El Gobierno busca acuerdo con petroleras para evitar suba de precios

El Gobierno busca acuerdo con petroleras para evitar suba de precios
Kicillof comenzará a trabajar esta semana con el sector para evitar que las tarifas de los combustibles se disparen, tras el fin del "congelamiento" impuesto por Moreno.
Con la nafta premium casi a 10 pesos, el Gobierno comenzará a buscar desde este lunes un acuerdo con la cadena de valor de la industria petrolera para un nuevo sistema de actualización de precios, con el fin de evitar que la inflación se vuelva incontrolable.

Cada aumento en los combustibles repercute sobre todos los del resto de la economía y con el último ajuste de la semana anterior, en promedio aumentaron 40 por ciento en los últimos 12 meses. Un año atrás, el precio de la nafta Súper en Capital era de 5,98 pesos y ahora pasó a 8,34 pesos, lo que representa un alza del 39,5 por ciento.

En tanto, la Premium subió de 6,54 a 9,29, un incremento del 42,5 por ciento. En muchas provincias las pizarras exhiben importes por encima de los diez pesos para el litro de la nafta de mayor calidad, como ocurre en Corrientes, donde llegó a $11. La anterior suba de precios había sido después de las elecciones legislativas con una actualización del 6 por ciento promedio.

Del precio de venta de los combustibles el 8 por ciento queda para las estaciones de servicio, otro 65% es el componente impositivo y el resto queda para las petroleras, con lo cual con el aumento el Estado aumenta la recaudación impositiva.

El precio interno del combustible es importante para el nuevo equipo económico debido a que la decisión devaluar en forma gradual el peso, lo cual encarece las compras de crudo en el exterior, mientras que YPF, Petrobras y Axion pueden contar con crudo propio producido en el país, aseguraron expendedores consultados por Noticias Argentinas.

En el sector no se esperan nuevos aumentos hasta el próximo año "porque los precios ya se han equiparado con los que rigen en los países de la región", dijo Manuel García, presidente de la Asociación de Estaciones de Servicio Independientes (AESI). García recordó que desde la estatización de YPF, cuando la nafta Súper costaba alrededor de 5 pesos, los combustibles tuvieron un aumento cercano al 55 por ciento.

"No habrá grandes aumentos sino escalonados en los próximos meses, tal vez en febrero o marzo, porque cada actualización repercute sobre todo el proceso productivos", explicó García, quien señaló que los expendedores del sector aún no fueron llamados por el gobierno para negociar un nuevo sistema de actualización de precios.

Los aumentos cuadruplican el desacreditado índice de inflación del INDEC, y casi duplican el alza promedio de los precios al consumidor. Este aumento de las naftas por encima del resto de los indicadores arrancó en 2011.

Ese año, subieron el 23,1% y en 2012% el 29,5%. Con esas variaciones, los valores de los combustibles tuvieron una fuerte incremento medido en dólares. En la última actualización no hubo acuerdos consensuados entre todas las operadoras.

Fue YPF la que orientó los precios para que la sigan las competidoras, dejando entrever cómo será el mecanismo de cara al futuro si no se alcanza el acuerdo que persigue el gobierno. Caída la resolución de secretaria de Comercio Interior por la cual el ex titular Guillermo Moreno disponía el nivel de los aumentos, YPF se ha convertido virtualmente en una reguladora en el mercado de los precios por su posición dominante de mayor expendedor.

Ahora los precios son libres pero con YPF controlando el 55 por ciento del mercad, será difícil para las competidoras disponer aumentos unilateralmente. García sostuvo que "como los aumentos regulados eran muy bajos no acompañaban a la evolución de la inflación y ahora que ha sido un ajuste alto, como los que pueden llegar a venir preocupa en el gobierno su repercusión en toda la economía".

El titular de AESI dijo que los futuros aumentos "deberán acompañar el ritmo de la inflación, si no se quiere genera un problema en la economía y espero que el gobierno haya entendido que los aumentos pequeños y graduales terminan perjudicando al sistema económico.

Consideró que el gobierno "tendrá que tener en cuenta con este aumento no se resolvió el problema crucial de la rentabilidad de los expendedores, y si no quieren que sigan desapareciendo los expendedores en las próximas negociaciones tendrán que poner esta cuestión en la mesa, para lograr un acuerdo de precios".

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