“San Isidro es distinto”. La frase se atribuye a un viejo eslogan de gobierno que la Comuna adoptó a comienzos de la década pasada. Hoy, muchos años después, el distrito que gestiona el Intendente Gustavo Posse sigue marcando diferencias. Fiel a su estilo, el jefe comunal de Juntos por el Cambio continúa sumando disimilitudes respecto de sus pares. Así fue que en los últimos tiempos, el abogado y exdiputado despedazó el status quo que caracteriza al sello de Cambiemos para volver a imponer su propia impronta en la gestión local.

El año pasado, en 2021, ya lo había hecho durante las elecciones internas de la UCR en la Provincia de Buenos Aires. En aquella oportunidad, el máximo referente boina blanca en la Zona Norte del Conurbano fue el único candidato que se plantó en serio ante la cúpula del radicalismo. En ese sentido, se mostró muy crítico del rol de la UCR dentro de Cambiemos y fue el primero que llamó a tomar mayor “protagonismo” en la coalición, una palabra muy acertada que hasta fue “robada” por sus propios contrincantes.

 

Anteriormente, en 2020, el Intendente ya había marcado desemejanza con sus pares de Juntos por el Cambio en materia de gestión frente a la pandemia. Fue el primer alcalde bonaerense en permitir la atención a los clientes dentro de los locales gastronómicos y en habilitar la reapertura de los gimnasios, una medida que desató el enojo del gobernador Axel Kicillof, quien en septiembre de ese año acusó a Posse de ser “un opositor que transgrede” las normas.

Vale recordar que desde el comienzo de su gestión, Gustavo Posse ya mostraba vestigios de lo que había sido el gobierno de su padre Melchor. En los inicios del nuevo milenio, en San Isidro ya eran pioneros en temas de salud y seguridad. Así se fue transformando en el único municipio en contar con tres hospitales municipales y el primero en lanzar una Policía Municipal, una política muy criticada en su momento y que hoy es infaltable en cualquier distrito ultra peronista.

 

Mientras el kirchnerismo le achaca a Cambiemos ser una fuerza que "gobierna para los ricos”, el Intendente radical de San Isidro implementa medidas que despiertan la envidia de los alcaldes del PJ más ortodoxo. En las últimas horas, Posse sorprendió al presentar un proyecto para crear nuevos espacios públicos en terrenos cedidos por el Jockey Club a cambio de una importante deuda de ABL. Son casi dos hectáreas del hipódromo donde se construirán sectores recreativos y una moderna plaza.

Sin temor a pagar un alto costo político -pese a gestionar uno de los distritos más opulentos de la Provincia de Buenos Aires-, el Intendente completó así una serie de avances contra los sectores más poderosos que no venían cumpliendo con el fisco, en pos de redistribuir esos ingresos hacia todos los vecinos. En ese contexto, en 2021 el Municipio de San Isidro ya había sido noticia al solicitar a la Justicia el remate de dos mansiones que tenían deudas millonarias en la tasa municipal de ABL.

 

"Intervenimos dos propiedades por deudas millonarias de ABL. Como jamás hubo voluntad de pago por parte de los propietarios, la Justicia dispuso la venta en remate de estos inmuebles que oscilan entre uno y tres millones de dólares", había explicado en aquella oportunidad la secretaria Legal y Técnica del Municipio, María Rosa García Minuzzi, quien subrayó que muchos de los servicios clave que brinda la Comuna se sostienen principalmente con el pago de las tasas municipales.

Sin embargo, esa no fue la primera vez que el Municipio remató mansiones que arrastraban deudas millonarias. En abril de 2020 otras 40 lujosas viviendas que estaban a nombre de sociedades comerciales también fueron a remate judicial. Si bien San Isidro tiene uno de los mayores índices de cobrabilidad de la tasa de ABL en la Provincia, desde la Comuna precisaron que la medida tuvo como objetivo no perjudicar a los vecinos que la pagan, aún con muchas dificultades.

 

Por último, otra de las noticias más celebradas de los últimos tiempos en San Isidro fue la recuperación del predio del Golf de Villa Adelina para transformarse en un gigantesco parque municipal. Desde 1945 el terreno de unas 26 hectáreas estaba en manos de la Armada. En la década del 90', en ese codiciado espacio situado a la vera de Panamericana se intentó construir un shopping, lo que libró una extensa lucha por parte de los vecinos para que sea un espacio verde público.

En 2018, la Agencia de Administración de Bienes del Estado (AABE) presentó un proyecto para destinar el 30% de ese espacio a edificios de vivienda y oficinas y que el resto fueran públicos. Pero los vecinos se opusieron nuevamente y el municipio decidió intervenir hasta lograr la cesión con cargo del lugar. Tras permanecer dos años cerrado, finalmente la Municipalidad logró reabrir el predio pero esta vez, como un nuevo parque público para todos los vecinos.

 

Valorado por ciertas cuestiones, desaprobado por otras, lo cierto es que Gustavo Posse protagoniza un rol saludable para la política bonaerense en medio de un clima de extrema polarización. Para ello basta con repasar su agenda más reciente, que incluyó la apertura de un centro de salud junto al ministro de Salud provincial, Nicolás Kreplak, y un acuerdo para urbanizar La Cava junto a Fernanda Miño, actual secretaria de Integración Socio Urbana de la Nación y exconcejal de San Isidro por el Frente de Todos.

Alguna vez el expresidente Arturo Umberto Illia señaló que la "riqueza económica de un pueblo no consiste sólo en la abundancia total de bienes, sino más bien, en una eficaz distribución según Justicia". Basándose en estos conceptos de uno de los líderes radicales del siglo XX, Gustavo Posse continúa su gestión sin poder evitar caer en las dualidades lógicas que implican "representar" a una alianza política pero entendiendo que "cuando el vecino tiene un problema, el Estado es uno solo".