El presidente Javier Milei encabezó este sábado el acto oficial por el Día de la Bandera en el Campo Argentino de Polo, en Buenos Aires, donde juraron la enseña nacional cadetes, aspirantes y soldados voluntarios de todo el país. En un tramo cde su alocución, Milei cuestionó el trato político hacia las Fuerzas Armadas en gobiernos anteriores: “Durante años, la política utilizó a las Fuerzas Armadas como un chivo expiatorio", lanzó.

Milei abrió su discurso y destacó el rol de las Fuerzas Armadas. “Buenos días a todos. Quiero comenzar saludando al señor ministro de Defensa, Luis Petri; al Jefe del Estado Mayor Conjunto de las Fuerzas Armadas; a los Jefes del Estado Mayor Conjunto, general de la Armada y del Estado Mayor General del Ejército; y al subjefe de Mayor de la Fuerza Aérea; al Jefe de Tropa y a los demás miembros del Ejecutivo que hoy nos acompañan. También felicitar a todos los cadetes, aspirantes y soldados voluntarios que hoy juran la Bandera en este acto solemne, así como lo haría también el personal de todas las unidades militares que juraron en el día de hoy a lo largo y ancho del país.”

El mandatario resaltó el orgullo que representa para su gestión ejercer la jefatura de las Fuerzas Armadas: “Es un orgullo para mí cumplir el rol de Presidente y Comandante en Jefe de nuestras Fuerzas Armadas. Por eso, quiero agradecerles en nombre de toda la ciudadanía por la valiente decisión que tomaron al unirse a nuestras Fuerzas.”

Además, Milei reconoció el apoyo de las familias e instructores de los nuevos soldados: “Quiero también hacer un reconocimiento aparte a sus familias e instructores, quienes los acompañaron en todo su proceso de formación. La reconstrucción del país no solo tiene como pilar a nuestra Fuerza, sino también a las familias argentinas, de las que se nutren y a las cuales juran proteger.”

Recordó el 20 de junio de 1820, fecha del fallecimiento del general Manuel Belgrano, creador de la Bandera, y relacionó aquel primer juramento con el de hoy: “Hoy, 20 de junio, a 205 años del fallecimiento del general Manuel Belgrano, creador de nuestra Bandera, prestamos juramento a nuestro máximo símbolo nacional en señal de fidelidad, como aquel 27 de febrero de 1812 a orillas del río Paraná.”

El presidente subrayó la gravedad del compromiso que asumen los uniformados: “Jurar la Bandera no es una mera formalidad: es un compromiso tan grande como su propia vida, la cual deberán estar dispuestos a dejar si la Patria lo demanda.”

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En un tramo crítico de su alocución, Milei cuestionó el trato político hacia las Fuerzas Armadas en gobiernos anteriores: “Durante años, la política utilizó a las Fuerzas Armadas como un chivo expiatorio para justificar la reducción del gasto en defensa, bajo el argumento de que los uniformados eran los malos y los grandes culpables de la decadencia nacional. La política desatendió las necesidades del país ante las nuevas amenazas que surgían a nivel global.”

El Presidente también criticó la retórica vacía sobre soberanía: “Como si fuera poco, en paralelo se llenaron la boca hablando de soberanía, como si la soberanía fuera agrandar el Estado con un fin en sí mismo, en lugar de asegurar la prosperidad de su pueblo.”

A continuación, enfatizó que su Gobierno ya tomó medidas concretas: “Esto que digo no son meramente palabras: lo construimos con cada una de las decisiones que tomamos en materia de defensa, y esperamos que ustedes obren a conciencia de las mismas.”

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Milei planteó la necesidad de dejar un legado histórico de solidez en la relación entre sociedad y Fuerzas Armadas: “Es por eso mismo que buscamos grabar estas bases en la historia de la nueva Argentina, porque sabemos que en el día de mañana nosotros no estaremos, pero la relación entre los argentinos y sus protectores deberá mantenerse inmaculada”.

En su llamado final, destacó la protección como misión sublime: “Es necesario que los argentinos puedan hacer su vida y descansar tranquilos por las noches, sabiendo que hay héroes desvelándose para que estén a salvo”. 

Finalmente, se dirigió directamente a los nuevos jurantes y les encomendó el futuro de la Nación: “Queridos cadetes, aspirantes y soldados: ustedes son el futuro de la Patria. Tomen el ejemplo que nos legó Belgrano y hagan lo suyo frente a las adversidades que nos depara el futuro, porque en un mundo cambiante las nuevas amenazas no se circunscriben exclusivamente al campo de batalla, sino que los pondrán a prueba de manera física y mental, de formas que aún no imaginan y para las cuales deberán estar preparados”.

El acto concluyó con las palabras de bendición y despedida del Presidente: “Nuevamente, los felicito por haber elegido el más noble de los destinos: entregar la vida a la protección de sus compatriotas. Que Dios los bendiga a ustedes y a todos los argentinos, y que las fuerzas del cielo nos acompañen. ¡Viva la Patria!”.