Guernica, prueba de fuego para Larroque

Guernica, prueba de fuego para Larroque

El ministro encabeza la negociación que mantiene en vilo al Gobierno. Recibió auxilio de intendentes, pero tensa el vínculo con la izquierda. Aire judicial.

 

El ministro de Desarrollo de la Comunidad, Andrés Larroque, ya conoce de memoria el camino para llegar desde el centro de La Plata hasta Guernica, en el distrito de Presidente Perón: ruta 205, retome en ruta 6, hasta el empalme con la 210. En ese trayecto, que le insume poco más de una hora, el ministro no suelta el celular. Cuando viaja desde su casa, en Villa Elisa, el paisaje y la ruta cambian un poco. Desde el 19 de julio, en mayor o menor medida, las cámaras de televisión también hacen un recorrido parecido y se clavan en la entrada a la toma de tierras de 100 hectáreas en Guernica para registrar, tarde o temprano, el estallido final de un predio que llegó a tener, según el censo realizado el 13 de septiembre, más de dos mil “hechos físicos”, como denominan a las casillas precarias; son miles las personas sin techo asentadas allí y que, como resolvió la Justicia, deben ser desalojadas. Desde entonces, Larroque busca alternativas para que el desalojo sea en paz y que el gobierno de Kicillof salga airoso o pague el menor costo posible frente a una situación que no es más que la consecuencia de un problema estructural de déficit habitacional. 

Cuando Larroque fue elegido para remplazar a Fernanda Raverta al frente del ministerio, la pandemia ya estaba consolidándose como agenda exclusiva para el Gobierno. Para explicar su designación, cerca de Kicillof sostenían que conocía el territorio y a los intendentes y que tenía nexos ya construidos con las organizaciones sociales. Como líder de La Cámpora, Larroque sabe cómo entrar en un territorio y más aun con la estructura estatal detrás. Cuando el barrio Villa Azul, en Quilmes, sufrió un estallido de casos de coronavirus y se decidió aislarlo por completo, las organizaciones sociales le hicieron saber al “Cuervo” que el estado policíaco que planteaba el ministro Sergio Berni en el barrio brotado de covid no era la forma. Eso trajo algunas diferencias entre los funcionarios. La gestión en Villa Azul fue exitosa y Larroque fue clave.

Ahora, el ministro centraliza toda su energía en Guernica. Se juega allí la parada más difícil de lo que lleva de gestión. Está a cargo de la asistencia a las familias que se asentaron en el predio y junto al Ministerio de Justicia y Derechos Humanos que encabeza Julio Alak trabajaron para estirar los plazos del desalojo. Casi al final del miércoles, sobre la hora ganó una batalla crucial: consiguió oxígeno de la Justicia. El juez de Garantías de Cañuelas Martín Rizzo aplazó el desalojo que estaba pautado para el día siguiente. La nueva fecha rondaría entre el 15 y el 30 de octubre. Según la propia resolución que Rizzo dio a conocer este miércoles, ya se retiraron del predio 236 familias. 

 

Una toma área de un sector de la toma (Foto: Clarín)

 

Según el censo hecho por el ministerio que comanda Larroque, en la toma hay personas que son de municipios aledaños. Presidente Perón, comandado por la intendenta Blanca Cantero, linda con San Vicente (Mauricio Gómez), Ezeiza (Gastón Granados - interino), Esteban Echeverría (Fernando Gray), Florencio Varela (Andrés Watson) y Almirante Brown (Mariano Cascallares).

Larroque logró el apoyo de los jefes comunales vecinos y acordó –junto al gobierno bonaerense– darles una solución a las personas para que regresen a sus distritos. El ofrecimiento varió entre el acceso a un lote con servicios, una compensación financiera para solventar un alquiler y la residencia transitoria en albergues, como atestiguaron algunos ocupantes. Cuando la toma ya era un hecho, los intendentes habían presionado para tener una respuesta de la provincia. Larroque articula ahora con la ventaja de una herramienta clave, el millonario plan para urbanizar y atemperar el impacto de la falta de viviendas en las zonas con alta densidad poblacional que lanzó el gobernador.

El plan de Suelo y Habitat 2020-2023 presentado esta semana intenta atacar el problema de raíz. El Ejecutivo centralizó la coordinación en la ministra de Gobierno, Teresa García, pero, a la vez, es una carta clave ofrecida a Larroque. En la resolución de Rizzo se hace mención al anuncio, que tanto el titular de Desarrollo como Alak expusieron en la audiencia virtual. En el escrito, Rizzo dijo que “resultan atendibles” los dichos de los ministros y que Larroque se comprometió a priorizar la situación habitacional del municipio de Presidente Perón “donde se encuentra la ‘toma’”. 

Larroque montó distintos puestos gubernamentales para proveer agua potable (el terreno no cuenta con ningún tipo de servicio, aunque ya se armó un precario tendido de luz), barbijos, alimentos y frazadas. Escoltado por la ministra de Mujeres, Políticas de Género y Diversidad Sexual, Estela Díaz, también se atiende la problemática de la violencia de género que padecen las mujeres. Fueron registrados 52 casos de violencia de género e intervinieron en 35, según se informó. La funcionaria explicó que “muchas de esas mujeres están en la toma huyendo de las agresiones pero muchas de ellas están con el agresor”.

 

 

FRENTE INTERNO. El gobierno es optimista. Espera lograr un abandono pacífico y acordado de las tierras. Hasta ahora, ganó tiempo y consiguió, efectivamente, que 236 familias se retiraran del lugar, aunque se está lejos del total de las 1.904 familias censadas en el terreno tomado. Pero Larroque tiene un frente abierto y complejo de negociar con las organizaciones sociales que están dentro del terreno usurpado.

La negativa a abandonar esa tierra que se encontraba ociosa es replicada por sectores de izquierda que mueve su estructura para resistir un desalojo. El lunes último, cientos de manifestantes de partidos de izquierda se manifestaron frente a la gobernación, en La Plata. La dilación del desalojo le da tiempo al ministro para encontrar una solución a un conflicto que lo puso en el centro de la escena.

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