Histórico, une La Quiaca con Ushuaia en auto a basura

Histórico, une La Quiaca con Ushuaia en auto a basura

La travesía la lleva adelante el ingeniero Edmundo Ramos, quien inventó una forma de reemplazar los combustibles derivados del petróleo por basura en los automóviles.

 

 

Unir en auto los 4.353 kilómetros entre la Quiaca y Ushuaia por Ruta 40, ese es el objetivo que persiguen Edmundo Ramos y su esposa María Fabiola Dieguez. El lector se puede preguntar qué tiene de particular esta travesía que hace 20 días comenzó este matrimonio oriundo de Anisacate, Córdoba, travesía que muchos han realizado. La particularidad es que el automóvil en el que circulan utiliza basura como combustible.

Esta historia comenzó en 2008, cuando Ramos, ingeniero electromecánico, dejó de ejercer su profesión y se dedicó a investigar qué podrían utilizar los autos para reemplazar a los combustibles.

“En el mundo hay millones de autos que funcionan con derivados del petróleo, que no es infinito y algún día va a empezar a escasear, ya están escaseando. Entonces pensé en la basura, algo que no se acaba nunca”, cuenta Ramos, quien desde hace tres días está en la provincia buscando “basura” para alimentar a su Ford Ranchera para continuar viaje hacia Mendoza.

Durante 10 años, el ingeniero comenzó a estudiar si era posible esta idea de reemplazar los derivados del petróleo con basura. Fueron 10 años de investigación, desarrollo, cálculos. Investigación que comenzó a dar sus frutos en 2018. Ese año, Ramos construyó el primer gasificador en el fondo de su casa.

“Le eché basura, lo prendí y salió “gasura”, gas de basura. La potencia del fuego me impresionó muchísimo. Decidí comprar un vehículo en donde montar el gasificador. Fueron casi un año y medio de prueba y error”, cuenta.

“ESTO LO CONSIDERO UN SERVICIO PÚBLICO, NO TENGO NINGÚN INTERÉS ECONÓMICO, ES MI LEGADO A LA HUMANIDAD”, EDMUNDO RAMOS.

Después de mucho tiempo, esfuerzo y dinero invertido en el proyecto, y al ver que no daba los frutos que esperaba, el ingeniero pensó en abandonarlo, en darse por vencido.

“Estaba tan deprimido porque no funcionaba que no me levantaba de la cama. Sentí una voz interior, que yo le llamo Dios, que me decía: “va a funcionar, cada fracaso es un paso más”. Me levantaba de la cama y funcionaba. Dos o tres veces me pasó. Le dije a Dios: “si esto llega a andar al vehículo lo voy a plotear “Para gloria de Dios””, recuerda.

En octubre de 2019, Ramos salió a recorrer las calles de Anisacate conduciendo por primera vez un auto a basura. Al otro día patentó su invento. “Aparentemente es la primera vez en la historia de la humanidad que un auto anda a basura”, dice orgulloso el ingeniero.

Luego de las primeras pruebas, Ramos se propuso una meta más complicada para su invento: hacer la Ruta 40 quemando solamente basura. Antes de iniciar su travesía, el ingeniero realizó todo el recorrido en un auto para conocer qué tipo de basura se encontraría a lo largo del camino y contactar a gente que podría ayudarlo.

“Hace 15 días que inicié el recorrido, acompañado por mi esposa que va en un auto de apoyo, juntando la basura en todos los pueblitos para poder continuar. Yendo a 80 kilómetros por hora, uso aproximadamente entre 15 y 30 kilos de basura para recorrer 100 kilómetros. Por dicha razón, para realizar el trayecto, llevo un remolque que tiene tres gasificadores, que son tres tambores de 200 litros cada uno, lo que me da 500 kilómetros de autonomía. Además, en la caja tengo tres tachos de basura que me dan 1.000 kilómetros de autonomía”, afirma Ramos, quien señala que “cada vez que llegó a un pueblo relleno con basura. El mejor residuo es la carbonilla, las cáscaras de nuez y los carozos”.

El ingeniero sostiene que “la idea es continuar mañana (hoy) camino hacia Mendoza y detenernos en esa provincia y dejar la camioneta. Volver a Córdoba para las fiestas y en enero regresar para realizar el segundo tramo hacia el sur”.

Mientras recorre la Ruta 40 con “su auto a basura”, Ramos ya tiene en mente probar con plástico triturado, en lugar de basura.

“Sería una forma de limpiar el mundo de la basura plástica. Tengo la convicción de que el plástico será mejor que la carbonilla, porque es combustible sólido, sale del petróleo. Cuando vuelva a Córdoba lo probaré”, dice el ingeniero.

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