Un pacto de cogobierno fruto de la mala praxis política

Un pacto de cogobierno fruto de la mala praxis política

Por José Luis Jacobo

Nada salió como se especuló: el triunfo del FDT en nación y provincia en 2019 obligó a recalcular. La cuarenterna (sic) obligó a recontra recalcular. No fluyen millones hacia Mar del Plata, como hubiera ocurrido de haberse dado otro esquema político. 

No obstante, los errores de praxis política que llevaron, por ejemplo, a colocar a Lauría como primer candidato en la lista de 2019 y la ruptura con Fiorini que alejó a Carrancio de JxC, son los motivos políticos que hoy llevan a Montenegro a una alianza ya de cogobierno explícito con Pulti.

Concebido como un acto de rendición, la firma del acuerdo entre Montenegro y los concejales de Acción Marplatense Paula Mantero y Horacio Taccone se llevó a cabo en el Centro Cívico del Oeste, una imagen compatible con el vagón de Compiègne en donde los franceses firmaron la rendición ante los alemanes. La imposición de retormar las obras de la última desgestión de GAP —quien dejó a la ciudad desfinanciada en mil millones de pesos, alquileres impagos y desudas de todo tipo y color— es parte de un relato mentiroso.

Si bien existían fondos del BID para el proyecto sublimado por el ex intendente y su corifeo, lo cierto es que no tenía financiamiento, y que las partidas destinadas al mismo se utilizaron para cubrir gastos generales, un estilo en el uso de los fondos públicos que fue constante. Lo mismo ocurrió con los dos polideportivos inconclusos, que ahora Montenegro se compromete a terminar.

La presencia de Agustín Neme, Marianela Romero, y Angélica Haydee González como testigos pone el tema al nivel de una parodia en tono menor. Una escenificación estúpida, sólo para inflar el ego mal colocado del natural de Dolores. Habrá presupuesto 2022 y, como todo presupuesto en Argentina, será un chiste de mal gusto qué se cumple o no: se modifican partidas, se subejecuta, o los fondos se derivan a otros fines.

En tanto, la posibilidad de despegar con el desarrollo de la explotación hidrocarburífera en aguas del Atlántico está en enorme riesgo. Un activo al que la invasión de Putin a Ucrania le eleva su valor económico, está en manos de la Cámara Federal de Mar del Plata. El único amparo que valida el impedimento, fue presentado por el propio intendente de la ciudad. Desde el Ministerio de Energía consultan si esta acción es del PRO en su conjunto, o de Montenegro a nivel personal. Por increíble que parezca, la mejor oportunidad en décadas de hacer girar en positivo la economía de la ciudad, está trabada por el propio intendente.

No es pragmatismo: es amateurismo en un juego que, más que de políticos, parece de tahúres.

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