Massa calla y ordena silencio a su tropa, mientras intenta mediar en el conflicto

Massa calla y ordena silencio a su tropa, mientras intenta mediar en el conflicto

El líder del Frente Renovador está en conversaciones permanentes con el jefe del bloque de diputados oficialista, Máximo Kirchner, y mantuvo una extensa charla con el presidente Alberto Fernández. Por ahora, evitará pronunciarse sobre las disputas dentro del Frente de Todos.

 

 

Sergio Massa se llamó a silencio. No como titular de la Cámara de Diputados, sino en su rol de líder del Frente Renovador, la tercera pata de la coalición de gobierno. Para oficiar de mediador, como él mismo se autoproclamó, entre el presidente Alberto Fernández y la vicepresidenta Cristina Fernández arribó a la conclusión de que es preciso mantener el perfil bajo, pero sobre todo evitar encolumnarse detrás de alguno de los bandos en pugna, al menos, públicamente.  

A diferencia de sus principales socios, que hoy se cruzaron reproches a través de los medios, las redes sociales y de manera epistolar, Massa decidió no dar a conocer su postura sobre la crisis política que aqueja al Gobierno y hace peligrar la unidad del Frente de Todos. Esa línea fue la que le bajó a los funcionarios del Frente Renovador, con los que se reunió ayer durante varias horas en su oficina de Libertador al 800. 

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Apenas el ministro del Interior, Eduardo de Pedro, puso a disposición su renuncia, el titular de la Cámara baja mantuvo el miércoles por la tarde un encuentro en el Palacio Legislativo con el bloque de diputados oficialista, Máximo Kirchner, para calmar los ánimos. Si bien se trasladó al despacho de la vicepresidenta en el Senado cada vez que fue necesario, esta vez, Massa eligió al jefe de La Cámpora, con quien construyó un muy buen vínculo en el último año y medio, para iniciar las conversaciones con el sector que puso en cuestión el modelo económico que lleva adelante el mandatario.

Esa misma noche, el líder del Frente Renovador tuvo una extensa charla con Alberto Fernández. A diferencia de otras veces, en esta oportunidad, se encargó personalmente de que no trascendiera ni una palabra de lo conversado con el presidente. “Si realmente quiere mediar, tiene que asegurarse que no se filtre nada de lo que habla con un sector y otro, sino fracasará en su función”, dijeron fuentes cercanas a Massa. El único objetivo - según sostienen desde ese espacio político- es evitar una mayor escalada del conflicto, que empezó con la derrota electoral, prosiguió con la crisis política y que puede derivar en una crisis institucional.  

Massa continuó durante toda la jornada de hoy con reuniones en busca de aminorar las tensiones dentro del Gobierno. Una de las principales cuestiones que se propuso desactivar para despejar el panorama es que no está en su horizonte reemplazar a Santiago Cafiero en la jefatura de Gabinete, como echaron a correr desde el kirchnerismo. A nivel personal, su objetivo, a corto y mediano plazo, es seguir como titular de la Cámara de Diputados, un lugar que le permite estar más alejado del barullo de la Casa Rosada. Pero sobre todo le da la oportunidad de mantenerse en carrera para pelear en algún momento por la presidencia de la Nación. 

En simultáneo a la tarea de moderador, Massa tiene por delante la misión de conseguir que el proyecto de Presupuesto 2022, que ya ingresó a la Cámara baja, sea aprobado antes del 30 de noviembre -cuando terminan las sesiones ordinarias-, así como también de negociar con las fuerzas opositoras la renovación del protocolo de funcionamiento remoto. 

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