El negocio de las molineras es financiero y no por operaciones comerciales

El negocio de las molineras es financiero y no por operaciones comerciales

Pese a que hasta agosto los márgenes operativos de la industria se muestran negativos, las ganancias de las grandes empresas agrícolas se enfocan en las rentabilidades financieras.

La brecha entre las pérdidas operativas que aduce detentar el sector molinero de soja en los últimos meses y los balances con resultados positivos récords que muestran las empresas que operan en el segmento parece incontrastable. Los informes del sector aseguran que hasta agosto--ahora en septiembre se espera una mejora en la actividad-- los márgenes operativos de la industria fueron negativos, pero los estados financieros de las empresas muestran resultados globales cada vez más abultados. Esto se explica porque las ganancias de las grandes empresas alimenticias se enfocan actualmente en las rentabilidades financieras, las cuales les dan mayor musculatura al negocio y les permite afrontar la sequía de ventas de los productores. 

Por ejemplo, Molinos (Grupo Perez Companc) obtuvo en el primer semestre una ganancia de 3232 millones de pesos por sus operaciones comerciales habituales, a los que se sumaon casi 1120 millones de ingresos financieros. En algunos, casos la ganancias financieras superan o dan vuelta el resultado bruto. En Molinos Agro, la ganancia operativa es de 1776 millones de pesos, pero sus "ingresos financieros" sumaron otros 4906 millones en el mismo semestre. 

En la industria molinera sostienen que la retención de la soja en silo-bolsas contrajo fuertemente la utilización de la capacidad instalada de la industria molinera, la cual opera hace varios meses con signo positivo, dado que ante la escalada del precio de la oleaginosa se privilegia la cotización internacional del poroto sin procesar. 

"El margen de molienda de soja sigue siendo negativo. Desde enero hasta fin de agoto, en buena parte del período analizado los márgenes de molienda resultaron negativos en un rango de -20 y -30 dólares la tonelada. La mejora en el calado del Río Paraná fue uno de los principales factores positivos que no llegaron a ser suficientes para la mejora de los márgenes", señala el último boletín de la cámara aceitera y cerealera (CIARA-CEC). "Lo que podemos destacar también es la alta volatilidad que ha ocurrido en los mercados desde el comienzo del conflicto del Mar Negro hasta la actualidad con el impacto negativo en el mercado de soja y sus subproductos, reflejado en el mercado de Chicago, por la mejora en el clima de agosto. Hacia fines de agosto los márgenes se estabilizaron entre -8 y -10 dólares la toneladas", detalla el informe oficial.

Con el incentivo que se introdujo con el dólar sojero, se mejora la rentabilidad de los productores y, con ello, la capacidad de producción de las empresas alimenticias.  Sin embargo, la industria oleaginosa mantiene la queja de la baja rentabilidad del negocio. El Destape consultó el motivo de seguir operando en un negocio "no rentable" pese a exhibirse precios internacionales récord para los subproductos de la soja (harina y trigo) y cómo es que sus principales referentes evidencian ganancias récords. 

La molienda mensual consolidó su caída estacional durante julio. Durante julio la molienda de soja llegó a 3474 millones de toneladas, con una caída de 450.000 toneladas, equivalente a 11,5 por ciento, respecto de las 3923 millones de toneladas procesadas durante junio. Según CIARA-CEC, el volumen de molienda cumulado enero-junio se ubica 2277 millones de toneladas por debajo de de la molienda del mismo período de la campaña anterior 2020-2021.

 

"El problema es que tenemos una alta capacidad ociosa, en torno al 50 por ciento. Además, hasta el 5 de septiembre (antes de la salida del dólar-soja) el precio de compra en el mercado interno era más alto que la capacidad de pago. Entonces, ante una capacidad ociosa tan grande y una cantidad de exportación que debe cumplir, el productor sube el valor de la soja del mercado interno más allá de lo que le puedan pagar", explicó a este medio un directivo de la mesa chica de los agroexportadores.

La suba artificial del dólar a 200 pesos para el exportador es una forma de mejorar el precio de sus dólares para que le pague el precio completo al productor. "Por ejemplo, si una empresa ingresa 500 millones de dólares al nuevo esquema, tiene que demostrar que utilizó todo ese monto en pagarle al productores menos la retenciones", explicó el empresario. 

Los balances dicen otra cosa

Si bien no esperan una mejora directa en los márgenes de molienda con la medida impuesta hasta fin de mes, reconocen que indirectamente les permitirá recuperar algo de los perdido por la reducción de la capacidad ociosa. "Una empresa tiene varios rubros. Tiene la compra de granos para procesar y exportar, el principal negocio del sector, pero también opera en trigo, maíz, cebada y sorgo y ahí es donde se encuentra algún margen. Y el último punto es el financiero. En la Argentina a las empresa que dicen que les sobran los pesos los mandan a inversiones financieras. Si vemos que Cargill ganó 11.000 millones de pesos, después 9000 millones fueron de renta financiera y no de operaciones comerciales", explicó a El Destape el también integrante del Consejo Agroalimentario. 

 

El informe de Ciara-CEC, que asegura que recién en agosto los márgenes operativos comenzaron a repuntar, solo mide la rentabilidad de "comprar, producir y exportar granos. "Hoy ese margen de industrializar soja sigue siendo negativo", señala el directivo. Los balances presentados a las Bolsa, en muchos casos por operaciones vinculadas, muestran otra realidad. 

 

En el sector agropecuario, solo cuatro empresas, entre ellas Cargill, controlan el 70 por ciento del mercado mundial. El año pasado, Cargill logró los mayores beneficios de su historia, 5000 millones de dólares en ingresos netos, y se prevé que la empresa supere de nuevo en 2022 este récord. Solo en la familia Cargill hay 12 milmillonarios, cuatro más que antes de la pandemia, según la revista Forbes. 

En su último informe elevado a la Bolsa porteña, la empresa Molinos del Grupo Perez Companc evidenció un resultado operativo de 3323 millones de pesos, a los que se sumaron 1120 millones por ingresos financieros y 6370 millones de pesos por "exposición a los cambios en el poder adquisitivo de la moneda" (devaluación).  Molinos Juan Semino informó para el primer semestre una ganancia neta de 69,3 millones de pesos, mejorando la pérdida operativa de 147,9 millones. pero suma "otras" ganancias por 1,9 millones. El balance destaca también un flujo positivo de efectivo por "actividades de financiación" por 441,8 millones, más de seis veces superior al resultado operativo. En el balance de Molinos Agro, el resultado neto del período que alcanzó los 5347 millones de pesos, de los cuales 1776 millones fueron por operaciones comerciales y 4906 millones por ingresos financieros. 

La decisión del Banco Central de penalizar con un tasa más alta a las grandes empresas que se financian en pesos con créditos subsidiados busca desarmar parte del rulo financiero que las empresas alimenticias utilizan para aguantar y presionar por el tipo de cambio, aún con márgenes operativos negativos. 

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