Los nombres están, que vengan las ideas

Los nombres están, que vengan las ideas

El sábado se conocieron los nombres de los precandidatos. Ahora es tiempo de que den a conocer sus propuestas para la ciudad. ¿Qué desafíos afrontan quienes tienen más de un precandidato?

Desde el día en que la Justicia Electoral dio a conocer los frentes que competirán en las próximas elecciones hasta que se cerraron las listas de precandidatos pasaron 192 horas. Uno, que no conoce las entrañas de ese mundo, se genera escenarios que pueden –o no- estar alejados de la realidad. Seguramente habrán sido horas de poco sueño, de teléfonos ardientes; de insultos, enojos y festejos. Habrán sido días de rosca intensa, tal vez el punto máximo de las negociaciones electorales. Ya está: las listas cerraron.

Ahora, todos aquellos que lograron convertirse en precandidatos tienen por delante el desafío de destacarse, diferenciarse y hacer conocer sus ideas.

“No conozco un proyecto positivo de Baragiola y Arroyo. Solo se unen por el no”. Gustavo Pulti repite la chicana cada vez que alguien lo consulta sobre la alianza de Vilma Baragiola y Carlos Arroyo bajo el paraguas de Cambiemos. Se trata del frente que reunió a actores que, antes de esto, parecía difícil que se unieran.

Está claro que es una exageración, un recurso dialéctico del jefe comunal, para tratar de dejar en evidencia que esa alianza tiene solo fines electoralistas, no programáticos –como gustan decir los políticos-. Pero esconde algo de realidad: los dos principales opositores al actual intendente deberán empezar a mostrar qué los unes y qué los diferencia.

La unidad entre Acción Marplatense y el Frente para la Victoria se cocinó a fuego más lento. Pulti nunca quiso resignar su perfil vecinalista, pero desde hace años muestra un alineamiento con las principales políticas del proyecto nacional y popular.

Desde hace un año, a su vez, los concejales pultistas y del FpV vienen limando asperezas y trabajando de manera conjunta. Si bien cada cual mantuvo su identidad, en proyectos clave como la policía local o el aumento de tasas pudieron complementarse. La bancada kirchnerista apoyó ambas iniciativas, pero logró introducir modificaciones en pos de mejorar los proyectos originales (más control civil en el primer caso y aumentar lo que tributan countries y barrios cerrados en el segundo).

El proceso, que no fue sencillo e incluyó silbatinas al intendente y duros cuestionamientos por algunas posiciones, desembocó en una la de unidad que se presentó el sábado último bajo el nombre de Frente Marplatense.

Esa nómina, inmediatamente, disparó la pregunta acerca de una posible unificación de los bloques a partir de diciembre. Pulti, en principio, descartó esa posibilidad, aunque la lógica de la inquietud es innegable.

No hay certezas acerca de quién ganará la Paso entre Arroyo y Baragiola. Lo único seguro es que será pareja y, por ende, los concejales de una lista se intercalarán en la otra en la elección general. Entonces, ¿por qué a nadie se le ocurrió consultar cómo funcionará eso después de diciembre? Porque parece improbable que algo así ocurra.  

Hasta ahora, Vilma y Arroyo se elogiaron mutuamente. Pero más allá de la visita de Mauricio Macri a Mar del Plata no tuvieron ninguna actividad en conjunto. Apenas se conoció el desembarco del exZorro Gris a la alianza entre el PRO, la UCR y la CC Baragiola hizo un tímido intento por mostrar coincidencias y habló de una idea con la que Arroyo viene insistiendo hace un tiempo: el hospital municipal. “Apoyo esa idea y quiero que Carlos se ponga al frente de ese proyecto durante mi gestión”, anticipó la concejal del radicalismo, al dar por sentado su triunfo en las Paso y en octubre.

Así, el desafío que tienen individualmente para fortalecer al frente es que cada uno pueda expresar sus ideas para Mar del Plata, exhibir sus planes, pero sin mostrar discrepancias en temas centrales. Por ahora, los precandidatos de Cambiemos corren con una ventaja: aunque no estén tan claros los puntos que los unen, saben que atacarse entre ellos solo beneficia a Pulti. Por eso, la campaña, aunque por caminos separados, será en paz. Habrá que esperar después del 9 de agosto para saber cuán herido queda el perdedor y qué tan generoso es el ganador para saber si tirarán para el mismo lado.

El resto de las fuerzas no tienen tanto conflicto en ese sentido. A pesar de sus diferencias, Guillermo Schütrumpf, Alberto Rodríguez y Pablo Farías no deberían tener mayores inconvenientes para desarrollar un discurso coherente dentro de Progresistas. Algo similar ocurre en el Frente de Izquierda de los Trabajadores entre Alejandro Martínez y Gustavo Vicini.

El cronograma electoral dio el último sábado un nuevo paso. Ya se saben los nombres de quienes pretenden gobernarnos. Ahora es tiempo de conocer sus ideas. 

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