Las tarifas de los servicios públicos no aumentan desde abril. La actual administración, de Mauricio Macri, le dejará la tarea al próximo presidente. Alberto Fernández deberá decidir los incrementos de gas. También tallará -de forma indirecta- en lo que pueda suceder con la luz.

En ambos casos, se estima que hay un atraso del 30% por la acumulación de la devaluación del peso contra el dólar y la inflación acumulada.

"El próximo Gobierno va a tener que tomar decisiones importantes: tarifas, precios, Vaca Muerta, la forma en que va a cobrar la luz y el gas", detalló Gustavo Lopetegui, el secretario de Energía que revisó la gestión oficial desde 2015, que se destaca por fuertes incrementos en las tarifas, para lograr una reducción del 70% en los subsidios estatales en los servicios públicos.

La suba de gas, cuyas concesiones dependen del Estado nacional, dependen de una audiencia pública previa para poder efectivizarse. La última audiencia tendría que haberse llamado en octubre, pero la convocatoria se suspendió y se pasó para enero. El último aumento fue en abril. En octubre, tocaba el siguiente, que no se aplicó, según la regulación.

El gobierno saliente definió que no hará nada y dejará el llamado a audiencia en manos de los funcionarios de la próxima administración.

​Las tarifas de gas actuales reflejan un dólar a $ 41, que era el vigente en abril, en lugar de los $ 63 que cotiza ahora la divisa. Los productores de gas calculan el valor de su producción en dólares, aunque después reciban pesos.

Además, las concesionarias tienen derecho a recibir una compensación que refleje la inflación acumulada de los últimos meses. Entre la devaluación y la suba del costo de vida, se estima que hay un atraso tarifario del 30%.

Durante el verano, cae el consumo de gas y quizás el próximo Gobierno no tenga urgencia en recomponer con el calor. En el sector estiman que deberán contar con definiciones para abril, cuando arranca la temporada de "alto consumo" en gas.

A fines de 2015, la demanda -consumidores residenciales- pagaban solo un 11% de lo que costaba su boleta de gas. El Estado le subsidiaba el resto. Ahora, paga un 76% del valor medio de su factura de gas. Según cálculos oficiales, los subsidios cayeron de US$ 5.640 millones en 2015 a US$ 2.216 millones para este año.

En cuatro años, los importes de las facturas crecieron más de 1000% en gas.

Para poder realizar una audiencia pública, la convocatoria debe hacerse 30 días antes. Por eso, al demorar este proceso, se correrá todo el procedimiento que termina en modificaciones en las tarifas.

En la distribución eléctrica, el último aumento fue en febrero. En agosto correspondía una nueva revisión. Pero las concesiones de Edesur y Edenor salieron de la órbita del Poder Ejecutivo nacional para pasar a un ente conformado por la ciudad de Buenos Aires y la provincia de Buenos Aires.

Aunque la decisión final será de Horacio Rodríguez Larreta (jefe de Gobierno de la ciudad de Buenos Aires) y Axel Kicillof (por la provincia de Buenos Aires) sobre distribución eléctrica, se estima que también se necesita una recomposición cercana al 30%, como en el gas.

Los subsidios a la distribución eléctrica bajaron de US$ 11.812 millones en 2015 a US$ 3.737 millones en 2019. En Buenos Aires, los hogares pasaron de pagar un 3% del costo medio de la electricidad en 2015 a más de un 58% de promedio durante este año.

Las boletas promedio saltaron, en Buenos Aires, más de un 600% en dólares. En pesos, el incremento de lo que sale del bolsillo de los hogares supera el 3000%.