Un invierno sin vacunas y con muchas alarmas

Un invierno sin vacunas y con muchas alarmas

Los cambios en la cartera fueron informados, directamente, en el Boletín Oficial. El nuevo esquema no incluye la Dirección Nacional de Enfermedades Transmisibles ni la de Control de Enfermedades Inmunoprevenibles. Los especialistas, críticos.

“Las consecuencias las van a pagar los sectores más humildes”, advirtieron a mediados de marzo, en diálogo con Página/12, empleados de la Dirección de Enfermedades Transmisibles por Vectores de Salta, porque ya entonces se corría la versión de que se le iba a pedir la renuncia al director nacional de Enfermedades Transmisibles de la Nación, Héctor Coto, de quien dependían programas en marcha –desde hace largos años– contra enfermedades en expansión como el dengue o la Gripe A y ese mal endémico que es el chagas, entre otras. El jueves pasado, en el Boletín Oficial se informó sobre un “nuevo organigrama” del Ministerio de Salud Nacional, del que han sido borradas, sin explicación alguna, la Dirección Nacional de Control de Enfermedades Inmunoprevenibles (Dinacei) y la Dirección de Enfermedades Transmisibles por Vectores, entre otras dependencias que ahora pasarían a ser simples “coordinaciones”. Esto significaría una brusca disminución presupuestaria, cuando el invierno aprieta y por ejemplo, ya son al menos 11 los muertos por gripe A en todo el país.

El vaciamiento de las ahora ex direcciones, el Dinacei y Vectores, significa el alejamiento de la salud pública de especialistas como la doctora Carla Vizzotti, y la licenciada Cynthia Spillman, además del ya nombrado Héctor Coto. Las resoluciones del gobierno que encabeza el ingeniero Mauricio Macri comenzaron a tener repercusiones negativas entre los especialistas.

En un comunicado titulado “Una ausencia preocupante”, la Fundación Huésped cuestionó la decisión del Ministerio de Salud de “derogar la Dinacei”. La entidad que preside el doctor Pedro Cahn, señaló que “de acuerdo al nuevo organigrama del Ministerio de Salud de la Nación publicado en el Boletín Oficial de la República Argentina” el pasado jueves 19 de mayo “ la Dirección Nacional de Control de Enfermedades inmunoprevenibles (Dinacei), responsable del Plan Nacional de Vacunación, ha sido derogada”.

Agregó que en el nuevo organigrama “no figura ninguna Dirección que asuma los roles y funciones de la Dinacei, por lo que desconocemos si trata de una omisión involuntaria o una decisión ejecutiva”. La fundación recalcó que “en cualquier caso (…) expresamos nuestra preocupación por lo que implica reducir de categoría a una de las áreas que mejor funciona en el estado hace más de una década y que permitió que Argentina disponga de unos de los programas gratuitos de vacunas más completos del mundo”.

Hace menos de un mes, tras la llegada del invierno, la ex titular de la Dinacei, Carla Vizzotti, reiteraba una vez más la importancia de la vacuna contra la gripe A, sobre todo en “las personas que tienen factores de riesgo”, como ser “los niños de seis a 24 meses, las embarazadas, y los adultos mayores de 65 años, que son los que pueden tener complicaciones con riesgo de muerte”.

Para poder realizar la tarea preventiva necesaria, se necesitaban, desde el comienzo del otoño en adelante, unas 8600 dosis de vacuna contra la gripe para distribuir en cada provincia, entre las poblaciones de riesgo. Hasta hace un mes, se había cumplido con el 70 por ciento de las dosis programadas para todo el país. La disminución del presupuesto en Salud supone degradar de “dirección” a “coordinación” a una dependencia oficial de nivel nacional, que tiene que tener los recursos necesarios para enfrentar epidemias de dengue y gripe A, entre otras enfermedades. Vizzotti recalcó, en una de sus entrevistas, que “la polio se puede erradicar, pero la gripe no” y mucho menos en un país con cambios bruscos de temperatura del verano al otoño y al invierno.

El director nacional Héctor Coto confirmó ayer a Página/12 su renuncia al cargo y la disolución de la dependencia que estaba a cargo de la licenciada Cynthia Spillman. Junto con el alejamiento de Coto, tal como habían anticipado los empleados salteños, sobrevinieron la caída de todos los programas y el interrogante acerca de qué pasará en el futuro inmediato.

Además de Coto, Spillman y Vizzoti, también dejaron su cargo Juan Berti y Mario Zaidenberg. El primero estaba al frente del programa para combatir la epidemia de dengue. Los programas que estaban en la órbita del Estado nacional serían derivados a las provincias, lo que significaría también una brusca reducción de recursos. Los empleados salteños le habían recordado a este diario que “los programas que dependen de la (ahora ex) Dirección Nacional, gozan de prestigio internacional y recientemente fueron ratificados por la Organización Panamericana de la Salud. Las consecuencias las van a pagar los sectores más humildes”, con fuerte impacto en el norte del país, mientras el presidente anuncia con bombos y platillos el Plan Belgrano, que pagaría “la deuda histórica de la Nación con las provincias del NOA y el NEA”.

Laura Gonzales Velasco, comunera y referente de Libres del Sur, que viene acompañando a vecinos de barrios carenciados afectados por el dengue, le dijo a este diario que lo que se sabe es que las direcciones nacionales se convertirán “en departamentos o coordinaciones dentro de la Dirección Nacional de Epidemiología como era hasta el 2009”. González Velasco, viene participando de reuniones que se realizan en la Legislatura porteña, en torno de la epidemia de dengue. “Los informes que nos dieron a nosotros el Ministerio de Salud de la Ciudad y la Defensoría del Pueblo de la Ciudad, evidencian que respecto del dengue, ya no se están realizando las visitas domiciliarias y peridomiciliarias para los focos como dice el protocolo del Ministerio de Salud Nacional. Eso pasa, precisamente, por la falta de recursos materiales y humanos”, detalló. Eso respecto del dengue, y en la Ciudad de Buenos Aires. La situación va a ser mucho más grave en territorio bonaerense y en la mayoría de las provincias.

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