La inflación se come los intentos por reforzar la asistencia social

La inflación se come los intentos por reforzar la asistencia social

A lo largo del año, salvo en abril y junio, los valores de la Canasta Básica de Alimentos siempre estuvieron por encima de los programas sociales que percibieron las familias más golpeadas por la crisis. Las perspectivas.

Por: Rodrigo Núñez.

Con el agravante de los últimos cuatro meses por la retracción del ingreso, el porcentaje de la Canasta Básica de Alimentos (CBA) que llegan a cubrir los programas de asistencia social es cada vez menor. En julio, los esquemas de protección cubrían el 97% de la canasta, en octubre apenas el 87%, y en enero -con los aumentos anunciados por el gobierno- alcanzarían solo el 88%. La inflación es un fenómeno asfixiante que encareció la comida a niveles cada vez más preocupantes.

En un contexto inflacionario sostenido, en el rango de los 6% y 7% mensual, el Gobierno definió en noviembre incrementos para los diferentes programas sociales, con el objetivo de amortiguar los efectos dañinos que sufren las familias. Los incrementos fueron del 20% para Potenciar Trabajo, vinculado al Salario Mínimo (7% en diciembre, 6% en enero, 4% en febrero, 3% en marzo); del 15.9% a partir de diciembre en la AUH, y 40% en la Tarjeta Alimentar.

El conjunto de ingresos de los programas a los que puede acceder una familia promedio integrada se ubicaba en septiembre y octubre por debajo de la Canasta Básica de Alimentos, medida por el Indec como Línea de Indigencia (LI-CBA). Según un informe del Instituto de Investigación Social, Económica y Política (ISEPCi), este desfasaje negativo entre LI-CBA y el conjunto de ingresos por programas sociales para una familia tipo dominó el escenario de la pobreza durante todo el año y se agravó en los últimos meses.

A lo largo del 2022, salvo en abril y junio, los valores de la LI-CBA siempre estuvieron por encima de los programas sociales que –aún con los sucesivos incrementos- percibieron los hogares. Además, durante los últimos cuatro meses (julio, agosto, septiembre, octubre) el porcentaje de la Canasta Básica de Alimentos que llegan a cubrir con estas remuneraciones es cada vez menor.

Se disparan los alimentos que no se pueden dejar de consumir

A su vez, la disparidad en la variación de precios de diferentes bienes y servicios afecta sensiblemente a las canastas básicas de alimentos, ya que en estas incluyen bienes cuya demanda es, en términos técnicos, inelástica con respecto al aumento de precios. Es decir, incluye alimentos imprescindibles para la subsistencia, por lo cual es muy difícil dejar de demandarlos y muy fácil aumentarlos.

Este fenómeno se manifestó con fuerza entre agosto y octubre, no solo en tasas de crecimiento de la LI-CBA por encima del aumento general de precios medido por el Indec, sino además por una aceleración de dicho diferencial. Mientras que la tasa de variación del IPC se redujo desde el 7% al 6,2%, la LI-CBA aumento desde el 7,1% hasta el 9,5%.  

En este contexto, el efecto de los incrementos otorgados por el Gobierno para los programas sociales que marcan el ingreso de las familias en situación de indigencia será insuficiente si la inflación no se reduce en los próximos meses. Para analizar el posible impacto futuro sobre el poder adquisitivo de los programas sociales, cabe tomar en cuenta los pronósticos de inflación que difunde el Relevamiento de Expectativas de Mercados realizado por el Banco Central, que mantienen una variación mensual en torno al 6% para el trimestre noviembre-enero.

Por otra parte, la evolución futura de los precios de los alimentos básicos dependerá del éxito de los acuerdos de precios realizados por la Secretaria de Comercio. Además, "entre los alimentos básicos encontramos carne, frutas y verduras, que llegan al consumo a través de canales de comercialización donde no participan siempre las grandes empresas de alimentos", subrayó el documento del Isepci.

Atendiendo a estas expectativas sobre el IPC y los alimentos básicos, una alternativa para proyectar variación de la CBA es considerar un promedio que tenga como nivel mínimo a los pronósticos del REM y como máximo el diferencial de tres puntos por encima de la inflación registrada en octubre. De acuerdo a estas previsiones, en los próximos meses podría continuar el deterioro del poder adquisitivo en los ingresos de hogares de menores recursos iniciada en julio. En Economía, sin embargo, confían en la eficacia del programa de Precios Justos para moderar las subas y allanar el camino a una recuperación de los ingresos.

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