Máximo Kirchner y Pablo Moyano: la hora de los herederos, los nuevos (y viejos) liderazgos que surgen en el peronismo

Máximo Kirchner y Pablo Moyano: la hora de los herederos, los nuevos (y viejos) liderazgos que surgen en el peronismo

La marcha en Plaza de Mayo del 17 de octubre tuvo múltiples mensajes. Pablo Moyano y Máximo Kirchner intentan posicionarse. El recorte educativo que viene y los presos de Revolución Federal.

Por: Pablo Winokur.

Pablo Moyano no iba a estar el 17 de octubre en la Argentina. Tenía un viaje agendado para participar del Congreso de la Federación Internacional de los Trabajadores del Transporte en Singapur. Es un foro importante para su sindicato. Pero el domingo pasado, a las 2 de la tarde, le escribió a un colaborador: “Cambia todo. Vamos para adelante con el acto. ¡Me quedo!”. Algo cambió políticamente que lo hizo quedarse.

El 17 de octubre selló una nueva alianza. Pablo Moyano y Máximo Kirchner siempre tuvieron una relación difícil; quizás porque tienen demasiadas cosas en común: los dos son hijos de protagonistas excluyentes de la política argentina de los últimos 20 años; a los dos se los criticó, se los menospreció, se los calificó de títeres de sus padres, se los acusó de vagos, de calentones… muchas de esas críticas siguen estando, válidas o no.

El 17 de octubre, Moyano y Kirchner hicieron una marcha a Plaza de Mayo que a simple vista pudo haber parecido una nueva muestra de la interna del oficialismo. Los duros del Gobierno reclamándoles a “los blandos” que tomen medidas más extremas.

Pero en realidad el mensaje era otro. Fue la primera demostración de fuerza para el próximo gobierno. No es el peronismo que gestiona, sino el que se opone. El que va a copar la calle en caso de ser necesario. El que se planta en las negociaciones sindicales, el que no cede.

En contraste con los otros, los que rosquean, los que piden lugar en las listas, pero después le votan todo al macrismo.

No fue una marcha contra el Gobierno. Fue el armado de la próxima oposición. Máximo Kirchner quiere ser el jefe político y Pablo Moyano, el próximo secretario general de una CGT unificada y combativa.

Se vio en algunos detalles que fueron cuidadosamente planificados desde la organización del acto:

Detalle 1: el escenario del 17 de octubre

Estaba dispuesto en la mitad, más cerca del Cabildo que de la Casa Rosada. Un mensaje de paz.

¿Los motivos? Hubo algunas excusas formales: había que poner una pared atrás del escenario para que no se cuelen dirigentes no invitados (“figuretis”), o evitar que la Pirámide de Mayo perturbe la visión desde y hacia el escenario; o tener lugar para poner atrás ambulancias, móviles de TV y baños químicos. Todo eso probablemente sea cierto. Pero el principal motivo fue que Camioneros nunca hace marchas para criticar a un Gobierno peronista, según dicen.

Detalle 2: el orador principal

Muchos hablaron ese día en la Plaza. Incluso cerró el acto “Paco” Manrique, de Smata. Pero nadie le prestó atención. Las miradas estaban en Máximo. Del discurso se desprendieron algunas cuestiones que van a marcar el rumbo de la política de los próximos años.

Máximo transmitió un mensaje de Cristina: “Les manda un saludo cuando le dije que veníamos para la plaza”, planteó como si ella no pudiera verlo por TV.La hinchada cantó: “Cristina presidenta”.Recordó que es la primera vez que habla en una plaza así. La anterior había sido hacía 6 años. Fue en la “Marcha de la resistencia” contra Macri. Era un escenario distinto en el que hablaba un Máximo joven con voz pausada y con muy poca gente en el lugar.

También en el discurso hubo pistas de lo que viene:

“Los trabajadores están pidiendo que dejen de traicionarlos”. ¿Estaba hablando del Gobierno y la suma fija? ¿O del rol que tiene que tener el peronismo en la oposición?“Les pido que tengan el mismo grado de conciencia que tienen los dueños del país a la hora de defender sus intereses”.“Yo estoy muy feliz de verlos en esta plaza, compañeros, sin guillotinas, sin odio, con dignidad y fortaleza”. Traducción: los veo ahora acá, y los quiero seguir viendo.“Juntarse para pedir una banca y después, cuando hay que votar en contra, no aparecen. Este es el problema”. Traducción: la CGT y los movimientos sociales terminan pactando con el macrismo; nosotros no.“Esta plaza demuestra que vamos a poder salir adelante. Del otro lado se avecinan tres flexibilizaciones: la flexibilización laboral, la impositiva y la flexibilización ambiental. Estos tres ejes son el punto nodal que el poder económico y financiero va a pedir al país”. Seguramente esta frase sea usada en clips para redes entre 2023 y 2027.

Cerró Máximo con una sugestiva frase: “Sé que la inteligencia del pueblo será superior que cualquier nueva traición que anide en el poder”. ¿Quién es el que traicionó?

Detalle 3: los invitados

En primer plano en el escenario estaba Claudio Lozano, uno de los críticos más grandes al gobierno de Alberto Fernández adentro del espacio oficialista. También estaba Hugo “Cachorro” Godoy, de ATE.

Al costado, algunos referentes de La Cámpora y Pablo Moyano, pero más retirado. La centralidad del evento estaba dada en los sectores más combativos. Otra vez, el mensaje es resistir.

Detalle 4: la réplica

El que organizó todo fue Pablo Moyano. No era la intención golpear al Gobierno. En la Casa Rosada lo entendieron. Por eso nadie salió a replicar la marcha ni a contestar nada.

El tramo más complicado de ese discurso fue el que le pidió para los trabajadores “una suma fija que los saque del ahogo”.

El Gobierno respiró aliviado.

Los herederos quieren ser líderes. ¿Les dará? "Primero va a tener que llegar hasta el Himalaya, que es Hugo Moyano", ironizan en Camioneros. No es fácil vencer al padre; tampoco para Máximo alcanzar a la madre.

La pandemia y el oficialismo que no reconoce los errores

La alianza táctica entre los Kirchner y los Moyano se vio en otro tramo del discurso. Cuando habló Máximo de los “trabajadores que arriesgaron sus vidas en la pandemia”. Enumeró: “Médicos, médicas, enfermeros, enfermeras, los compañeros que levantaban la basura”…

Puso en plano de igualdad al personal de salud y los camioneros. Todo un gesto.

El Gobierno (y el Frente de Todos) sigue sin reconocer el impacto de la pandemia en el descontento social. No solamente por los efectos económicos, sino también por todo el sacrificio que implicó para la gente. Un sacrificio cuyo impacto positivo no se vio reflejado en los números de la pandemia.

Ni siquiera presupuestariamente el Gobierno reconoce el error de haber mantenido cerrada la educación durante un año y medio (o dos, si contamos las universidades).

Los recortes en el presupuesto educativo son mucho mayores que en otras áreas. Esto se desprende de un informe de Argentinos por la Educación que Alberto Fernández tiene en su despacho y al que tuvo acceso A24.com. De ese informe se desprende que:

El ajuste en términos reales del presupuesto educativo nacional para 2023 es del 15,5%.Es el segundo presupuesto más bajo de los últimos 11 años. El récord también lo tiene el gobierno de Alberto, cuando en 2020 ajustó un 15,6%.El ajuste en educación es el doble que el ajuste general que se ve en todo el presupuesto, que es del 6,8%.Por si fuera poco, ese 15,5% de ajuste se suma al 5% de recorte proyectado para la ejecución de gastos de este año.

¿Cuáles son los programas educativos que más achica el Gobierno?

Según este informe de Argentinos por la Educación, los mayores ajustes se dan en áreas muy sensibles:

“Información y Evaluación de la Calidad Educativa” (-50,4%).“Gestión y Asignación de Becas a Estudiantes” (-35,3%).“Actividades Centrales” (-34,6%).

“Los fondos del Ministerio de Educación pasarán de $870.044 millones este año a $735.467 millones el año próximo (en pesos constantes de 2022)”, dice el documento.

Educación está entre las seis áreas que efectuarán mayores ajustes en 2023, superado solo por Ambiente y Desarrollo (-15,8%), Transporte (-17,3%), Salud (-19,2%), Economía (-20,8%) y Turismo y Deportes (-26,0%).

Es interesante comparar el presupuesto educativo con lo que pasa con las dependencias estatales políticas. Mientras que la educación se ajusta un 15,5%, Jefatura de Gabinete solo se achica 7,5%; el Congreso, 11,9% y el Poder Judicial, 13,3%.

¿Cuáles son las únicas áreas que crecen en el Presupuesto?

El Ministerio del Interior, que es el ministerio político, tendrá 33% más de presupuesto. Claro, es año electoral.El pago de deuda sube un 18% y las Obligaciones del Tesoro, 13,9%.

“Esto implica una disminución del peso relativo de la educación dentro del gasto nacional previsto para este año”, sintetiza el informe.

El descontento general

Mientras el oficialismo sigue jugando a la interna (la oposición también, pero es oposición) hay una generación que no quiere saber más nada con la política. Y que incluso cuestiona la democracia. El Gobierno generó el caldo de cultivo para que exista una juventud que no quiera saber más nada con la dirigencia política; es el caldo de cultivo del discurso del odio y de la violencia antisistema.

Jonathan Morel, Leonardo Sosa y Gastón Guerra son jóvenes desencantados que canalizaron su bronca por el peor lugar. Tienen menos de 25 años y la democracia les sacó todo, incluso la esperanza. Son parte de una generación a la que el gobierno de Alberto Fernández los encerró en una cuarentena eterna, los acusó de asesinos por querer salir a la calle mientras el Presidente festejaba cumpleaños en Olivos o el peronismo organizaba reuniones políticas sin ningún tipo de cuidado.

Vale recordar la asunción en el Ministerio de Salud de Nicolás Kreplak, el mismo que había pedido que la primera cuarentena durara hasta septiembre de 2020 (es decir, seis meses).

Los actos de violencia son censurables. También las amenazas. No puede pasar en democracia. La Justicia tendrá que apercibirlos, multarlos. Especialmente por aquellos hechos que pasaron del dicho al hecho, como la marcha de antorchas en Plaza de Mayo.

Pero eso no justifica la difusión de imágenes de los presos, las operaciones políticas y mediáticas, y las vinculaciones por ahora inexistentes entre el atentado y Revolución Federal.

Tampoco queda claro por qué entre los muchos participantes y activistas de Revolución Federal se eligió a Sabrina Basile -la hija del “Coco”- para allanar y detener. Los chats que revelaron hasta ahora, no son más comprometedores que los de cualquier organización piquetera.

Estamos frente a una nueva categoría de presos políticos en la Argentina. Y lo peor es que a partir de estas encarcerlaciones estas figuras violentas, lejos de amedrentarse, van a crecer.

Seguramente no falte demasiado para que algún espacio político los tiente con alguna candidatura.

Comentá la nota