Una moneda de muchas caras

Una moneda de muchas caras

Ala memoria de mi muy querido amigo, el pintor Juan Carlos Merla. QPD 

El tema de estas líneas es un ejemplo de cómo es que hay eventos, personas, objetos, etcétera, que pueden contemplarse desde distintos ángulos, aunque éstos no siempre coincidan en su valoración; es decir, esas caras lo mismo pueden ser positivas que negativas o neutras con respecto a las demás.

Primera cara: Cualquiera que pase por ahí estará de acuerdo conmigo en que haber creado una Explanada Cultural, entre el palacio de gobierno estatal y el federal es a todas luces una acción más que acertada, pues además de dotarla con la infraestructura necesaria para llevar ahí distintos eventos, creó uno más de los llamados microespacios públicos que los urbanistas sugieren para ciertas zonas de la ciudad, a fin de que sus habitantes se las apropien y vayan poblando de nuevo.

Segunda cara: El pasado 20 de junio, el Día Mundial de las Personas Refugiadas, se inauguró en ese espacio la exposición fotográfica El otro lado de los otros lados, que lleva por subtítulo o mayor identificación “Una acción sobre el espacio seguro con personas refugiadas en Nuevo León” y firman Sofía Garfias y Pablo Landa. Son imágenes que retratan los objetos, actitudes y espacios de los migrantes ilegales, se podría decir, sus asideros de identidad y nacionalidad mientras intentan llegar al “otro lado”, al sueño americano. Se trata de uno de los resultados de un esfuerzo mayor denominado Puerto abierto, liderado por la Fundación FEMSA, dirigido al trabajo multidisciplinario y de atención a los migrantes ilegales que atraviesan el país.

Esta es una muestra de una veintena de imágenes fotográficas de siete fotógrafas, de las cuales solo reconocí el nombre de Nora I. Gómez (lo que no quiere decir nada), curada por Marcel Castillo y Pablo Landa. Habrá que aclarar que parte de este material o una muestra semejante ya había sido presentada en el llamado Distrito Tec, uno de los patrocinadores de esta exposición, junto al gobierno del estado, Conarte, el Tecnológico de Monterrey, FEMSA, la Fundación FEMSA, Colección FEMSA y la Agencia de la ONU para los refugiados.

Las piezas se exponen en la plaza de manera paralela a los dos edificios y se han montado sobre paneles de madera aprovechando sus dos caras; acompañan a las fotografías, además de sus identificaciones, las cédulas explicativas y créditos correspondientes. Son un buen motivo, creo, para acercarse a la plaza, conocer este material y visitar los dos palacios.

Tercera cara: Sin duda este tema es uno de los más tristes que nos han tocado vivir y si es estremecedor oír sobre las migraciones en otros lugares del mundo, mucho más lo es el saber de los miles de personas que arriesgan su vida diariamente por llegar a los Estados Unidos pasando a través de nuestro país desde la frontera sur, pues a los inmigrantes ilegales de México, hoy se suman los de Centroamérica y el Caribe.

El tema ha sido retratado por propios y ajenos, y desde hace mucho tiempo; de memoria cito a los hermanos Mayo allá por los años 50 o 60, más recientemente, las crudas imágenes de Nicolás Okin Frioli, Federico Gama y más reciente aún Héctor Guerrero. Entonces, si hay esta riqueza de material, ¿por qué presentar estas 20 imágenes que, en el mejor de los casos, lo único que hacen es repetir lugares y temas comunes, vistos una y otra vez, carentes de cualquier impacto? Incluso estoy seguro de que aquí mismo en Monterrey, hay muchos otros fotógrafos que han retomado el tema de manera más creativa. Entonces, si se quiere hablar de los migrantes, de las pésimas condiciones en que viven, cómo son tratados, los peligros que enfrentan y todo lo que pierden al dejar sus países, ¿por qué no hacerlo mejor, insisto, sobre todo cuando hay mucho y mejor material?

Cuarta cara: Casi a la misma altura, pero al cruzar la calle Zaragoza, se encuentra lo que fue originalmente el Paseo de los Toreros, solo que la gente se ha apropiado del espacio y lo han convertido en la Plaza de los Desaparecidos en NL. Aterra ver la cantidad –que seguramente es una mínima parte de los cientos de desaparecidos en el estado– de efigies, pinturas, fotografías, dibujos, que se han ido colocando de manera subrepticia, ya que como ahí mismo dice un letrero, de la plaza se han apropiado los deudos de todos estos desaparecidos para no olvidar su memoria. Si existe el deseo por visibilizar estos temas que, por otro lado, se tocan en muchos puntos, ¿por qué no apoyar también este otro esfuerzo?, por haberse apropiado ilegalmente del espacio, ¿por qué no hay fotografías de postín, asépticas; porque de plano está muy popular?

En ocasiones, cruzar la calle, nos puede ayudar a tener una perspectiva distinta de las cosas.

Comentá la nota