El PT de Lula hace autocrítica y piensa en una renovación

El PT de Lula hace autocrítica y piensa en una renovación

Brasil. Tras la dura derrota en las elecciones municipales del domingo, el Partido de los Trabajadores piensa en renovar su conducción.

“El PT entró derrotado en esta elección”, declaró Antonio Carlos Magalhaes Neto. El joven, nieto de un célebre caudillo bahiano (del mismo nombre) y miembro del partido Demócratas (DEM), tenía cómo sostener esa evaluación. Intendente de San Salvador, la capital bahiana, obtuvo un resultado espectacular en su reelección: 73,8% de los votos de los habitantes de ese municipio. El estado provincial está gobernado por Rui Costa, del Partido de los Trabajadores. Pero este político fracasó en su intento de encaramar en la alcaldía a Alice Portugal, del Partido Comunista do Brasil.

El profundo traspié petista llevó a los dirigentes a evaluar como algo urgente el recambio en la dirección, conducida hoy por Rui Falcao. El mismo Lula da Silva defendió este martes la necesidad de colocar en la cabeza de la agrupación a “una cara nueva”, capaz de darle estímulos a la alicaída base partidaria. Lula juzga que solo una renovación de figuras podrá “reconectar” al PT con otras organizaciones del arco de centro izquierda, que incluye tanto movimientos sociales como expresiones políticas relativamente nuevas, como el PSOL (Partido Socialismo y Libertad). Este miércoles en Brasilia se reunirá la cúpula de la dirección ejecutiva que deberá discutir tanto las elecciones internas como qué hacer para superar la gran crisis que enfrenta la sigla laborista.

Entre tanto, los vientos soplan mal no sólo para el PT. Una encuesta difundida este martes, de la consultora Ibope, mostró que el gobierno de Michel Temer sigue tan impopular como desde su inicio en mayo, con carácter primero provisorio y luego definitivo a partir del 1º de septiembre. Casi 40 por ciento de los indagados juzgó “pésima” la gestión “temerista”. Y 68% manifestó “desconfianza” con esta gestión. El porcentaje de quienes desaprueban la “forma de gobernar” ascendió a 55%. Más todavía: un tercio de los brasileños juzga que la presidencia de Temer es peor que la de Dilma Rousseff, quien debió abandonar el puesto el 31 de agosto último, luego que se concretara la votación a favor de su alejamiento en el Senado de Brasil. Temer manifestó no estar “preocupado” con su falta de popularidad; pero lo cierto es que con niveles tan bajos, y con una elección presidencial dentro de dos años, para él no será factible avanzar en las reformas (laboral y jubilatoria) que le demandó el mercado financiero y empresarial, cuando le dio su apoyo para el impeachment.

El PT todavía tiene algunas chances de recuperar espacio en el segundo turno, en los que deberá competir. Un caso emblemático es el de la capital de Pernambuco, Recife, donde Lula supo acumular apoyos casi incondicionales. Allí el PT entró en la competencia durante la segunda vuelta con su candidato Joao Paulo, que obtuvo 24% de los votos. Deberá enfrentar a Geraldo Julio del Partido Socialista Brasileño (PSB) que en las presidenciales de 2014 llevó a Marina Silva como su candidata. Para recuperase del golpe, los líderes del PT juzgan que Lula debe volver a la cúpula partidaria. Es más: lo quieren como presidente. Pero Lula se niega, debido entre otras cosas a su necesidad de defenderse de acusaciones todavía no probadas sobre presuntos beneficios que habría recibido del caso Petrobras.

 

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