios Ramallo y el mismo medio no público nada sobre el retiro de otros productos (de sus anunciantes) que llegan al 80% de la población. Es una campaña de desprestigio”, puntualizó un vocero que conoce la guerra por la suba de precios. Ramallo es una de las empresas jóvenes en el rubro, que comenzó, al amparo de la apertura que impulso este Gobierno. El laboratorio abrió una planta modelo de producción en Sudamérica, con tecnología de punta y más de 260 empleados; es el único de su categoría con mecanismos de control doble americano y todas las exigencias del INAME y la aprobación de ANMAT.

La guerra de los laboratorios se desato con la resistencia de los históricos, adversos a la tecnología y los controles versus lo nuevos que apuntan a la excelencia. Como contrapartida a esta apertura del mercado toda una artillería de calumnias se desplegó desde el sector histó- rico para mantener sus precios infl ados, contra las alternativas más económicas que ofrecen las empresas más jóvenes. Final abierto.

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