Mendoza: la otra guerra de JxC y el segundo lugar prometedor

Mendoza: la otra guerra de JxC y el segundo lugar prometedor

La provincia que inició la oleada de internas límites dentro de Juntos por el Cambio se encamina a una batalla entre dos expresiones de la alianza, en la que el segundo lugar será una silla clave para encarar las elecciones generales.

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CARLA PELLIZA

Mendozala tierra que inició la oleada de disputas de gran impacto dentro de Juntos por el Cambio, se alista para, poco antes del cierre de listas nacional, pelear la PASO provincial que podría marcar el inicio del camino hacia una lucha encarnizada en las generales de septiembre. El retador de la alianza oficialista, Omar de Marchi, creó un espacio nuevo que no irá a internas en la categoría a gobernador pero que hará lo posible por ubicarse en el segundo lugar y generar expectativas suficientes como para lograr un batacazo tres meses más tarde.

Hasta ahora, Juntos por el Cambio forzó alianzas que no sólo no generaron triunfos sino que terminaron en rupturas. En Salta casi quedaron terceros detrás de los libertarios y Horacio Rodríguez Larreta, contrario a la conformación de la coalición local, fingió demencia con los candidatos. En Tierra del Fuego, todo lo contrario, el jefe de Gobierno celebró el segundo lugar conseguido mientras que su principal adversaria, Patricia Bullrich, se ubicó cuarta. En ambos casos, los frentes electorales se armaron a presión.

 Algo similar se buscó hacer en Mendoza, que marcó el camino para un año conflictivo a la hora de cerrar las alianzas y encarar las candidaturas. En la tierra cuyana existen las PASO, pero De Marchi se abrazó a la idea de crear un nuevo espacio distinto al de Cambia Mendoza por entender que no representa cabalmente al JxC nacional. Al principio, pareció encontrar algo de respaldo del larretismo pero finalmente le soltaron la mano.

Con Larreta quedaron con una “relación personal de respeto” pero “en lo político, mal” porque “desde Buenos Aires no se alcanza a comprender la situación de Mendoza” que no sólo está complicada desde lo económico y lo social sino también -le dijo De Marchi a El Destape- por un “avance peligroso sobre las instituciones". Alfredo "Cornejo hace kirchnerismo”, pero hace creer que la provincia es “Disney” y “está hecha mierda”, sostuvo y agregó: “Hay que salir del marketing de Cornejo.”

Eso no quiere decir, sin embargo, que De Marchi haya abandonado el armado nacional. No sólo sigue siendo parte de Cambiemos sino que es un integrante fundamental del PRO a nivel país y en las PASO de agosto optará por una de las dos opciones del macrismo. Él trabajó con ambos, con Patricia Bullrich y con Larreta. Con los dos, quedaron tensiones.

De Marchi prácticamente no sale de las fronteras mendocinas y entre recorridas, agarra el teléfono para responder algunas consultas. Dijo estar enfocado en su provincia en un “500%” y aseguró que, “a pesar de Cornejo”, a La Unión Mendocina – su alianza electoral – le está yendo muy bien en las encuestas, especialmente al tratarse de un espacio nuevo para la política y no el mero cambio de nombre de algo ya existente. La coalición está conformada por 11 espacios con personería política y 14 con personería alternativa, un total de 25 agrupaciones que le dan esperanzas para los comicios.

Dentro de ese armado, “los liberales están todos con nosotros”. Hasta el momento, los libertarios no consiguieron grandes desempeños electorales. El mejor número lo consiguieron en La Rioja pero quedaron a mitad de camino de lo que esperaban obtener. Sin embargo, podría llegar a ser una buena fuente de votos. “Prácticamente el 80% de Cambia Mendoza” se fue para el espacio de De Marchi, según sus propios cálculos, además de un sector del peronismo no kirchnerista.

Por lo tanto, según la visión del diputado y precandidato, Cambia Mendoza quedó muy lejos de ser una expresión real del JxC nacional sólo con “la UCR” de Cornejo y “Libres del Sur”. Entre los dos frentes, la verdad, se dividieron a varias fuerzas políticas. Ambos tienen algo de radicalismo, algo de macrismo, algo de la Coalición Cívica, el senador del partido centenario también consiguió una pata liberal con Republicanos Unidos. Pero disputarán la verdadera identidad de la coalición nacional.

El 11 de junio, en las PASO, De Marchi no se enfrentará a ninguna segunda opción de su armado electoral pero sí pondrá en juego algunas batallas municipales. Sin embargo, Cambia Mendoza tendrá dos precandidatos para comandar la provincia. El mencionado Cornejo, claro favorito, y Luis Petri, ex diputado y pareja de la periodista Cristina Pérez. Su figura será central y uno de los datos a mirar por los retadores del título.

Si La Unión Mendocina lograra quedar en segundo lugar, detrás de Cambia Mendoza, por una diferencia no mayor al 10%, podrían llegar a ser competitivos en las elecciones generales de septiembre. ¿Por qué? Porque muchas fuerzas pequeñas quedarán afuera y De Marchi intentará capturar esos votos que no optaron ni por Cornejo ni por la opción del kirchnerismo.

Incluso también buscará robar la mayor cantidad de sufragios que pueda sacar Petri. Si el ex diputado consiguiera unos cuatro puntos dentro de la interna, ¿por qué esas voluntades irían con Cornejo en una general si no apostaron por él en una PASO? En ese escenario, la nueva fuerza política intentará acaparar a los huérfanos de los seis espacios que no superarán las internas en una batalla general entre el oficialismo, el kirchnerismo y este desprendimiento rebelde – pero sólo local - del oficialismo.

Para ello, hará foco en cuatro ejes de campaña, la vivienda, la educación, el empleo y la transformación digital, un programa en el que trabajó desde el año pasado, ya con la intención de abrirse por caminos separados respecto del oficialismo mendocino que, por lo bajo y por lo alto, lo acusa de ser funcional al kirchnerismo con la configuración de una tercera vía electoral.

De Marchi respondió esas críticas y aseguró que el peronismo, lamentablemente, no tiene chances de hacer competencia en Mendoza porque el cornejismo se encargó de erosionar y romper cualquier tipo de oposición que pueda generar alguna mejora o cambio. “Es un temeroso de la competencia, un perfil de los autoritarios”, sostuvo y aseguró que el kirchnerismo jamás podrá triunfar, ni con él por fuera de la coalición de Cambiemos.

La clave del 11 de junio pasará, entonces, por la diferencia entre el primero y el segundo, entre el Cambiemos oficial y el Cambiemos que dice representar los verdaderos intereses de la alianza a nivel nacional. Si la distancia llegara a ser corta, el 24 de septiembre podría haber una batalla entre dos expresiones similares más el peronismo.

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