Granizo: hace falta un radar para las mentiras de Pulti

El fenómeno climático vivido el domingo, no fue ni inédito ni imprevisible. Las mentiras de Pulti tampoco son inéditas ni imprevisibles. Hace falta un radar para detectarlas a tiempo. Un radar precario, con una budinera sobra. Es archi sabido que Mar del Plata necesita un radar meteorológico, cuyo valor no sobrepasa los U$S 500.000. Es una inversión turística que el ESTADO debe proveer a los habitantes para no sufrir grandes pérdidas materiales, o en algunos casos la vida o heridas de gravedad.
Sus declaraciones de circunstancias de ayer ante el desastre que sufrió la ciudad, son propias de un inimputable. Mar del Plata no contó nunca con radar meteorológico, y desde hace años los especialistas y expertos en el tema así lo vienen reclamando, por lo menos desde la época del licenciado Luis Celemín, que tuvo su paso por el gobierno del doctor Mario Roberto Russak. Hay que ponerlo dentro de las prioridades del presupuesto y listo, arreglado el problema.

Pero no, se recurre a la salida fácil a la impronta de la mentira instalada, a la que el periodismo adocenado se haya cada más adscripto. ¿Qué se le ocurrió a Pulti? Anunciar para este jueves, una convención de meteorólogos de la ciudad para decir sobre el tema. El diagnóstico ya está: hace falta el radar. Pedro Mazza no se cansa de decirlo y hasta suena reiterativo, cada vez que llueve mucho, hay vientos fuertes cae nieve, o granizo como en este caso. Cuántos meteorólogos hay en la ciudad, conocidos no demasiados, el mencionado Pedro Mazza y Luis Biera, nada más.

No se puede tomar en serio a mediáticos profesores de geografía o historia, que han abrazado la meteorología por la pasión de algún abuelo, y se pasean dando pronósticos por los canales de televisión sin tener título habilitante. Hay que tener cuidado con los chantas y los improvisados, esto también hay que saberlo. No basta con leer las pantallas del Servicio Meteorológico Nacional, claro que es más económico, más barato, suscribirse al servicio.

Pero Mar del Plata, que recibe millones de turistas por año, no puede ni debió prescindir de un aparato de medición de esas características. Esta es la diferencia que existe, entre un estadista y un político amateur, es así de sencillo y claro. A Pulti personalmente no le salió un peso (una moneda), pero él es el responsable de cuidar los bienes y las vidas de los habitantes residentes del Partido de General Pueyrredón. Es necesario que lo sepan quienes deben ahora afrontar económicamente las consecuencias de la caída de hielo. Hay que entender que esto no es sólo un hombre “nadando” sobre un auto, o la Plaza Colón blanca de una foto, una piedra como un hubo, una pelota de tenis o una de golf. Esto es otra cosa que la mayor granizada en 30 años.

La inusual caída de granizo, fue la caída del telón de una temporada que terminó con otra muy mala noticia. Los miles de turistas de turistas y marplatenses, no fueron advertidos por falta de competencia de Defensa Civil, que además no está convenientemente equipada con el radar de meteorología. Más allá de los daños materiales y físicos, existe una derivación que afecta los intereses turísticos de la ciudad, que no ha tenido la previsión de lanzar un alerta temprano a quienes iban a estar al aire libre en una ciudad balnearia, decenas de miles de personas, que disfrutan de la playa, el mar y el sol.

En términos agrícolas esto es equiparable a una catástrofe. Una “pedrada” (así la denominan en el campo) destruye una cosecha y puede hacer quebrar a los productores de trigo y maíz, entre otras cosas. La falta de un radar meteorológico en una ciudad turística es imperdonable, no tiene disculpas para un intendente que además miente a sabiendas, pero que prefiere un museo de $ 80.000.000, una terminal de cruceros, mudar el palacio municipal etc. Tiene un envidiable libreto de mentiras a mansalva y a cara descubierta. Cómo le dice un sindicalista amigo suyo “Ya tomas carrera para mentir, cómo no te voy a decir Pinocho, ¿todavía me lo preguntas?, te la pasas mintiendo Gustavo”, le dice sin anestesia el funcionario laboral.

No hay qué hacer una convención de meteorólogos, para regalarle otra foto a un impostor. Un intendente verdadero hace una licitación nacional e internacional (si fuere necesario), se adjudica y se compra de acuerdo a las necesidades de la ciudad. Todo lo que el domingo se rompió, los heridos, la falta de suministro eléctrico, las abolladuras, los parabrisas rotos, todos los siniestros, tienen un responsable: el intendente municipal Gustavo Arnaldo Pulti. Y este es un buen dato para las compañías de seguro, que por lo menos debería pleitear con la MGP, forzar a la compra de un radar para atenuar los efectos y/o evitar un nuevo desastre.

Es realmente indignante que la opinión pública y el periodismo en general, sigan comprando estas mentiras, propias de un inescrupuloso que para no caer en costos políticos, no duda en medrar con lo que tiene a mano: en este caso una convocatoria a meteorólogos. Este es un claro ejemplo de la gestión de Pulti: pertinaz en la mentira y el indebido uso de los recursos y la hacienda pública. Los resultados están a la vista, tal vez esta granizada, contenga además de una característica natural, otro tipo de advertencia, que tenga que ver con un mensaje de lo divino de la fe religiosa.

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