La aprobación del Presupuesto de la Provincia de Buenos Aires resultó un triunfo para la gobernadora María Eugenia Vidal. Tras arduas negociaciones con el peronismo bonaerense, la mandataria logró luz verde para un endeudamiento de $ 85.000 millones y gastos por unos $ 630.000 millones.

En ese contexto, el ministro de Economía provincial, Hernán Lacunza, defendió el texto al considerar que el presupuesto general de gastos "contempla por primera vez en décadas que la Provincia logrará una baja del déficit y en los impuestos, y un aumento en las partidas para obras, todo en un mismo año”.

Junto con el Presupuesto, Vidal también consiguió que la Legislatura aprobara una nueva ley impositiva que prevé aumentos en los impuestos Inmobiliario Rural y Urbano y baja en al menos en 50 rubros de Ingresos Brutos.

En ese sentido, Lacunza afirmó que los recursos adicionales que la provincia de Buenos Aires podría recibir a modo de compensación por el Fondo del Conurbano en concepto de recursos federales "ya están contemplados en el presupuesto como trasferencias del gobierno nacional, así que no cambian las previsiones de ingreso, gastos, resultado fiscal ni endeudamiento".

"Los números fiscales de 2018 en la provincia no tiene ninguna alteración con un eventual acuerdo en ese sentido", reiteró en alusión a la discusión. Por otro lado, Lacunza destacó que "hay un plan de obras muy ambicioso en la provincia de Buenos Aires".

Sin embargo, el nuevo Presupuesto no incluye el llamado Fondo de Infraestructura Municipal, que este año fue de $ 8.500 millones y se usa para que los intendentes realicen obras que ellos mismos definen.