Las grandes cerealeras aceleran la importación de soja desde Brasil y Paraguay

Las grandes cerealeras aceleran la importación de soja desde Brasil y Paraguay

Desde la CIARA - CEC sostienen que este año deberían importarse 10 millones de toneladas de soja, que tendrían un costo de 4000 millones de dólares pero que se compensarían con las ventas de aceite de soja. 

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SEBASTIÁN PREMICI

Las grandes empresas de la industria sojera importaron 4 millones de toneladas de este grano entre enero y mayo de este año. La oleaginosa, que proviene de Brasil y Paraguay, es utilizada por la industria para la producción del aceite de soja, el principal bien de exportación de este sector. Con una producción que se recortó en un 50% por la sequía, sumado a la reticencia de los grandes productores a vender sin que les garanticen un nuevo tipo de cambio diferencial, la molienda no encontraría granos para su producción. Por eso las cerealeras insisten en que este año sean autorizadas por el Gobierno a importar un total de 10 millones de toneladas de soja para evitar el parate de la industria molinera.

Según el último Monitor Agroindustrial elaborado por la CIARA – CEC, la cámara que nucleada a las agroexportadoras, la molienda de soja no superaría las 20 millones de toneladas durante el año. Por esto las empresas mencionan la posibilidad de importar aproximadamente 10 millones de toneladas para alcanzar una molienda de 30 millones y de esa manera no perder mercado frente a Brasil.

Según indicó a El Destape el titular de la CIARA – CEC, Gustavo Idígoras, los granos que podrían importarse a través de la admisión temporaria tendrían un costo para la industria de 4000 millones de dólares, que se compensarían con las exportaciones de aceite, que una vez puestos en el exterior generarían 6500 millones de dólares. Es decir, un saldo favorable de 2500 millones de dólares, en los cálculos de la industria.

¿Pero por qué no alcanza la soja producida para abastecer la molienda? La respuesta no tiene que ver con la sequía que se llevó el 50% de la cosecha de la oleaginosa. La caída de esta actividad se remonta a los últimos diez años, como consecuencia de un avance de las hectáreas sembradas con maíz y una reprimarización de las ventas de la oleaginosa impulsada por las mismas empresas que forman parte de la industria como un mecanismo para presionar para una baja generalizada de retenciones. Otro dato a tener en cuenta: las agroexportadoras que comercializan en el exterior los granos de soja y sus subproductos son las mismas.

Más allá de las quejas, las exportaciones de aceite de soja de abril dieron cuenta de cierta recuperación en comparación con el resto del año. En el cuarto mes el 2023, se comercializaron 361.241 toneladas, cuando en marzo habían sido 175.477. Este resultado todavía queda lejos de las exportaciones de abril del año pasado, con 479.286 toneladas.

5000 abajo

En lo que va del año, los productores vendieron un volumen total de soja acumulado de 7,8 millones de toneladas, destinados a las exportaciones de porotos y aceite de soja. Este resultado se consiguió gracias a la aplicación de la devaluación quirúrgica que les concedió un tipo de cambio a 300 pesos.

De todas maneras, como consecuencia de la sequía, este volumen es menor al comercializado en mayo de 2022, cuando se habían alcanzado las 16 millones de toneladas, mientras que en 2021 habían sido casi 21 millones.

Descontado lo que se comercializó durante el Dólar Soja 3, quedarían en manos de los productores cerca de 15 millones de toneladas, con las que los grandes productores y exportadores volverán a presionar con una nueva edición del beneficio exportador. No es tan inverosímil pensar que si en los únicos momentos en que vendieron granos fue con cada una de las ediciones del beneficio, ahora vayan a modificar su actitud.

“Todavía no nos dijeron nada, todo dependerá de lo que quiera hacer Massa”, sostuvo Idígoras.

Durante los primeros cinco meses del año, el ingreso acumulado de divisas liquidadas por el sector totalizó los 9.450 millones de dólares, el segundo menor ingreso de divisas desde 2008. La cifra implicó una reducción de 5.880 millones en relación al mismo período del año pasado.

Prefinanciación

El pasado 18 de mayo, el BCRA extendió el esquema de prefinanciación de exportaciones a los pagos de importaciones. El objetivo de la normativa radicaría en conseguir un puente para financiar alrededor de 3000 millones de dólares de compras en el exterior.

Según se desprende de la normativa, el nuevo sistema les permitirá a las empresas que actúan tanto como importadoras y exportadoras financiar la compra de insumos con sus propios proveedores o con líneas de crédito internacional, de bancos extranjeros o locales y de esa manera alivianar la salida de dólares de las arcas del Central. Desde la autoridad monetaria daban a entender que la norma había sido pensada para la agroindustria.

El primero en poner el grito en el cielo fue Idígoras. “Los plazos que figuran en la normativa para la cancelación de esa deuda no resultan aplicables a la mayoría de las operaciones de importaciones de insumos agrícolas”, había manifestado.

En diálogo con El Destape, el titular de la CIARA – CEC aseveró que “el sistema de prefinanciaciones es para otros sectores como el automotriz”, por lo que desde el sector seguirán abogando por el esquema de importaciones temporarias.

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